EL TIEMPO EN ESTEPA

EL TIEMPO: PREVISIÓN METEOROLÓGICA PARA ESTEPA

jueves, 19 de febrero de 2009

CASA O ESTABLECIMIENTO DE EXPÓSITOS, EN ESTEPA

UN POCO DE LA HISTORIA DE 
NUESTRO PASADO 
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 "Hoy, quiero escribir sobre algo de nuestro tiempo pasado, que aunque el dicho popular nos recuerde que “cualquier tiempo pasado fue mejor”, eso no es cierto"
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Lo que voy a contarles, es muy posible que en la misma ciudad de Estepa, haya muchos vecinos que lo desconozcan.
Allá por las primeras décadas y mediados de los años mil ochocientos, esta villa contaba con unos siete mil trescientos habitantes. La gente de aquella sociedad en general -menos las clases adineradas-, carecía del bienestar económico, los derechos sociales y las prestaciones y beneficios que hoy disfrutamos.
Había sobre todo, menos derechos, y se avasallaba más a los más débiles. Se abusaba de mujeres que trabajaban en cortijos y casas como “criadas” domésticas, y muchas de ellas, bajo presión, o tal vez a consecuencia de una relación sexual oculta y mantenida en secreto, quedaban embarazadas por el amo, o por algún hijo del amo de la casa.
Había pues, bastantes casos de esta índole, y otros de madres solteras, viudas etc., en los que alguna mujer concebía un hijo como consecuencia de una relación extraconyugal; por lo que nacían algunos niños “descarriados” no reconocidos legalmente por sus progenitores; que no deseaban ser sus padres, que tras nacer las criaturas, se desentendían del compromiso de su crianza y educación, y que tal vez, en el mejor de los casos, aportaban alguna dádiva para la manutención del crío, que servía también para acallar la conciencia del secreto progenitor. 

Esta foto nada tiene que ver con Estepa ni con el contenido del artículo; ha sido buscada en Internet y elegida sólo para ilustrarlo.

A estos niños huérfanos que quedaban sin amparo y abandonados por el padre, se les llamaba “expósitos”, y para cuidarlos y auxiliarlos, había en Estepa una institución benéfica a la que se denominaba así: “Casa o establecimiento de expósitos”, que lo era también para acoger a los críos de los pueblos del partido o de la comarca de la entonces villa de Estepa.
Esta institución benefactora de acogida, carecía de local propio, por lo que posiblemente, estaría ubicada en alguna casa de alquiler.
Había un sistema para su funcionamiento que consistía en entregar los recién nacidos a las llamadas “amas”, que eran unas mujeres que se encargaban de amamantarlos; las cuales, deberían ser unas personas ejemplares en todos los sentidos, pues generalmente, ellas, continuaban con el cuidados de los niños aún después de ser estos destetados. Y muchas de ellas, los adoptaban luego. 
Todo un ejemplo de sentimiento maternal y de solidaridad y cariño ante el infortunio de aquellos niños desamparados.
En dicho establecimiento, a cargo de la señora llamada  “Ama Mayor”, quedaban por lo general diez o doce chiquillos ya destetados.
Como nota curiosa cabe destacar el sistema o modo que para su mantenimiento había, con el fin de sufragar los gastos económicos que requería dicha casa de expósitos, cuando en esa época, en nuestro país había mucha pobreza y necesidad, y no se contaba con las prestaciones y servicios sociales que hoy poseemos. Dichos gastos, se pagaban con los arbitrios o impuestos que se aplicaban a la venta del aguardiente y otros licores, al vino, al aceite y al jabón. Pero para que el establecimiento benéfico contase con una renta fija, el Ayuntamiento de Estepa, en el año 1836 solicitó y obtuvo del jefe político, que se recaudaran entre la villa de Estepa y los demás pueblos del partido comarcal, la cantidad de 40.000 reales anuales -10.000 pesetas de entonces; 60 euros de ahora-,  que era la suma que en aquél tiempo se consideraba necesaria para cubrir el mantenimiento de la institución de acogida. 
Esa partida de dineros se incluyó en los presupuestos municipales de cada población, y para ello los Ayuntamientos exigían y cobraban los arbitrios para cubrir la cuota que les correspondía. Otros Ayuntamientos, lo recaudaban del sufrido vecindario.
Además de las aportaciones municipales, en aquellos años la casa de expósitos de Estepa para ayudar a su mantenimiento, poseía como patrimonio tres aranzadas y tres cuartas de tierras de olivar, y 2.290 reales de los réditos de un censo.
Los pequeños acogidos en la institución estepeña, estaban bien asistidos y cuidados gracias al celo y la atención que ponían en el empeño una sociedad de señoras de la localidad, que se formó por aquellos años, por fortuna, tan lejanos ya en el tiempo.

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