EL TIEMPO EN ESTEPA

EL TIEMPO: PREVISIÓN METEOROLÓGICA PARA ESTEPA

martes, 29 de mayo de 2012

EL PAGO DEL IBI: EL IMPUESTO AL CÉSAR




Los fariseos  se fueron a deliberar y ver cómo le podrían cazar en alguna palabra. Le enviaron discípulos suyos con los herodianos a decirle: “Maestro, dinos tu parecer: ¿Es lícito pagar el impuesto al César o no?
Jesús conociendo su malicia, dijo: “Enseñadme la moneda del tributo”. Ellos le presentaron un denario. Jesús les dijo: ¿”De quién es esta efigie y esta inscripción”? Respondieron: “Del César”.  Él les dijo: “Pues dad al César lo que es del César y a Dios lo que es de Dios”.  Al oírlo se asombraron, lo dejaron y se fueron.
(Mateo 22, 15-22)


Menuda polvareda política y social se ha levantado con el tema del pago del Impuesto de Bienes Inmuebles (IBI) por parte de las iglesias de distintas confesiones religiosas.
Creo que fue ayer, oí en la televisión a un sacerdote católico, que refiriéndose a las propiedades de la iglesia, decía algo así como que “la acumulación de bienes y riquezas, nos aparta del verdadero mensaje de Jesucristo”. Y esta reflexión es sensata, sincera y coherente con lo que nos dice el Nuevo Testamento.

Jesús y el joven rico
Sí, porque Jesús fue pobre, y pobres eran también sus discípulos y aquellos que le acompañaban.
En el Evangelio de Marcos, un hombre joven y rico le pregunta a Jesús qué debe hacer para alcanzar la vida eterna; Jesús le da una serie de consejos sobre los mandamientos, y finalmente, mirándole con amor le dice: “Te queda una cosa por hacer: Anda, vende todo lo que tienes, dáselo a los pobres y tendrás un tesoro en el cielo. Después, ven y sígueme. Al oír esto, el joven se fue muy triste, porque tenía muchos bienes”.

Jesús pide al hombre rico que para seguirle, primero se despoje de sus bienes y luego le siga; pero el joven desoye el consejo y se marcha.
 ¿Se corresponde la Iglesia actual con las ideas que Jesús pretendía con sus predicaciones? ¿Siguen las Iglesias cristianas las enseñanzas de Jesús que nos llegan a través de los Evangelios? Cada vez más, la gente llana, sencilla y humilde cree menos y se aparta de la Iglesia o de la religión –y hay quienes se preguntan el motivo de la crisis vocacional–,  porque no ve en ella el mensaje de Aquél Hombre humilde y pobre, contrario a la ostentación y a la riqueza de aquéllos que le seguían y rodeaban. ¿Y los que predican la palabra de Jesús, siguen sus enseñanzas?

Son estos unos tiempos de dura crisis económica en Estados desarrollados, y de miserias y hambrunas en muchos países de otras partes del Mundo donde mayores y niños enferman por falta de recursos y mueren de inanición por la escasez de alimentos. No es justo que en las manos de unos pocos haya fortunas tan inmensas en el Mundo, mientras hay otros muchos que pasan verdadera hambre y necesidad apremiante  de aquello que para nosotros es básico.

Son estos unos tiempos de arrimar todos el hombro para salir de este agujero en el que la sociedad de casi medio Mundo está inmersa.
Pero desgraciadamente, siempre ocurre igual en estos casos. Esta crisis económica casi mundial, no la ha provocado el más pobre; pero los políticos pretenden que seamos los más pobres y los trabajadores, quienes nos llevemos la peor parte en su difícil solución; vamos, que la paguemos nosotros, cuando la han provocado la banca y las entidades financieras, cuyos directivos, sí se han enriquecido con buenos sueldos y jubilaciones millonarias, gracias a los altísimos intereses que cobran, y a los ahorros de la gente del pueblo.

