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DON
JUAN DE TORRES DE VERA Y ARAGÓN
(CUARTO Y ÚLTIMO ADELANTADO DEL RÍO DE LA
PLATA)
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"ALGUNAS REFERENCIAS BIOGRÁFICAS PARA CONOCER MEJOR AL ILUSTRE
PERSONAJE ESTEPEÑO, ASÍ COMO LA RELACIÓN DE VARIAS DE SUS PROPIEDADES EN ESTEPA Y EN OTROS LUGARES DE LA COMARCA"
.
Hoy, lamento
mucho no haber tenido a mi alcance éstos y otros muchos datos biográficos de
nuestro ilustre paisano, el Licenciado Torres de Vera y Aragón, cuando en
noviembre de 2004 publiqué el libro “Del Guadalquivir al Paraná”, pues de
haberlos conocido, estarían incluidos en dicha novela biográfica. Ahora, los
expongo aquí para un mejor conocimiento de los lectores y demás estepeños,
Como todos
sabemos, el cuarto y último Adelantado del Río de la Plata, don Juan de Torres
de Vera y Aragón, fue un importante personaje histórico nacido –se cree que en
el año 1527–, en la entonces villa de Estepa; núcleo urbano que por aquél tiempo se hallaba cobijado al amparo de
las murallas de su castillo.
Y así lo dice,
expresando con orgullo el sentimiento y naturaleza estepeña, española y
andaluza.
”…vecino
y morador que soy en esta ciudad de La Plata, provincia de los Charcas del
Perú, e hijo legítimo que soy de Alonso de Vera y de doña Luisa de Torres;
vecinos que fueron de la villa de Estepa, en los reinos de España, en la
Andalucía…”
En 1561 ingresa
como Colegial en el Colegio Universidad de Santa María de Jesús, en Sevilla. Tras
licenciarse y enseñar leyes, en 1565 fue
mandado por el rey Don Felipe II a las tierras de Indias, para ejercer el cargo
de Oidor (magistrado) y fundar allí una Real Audiencia en las ciudades de
Concepción y Charcas.
…”digo
que de tiempo y cuando el rey Nuestro Señor me hizo merced de la plaza de oidor
de la Real Audiencia del Reino de Chile, yo servía una cátedra de Prima en la
Universidad de la ciudad de Sevilla, en la cual leí mucho tiempo cánones y
leyes y se ofrecieron muchas disputas y controversias…”
En tierras de
las Indias, entre otros renombrados cargos, ejerció su cometido como Oidor de
dichas Reales Audiencias, impartiendo Justicia en los pleitos entre la
población civil, encomenderos, colonos etc., pacificando aquellos territorios.
También fue militar con cargo de Capitán General de las tropas que debieron
acometer los desmanes y traiciones que se producían, reprimiendo con firmeza las
insurrecciones y revueltas internas entre españoles, y castigando cuando era
menester las sublevaciones de los indios naturales de aquéllos lugares, que
hostigaban y guerreaban contra los colonizadores.
Tras la muerte
del tercer Adelantado del Río de la Plata, don Juan Ortiz de Zárate –sería la hija de éste y de una india
descendiente de la familia real Inca, llamada doña Leonor Yupanqui–, doña Juana
de Zárate, quien sucediera a su padre en el importante cargo al frente del adelantazgo;
mas no podía ejercerlo por ser mujer, pero sí lo haría el caballero que casase
con ella. Por esa razón, fueron varios los aspirantes al casamiento, al cargo de Adelantado y a la fortuna de la
jovencísima doña Juana, de sólo dieciséis años de edad, mientras don Juan de
Torres superaba con creces los cuarenta.
Pero ella, de entre todos sus pretendientes,
eligió al estepeño; más arrogante en lides de amor, de mejor presencia que sus
contrincantes, y que muy bien supo conquistar el cariño de doña Juana; pues era
don Juan un bravo señor de toga y espada, con distinción, dignidad y
arrogancia. Decían de él quienes bien le conocían, que en su juventud, resaltaba
como brillante poeta que tocaba con gracia el laúd, cantando trovas a su compás.
Pero el
desposorio de la niña, debía contar con la venia real, pues al ser la heredera
de un cargo tan principal, el Virrey don Francisco de Toledo –que tenía para
ella elegido a un pretendiente–, debía solicitar la real venia de su majestad;
más como ésta no llegaba, y el Oidor tenía prisas por casar con la heredera,
ambos tomaron la decisión de no demorar por más tiempo su casamiento; y en casa
de un tío de ella, el día 3 de diciembre de 1578, fue bendecido el enlace
matrimonial. Este desacato a la autoridad del Virrey Toledo y por ende, a la
del propio rey don Felipe II, no hizo más que acarrearle al estepeño
innumerables problemas y contratiempos. El Virrey lo mandó llevar preso a la
ciudad de Lima, y le prohibió ejercer el cargo de Adelantado, que merced a la
boda, había heredado de su suegro don Juan Ortiz de Zárate.
Columna situada en la Punta Arasaty, junto al puente General Belgrano, al lado del río Paraná, donde dice la historia que tuvo lugar la fundación de la ciudad de Vera, el día 3 de abril de 1588 (Fotografía del Diario El Litoral) |
Pero el
infatigable estepeño no cejó en su obstinación, y desafiando una vez más la autoridad
del Virrey Toledo, mandó fundar y fundó varias
ciudades en aquéllas tierras del Nuevo Mundo.
