Abro mi mente, y te sueño,
los ojos cierro..., y te veo,
es no olvidarte mi empeño,
y amarte más, mi deseo.
Años há que te busqué,
y ahora soy prisionero.
¿Por qué a tí me aferré?
¿Y ahora soledad te quiero?
A solas, mi alma te anhela
y dejarte ya no puedo,
tu compaña me desvela
¡ay soledad, te deseo!
El tiempo que pasa lento,
para mí, corre con prisa,
y los días se van yendo
cual se nos marcha la brisa.
Soledades hay que dañan
cuando multitud de gente,
parece que te acompañan,
y tú te sientes ausente.
Mas de tí, siento añoranza,
y ni el destino y su verdad,
van a matar mi esperanza...
de abrazarte, soledad.
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"A veces, la soledad deseada, hace mucho bien al alma inquieta".
En tu puro estilo. Te vuelvo a reconocer. AC
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