Son estos unos tiempos de crisis, pero no para todos. Quienes ganan fabulosos sueldos: políticos, banqueros, especuladores inmobiliarios y otros especímenes especialistas en ganar mucho y trabajar poco, a ellos, esta crisis les trae sin cuidado. En cambio, a las personas que no tienen trabajo (más de cinco millones), o aquellos que tienen que pasar necesidades con un sueldo “mileurista”, a esos, sí les preocupa esta crisis canalla y la incertidumbre del futuro de sus hijos.
Los políticos recortan derechos en sanidad, educación, sueldos de funcionarios, y a cambio, suben algunos impuestos, el IVA, el gas, los combustibles, la luz, los peajes, el copago de medicamentos para los pensionistas...etc. y todo lo demás que ustedes ya conocen tras las decisiones tomadas y los decretazos de cada “viernes negro” en el Consejo de Ministros; pero ellos, los políticos, no renuncian a los altísimos sueldos que perciben, ni mucho menos contemplan la posibilidad de recortárselos. Ellos, no están pasando necesidades, pero nos piden a los demás que sí las pasemos y las suframos. ¡Qué cara más dura!
¿Con qué boca predican pidiendo austeridad mientras viven acomodados en la opulencia que les permiten sus buenos sueldos millonarios y suculentas dietas?
¡Ah, amigos! Que una cosa es predicar, y otra, dar trigo. Una cosa es pedirnos austeridad a la gente que ya está "tiesa", mientras se inyectan veintitrés mil millones de euros de capital a Bankia, que ha caído por la mala gestión de gentes que a la vez, se llevaban sueldos millonarios.
Vergüenza debería darle a algunos y algunas, exigiéndonos austeridad y apretamientos en el cinturón –que ya no tiene más agujeros para apretar–, mientras ellos y los suyos viven en la abundancia sin pasar necesidades gracias a la buena vida que llevan en los cargos y escaños donde nosotros, el pueblo, los ha puesto cuando les votamos. Y así nos pagan; recortando derechos ya ganados, y estrujándonos cada vez más… hasta que el ciudadano no les aguante más y se harte del maltrato recibido de los políticos listillos que nos gobiernan pidiendo austeridad y sacrificios con recortes y ajustes: pero no para ellos.
Si nosotros no hemos provocado esta crisis, ¿por qué se empeñan en que la paguemos a base de "palos" a nuestros esquilmados bolsillos, sacándoles a ellos las castañas del fuego?

Cardenal Rouco Varela
En este contexto de exigencia de solidaridad para todos, la iglesia se incomoda porque hace un tiempo que se está hablando de pedir que los ayuntamientos le cobren el Impuesto de Bienes Inmuebles (IBI) por aquellos edificios de su propiedad, no destinados al culto religioso.
Dice el cardenal Rouco Varela, que si la Iglesia tiene que pagar, lo hará, pero será en perjuicio y merma de algunos de los servicios que presta, como Cáritas, que se resentirá y ya no podrá ofrecer tanta caridad a los necesitados, declarando : "en nuestro caso iría en detrimento de otras posibles acciones, como por ejemplo la acción de Cáritas". ¿No suena esto a: si me fastidias te fastidio?.


Y por ahí he oído decir, que Cáritas se sustenta en su mayor parte, el 60,98% de fondos privados, propios, particulares, empresas. También de fondos públicos, el 38%. Y de la Iglesia, tan sólo el 1%
No, Eminencia Reverendísima: todos estamos en el mismo barco, y si éste se hunde… los más "jodidos" podríamos volver a las miserias del pasado, y las Iglesias a las épocas de las Catatumbas.
Como usted sabe, son tiempos estos muy difíciles para todos nosotros –y cuando decimos todos, somos todos–, y si a los ciudadanos, a los que menos tenemos; padres y madres de familia, se nos pide cada día un esfuerzo, un sacrificio mayor para salir de esta crisis que está causando tanto sufrimiento a muchas familias, también la Iglesia debería solidarizarse con la sociedad ante esta situación de emergencia y crisis, y colaborar pagando “religiosamente” los impuestos que le corresponda de los inmuebles de su propiedad, tal y como lo hacemos el resto de los "mortales", pues como dice un viejo refrán español: “O tos moros…, o  tos cristianos”.
No puede haber unos sentados en un sillón sobre el pedestal de los privilegios, sin pagar por sus bienes, y otros por debajo, en el banquillo de los pobres y desamparados, pagando con gran dificultad todos los impuestos que nos quieran cobrar las Administraciones del Estado:“O tos moros…, o  tos cristianos”.

Son malos tiempos para todos, en los que deberá pagar más, quien más tenga… Y a quien Dios se la dé, San Pedro se la bendiga.

Y Santas Pascuas.
     

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