Sufrió varios
reveses y castigos por parte de la Corona, pues el Rey don Felipe no se dignó pagarle
los dineros que él invirtió de su bolsa en las fundaciones de ciudades, y en otros
hechos que como Adelantado llevó a cabo en beneficio de la empresa colonizadora
que se había iniciado en las tierras de España, allá en las otras orillas del
Atlántico.
Fruto del
matrimonio con su esposa Juana, que murió muy joven el 5 de enero del año 1584, a la edad
aproximada de veintidós años, nació su único hijo legítimo; pero como veremos más
adelante, fueron varios, los hijos naturales que tuvo.
…”Declaro
que yo fui casado según orden de Nuestra Santa Madre Iglesia con doña Juana de
Zárate, hija y heredera del dicho Adelantado Juan Ortiz de Zárate y durante el
dicho matrimonio hubimos y procreamos por nuestro hijo legítimo a don Juan
Alonso de Vera y Zárate…”
Al quedar viudo, mantuvo relaciones amorosas con una señora, con la que tuvo otro hijo.
“…Declaro
que después que murió la dicha doña Juana de Zárate, mi mujer legítima, asimismo
hube otro hijo que es el dicho don Gabriel de Vera y Aragón, siendo soltero
como lo soy, y en una mujer doncella y principal e hijodalgo, que por serlo no
declaro su nombre. Y sí reconozco al dicho don Gabriel de Vera y Aragón por mi
hijo natural. Y mando que el susodicho haya y herede la sexta parte de todos
mis bienes, derechos y acciones que en cualquier manera me pertenezcan, con la
bendición de Dios Nuestro Señor…”
También tuvo
una hija fruto de otra oculta relación sexual mantenida con una esclava negra
que trabajó a su servicio. Y es curioso, que a ésta, siendo hija de su misma
sangre, –pero nacida de una mujer negra–, y llamada Juana mulata, no la incluya como heredera de sus bienes, y
sólo deja ordenado a sus otros hijos: el “legítimo y los naturales”, que se libere
a la hermanastra esclava y la "casen honradamente".
“…Declaro
que Isabel negra, que fue mi esclava, en el artículo de su muerte, declaró que
Juana mulata, su hija, que al presente sirve al Licenciado Juan de Espinosa,
abogado de la Real Audiencia de esta ciudad, era mi hija, y yo la reconozco por
tal y así mando que de mis bienes se ahorre y liberte la susodicha. Y ruego y
encargo a mis hijos y herederos, que luego lo cumplan y casen a la susodicha
honradamente…”
Pero además,
don Juan de Torres, siendo soltero y antes de estar casado con su legítima
esposa, tuvo su primer hijo natural con una señora con la que mantuvo otro
romance amoroso.
“…Declaro
que antes de ser casado, hube un hijo que es Fray Carlos de Vera, de la orden
de Predicadores, al cual hube siendo, como digo, de soltero, y en una mujer
doncella y principal, que por serlo no expreso su nombre. Reconózcole por mi hijo natural y mando a don Juan Alonso
de Vera y Zárate y al dicho don Gabriel de Vera y Aragón, favorezcan y ayuden
al dicho fray Carlos de Vera y le acudan en sus necesidades, como a su hermano
mayor, como yo confío…”
Y cambiando de
los temas de amores al de sus posesiones, en lo referente a la extensa lista de
las muchas propiedades obtenidas a lo largo de su vida en tierras de Indias y
en España, aquí sólo expondré lo que él declara en su Testamento respecto a su
patrimonio en Estepa y en otros lugares de su Comarca.
***
“…
Declaro que tengo por mis bienes un molino en compañía del señor Carlos de
Vera, mi hermano, en la Dehesa de Zilena (Gilena), en la cual ribera dejé una
huerta y lo heredé de los dichos mis padres…”
***
“…Declaro
que tengo por mis bienes, en el valle que llaman La Fuente de Santiago, cierta
cantidad de viña y olivares con una casa principal y casi fundado un molino de
aceite, y no me determino la cantidad de aranzadas que hay, lo cual heredé de
los dichos mis padres…”
***
“… Declaro
que tengo por mis bienes ciertas tierras en el partido de Aljonoz, (a unos 9 km.
de Herrera en dirección a Écija) que no me determino la cantidad de ellas, más
de que por los arrendamientos que se han hecho parecerá las que son. Que las
hube y heredé de los dichos mis padres…”
***
Firma del Licenciado Juan de Torres de Vera |
Los textos
entrecomillados corresponden a fragmentos de su testamento, otorgado en la
ciudad de La Plata, el día 23 de junio del año 1609.
Si tenemos en
cuenta la fecha en que se cree que nació, 1527, y la del testamento, 1609,
llegamos a la conclusión de que tuvo una vida longeva, pues escribió sus últimas
voluntades a la edad de ochenta y dos años.
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Fuentes bibliográficas:
*Testamento de don Juan de Torres. La Plata,
23 de junio del año 1609.
*Federico Palma. El último Adelantado del Río
de La Plata, Licenciado Juan de Torres de Vera y Aragón. Corrientes, agosto de
1981.
*A. Gascón
de Gotor. Una vida para el Amor y la aventura. (El magnífico D. Juan Torres de
Vera y Aragón). Zaragoza, octubre de 1960.
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Antonio, interesante artículo.
ResponderEliminarTe estás haciendo el biógrafo oficial de don Juan de Torres. FDS.
Saludos, Antonio Ávalos
Antonio, interesante artículo. Te estás haciendo el biógrafo oficial de don Juan de Torres. FDS.
ResponderEliminarSaludos, Antonio Ávalos