EL TIEMPO EN ESTEPA

EL TIEMPO: PREVISIÓN METEOROLÓGICA PARA ESTEPA

miércoles, 26 de mayo de 2010

CARTA ABIERTA A "RITA LA CANTAORA"

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Excelentísima, Ilustrísima y Educadísima Señora doña María Rita Barberá Nolla, alcaldesa de la ciudad de Valencia:  Muy Sra. mía: (esto de mía es un decir; algo que se dice, pero no hay que echarle cuenta).

Ante todo, quiero dejar claro que usted es para mí, una persona, y como tal, se le debe respetar; o eso me enseñaron a mí; a usted no lo sé.
Aunque esté usted, Excelentísima señora mía, muy leída, escribida y estudiada, y este pobre escribidor, sea un inculto iletrado sin apenas estudios; no como usted, que para fortuna propia es licenciada en Ciencias Políticas, Económicas y Empresariales por la Universidad de Valencia, además de haber tenido la suerte de cursar estudios de Ciencias de la Información en la rama de periodismo en la Complutense de Madrid. 

Pero aún así, yo sin estudios y usted muy instruida, este inculto no la insultará como su señoría ha hecho con el señor Presidente del Gobierno de España: la primera autoridad del país después del Jefe del Estado. Aunque les pese.
Por ello, si bien el cuerpo me pide guerra y me anima a que “la muerda” –dialécticamente hablando, claro está-, la insulte, la vilipendie y la desprecie, la razón y la vergüenza me frenan en el empeño. 


*Primero. Porque usted, es la Alcaldesa de una ciudad muy noble, y a ella se debe y a sus ciudadanos representa, por lo que insultarla a usted –Dios y el civismo me libren de ello, sería como hacerlo a su ciudad y a sus habitantes, a los que respeto y no deseo ofender, y menos aún, insultar por culpa de su señoría.

*Segundo. Porque para mí, usted es una autoridad civil elegida democráticamente por los ciudadanos: la primera en Valencia, y por ello, gracias a su “estatus político” y a la alta función de Gobierno que ejerce, se le debe respetar muchísimo y no insultarla, aunque usted, señora, a veces, realizando su función como primera edil, pudiera ser una incompetente y se equivoque y “meta la pata” en algunas decisiones que tome gobernando; por su incompetencia e inaptitud se le puede criticar, pero eso no es motivo para tener que insultar a su persona. Pero señora mía, al insultar al señor Presidente del Gobierno de España –que como usted, ha sido elegido democráticamente-, lo hace también al país y a los ciudadanos que en él vivimos.
*Tercero. Porque la educación, la honradez, la cortesía, la vergüenza, la delicadeza hacia usted y otras muchas razones de índole cívica y moral, me impiden verter sobre su persona ofensa personal alguna, ni faltarle al respeto que como “persona” y primera autoridad, usted merece.

Si, se ha explayado bien su señoría la alcaldesa valenciana, profiriendo insultos al señor Presidente del Gobierno. Y eso, además de irritarme, me entristeció, pues me da ocasión para meditar sobre la condición humana primero, y luego sobre el revanchismo, la “mala leche” y las ganas irrefrenables ya, que tenéis los políticos de la oposición por conseguir el sillón que ocupa el que aunque os pese, es el Presidente de este reino.
Usted debería tener mucho más respeto a la figura institucional del señor Zapatero, y al cargo que “democráticamente” y por decisión popular desempeña.
Usted, señora, a mi juicio no puede insultar llamando al máximo mandatario de nuestro país; miserable, incompetente, ignorante, inmoral político y otras lindezas más, habidas en el vocabulario, porque ese señor, muy a su pesar y al de su partido, es quien es, y a él se le debe respeto por el cargo para el que fue elegido por una mayoría del pueblo.

Mire usted hacia adentro de sus filas, y guárdese esas palabras en el "buche" -y otras más, que aquí no le menciono porque las conoce-, no sea que la inmoralidad, la ignorancia, la incompetencia, las acciones miserables políticamente, la corrupción -que tienen tan cerca-, y en fin, la basura de las palabras al escupirlas con tanta rabia se les atraganten, les caiga encima y sea un lastre pesado de arrastrar, que les impida algún día llegar a esa Moncloa de la que usted aconseja al señor Zapatero salir ya, pero “cerrando la puerta por fuera”. ¡Ahí, ahí... quítate tú, que me ponga yo! Vamos, señora, eso lo decidirán los españoles, en las urnas.
Si algún día consiguen ustedes entrar en ese palacio, que “sea abriendo la puerta desde fuera”, pero con la llave de la honradez política. Sin navajazos traperos.
Posiblemente, las cosas no se estén haciendo como a todos nos gustaría, y cuando hay problemas, nos matamos a bocados y atacamos como perros rabiosos. Posiblemente. Pero no insulte a las personas. Cálmese.
Ha dicho usted que está dispuesta a hacer sacrificios económicos y ajuste de gastos; pero un minuto después de que Zapatero se haya ido. Eso, señora mía, se llama egoismo, arrogancia, soberbia y falta de solidaridad.
Tal vez esta crisis económica mundial se lleve por delante a quienes gobiernan, que no terminan de acertar con la “tecla” que hay que apretar para salir de ella. Tal vez son malos estos tiempos para quienes les ha sido encomendado el Gobierno de la nación en estos años de grandes dificultades. Tal vez.
Quizás el Gobierno aún no haya dado con la solución en materia de medidas a tomar para ir saliendo de este bache. Quizás, pero respete y deje trabajar a quienes están para eso, aunque usted los quiera quitar para que ocupen los suyos ese sitio. Me gustaría verlos actuar ante estas dificultades.
Porque aún no han sido solidarios, ni han arrimado el hombro, ni han dicho qué harían para paliar esta crisis; sólo atacan, piden dimisiones y nuevos comicios tratando se sacar provecho de los problemas que padecemos, para arañar unos votos a cambio de los apuros que sufre el Gobierno.


¡Qué euforia! Parece que dijera usted, ¡Goooool! Pero cuidadin, cuidadin... que este amigote suyo de la sonrisa perenne y elegantes trajes, amenaza con romper su partido y fundar uno nuevo regionalista, si Rajoy no le da sus apoyos. A ver qué dice la Justicia. Como verá, en sus filas hay de todo eso que usted acusa: incompetencia, inmoralidad política, bandazos, presiones por el poder, espionaje, rencores, corrupción... ¡Vamos a callarnos todos, que en todos sitios se cuecen habas!


Señora mía, ya me despido de usted, no sin antes recordarle que aún colean casos y asuntos muy recientes por los tribunales de Justicia, que pueden traerles a ustedes algunas desgracias, dificultades y descrédito político.
Si llegara ese momento, ¿será entonces la hora de cebarnos con esos implicados y con el partido de usted, llamándoles incompetentes, inmorales políticos, miserables, ignorantes y el largo rosario de perlas ofensivas que han salido de su educada boca para regalárselas al señor Zapatero?

Atentamente.

Un “admirado” –que no admirador–, de su dialéctica ofensiva.
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P.D. Mire como han cambiado las tornas, señora mía, después del 24 de mayo de 2015.
Ahora es usted, la que está a punto de pillar las de Villadiego...

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