EL TIEMPO EN ESTEPA

EL TIEMPO: PREVISIÓN METEOROLÓGICA PARA ESTEPA

miércoles, 3 de junio de 2009

¿SIRVEN PARA ALGO,
LAS CAMPAÑAS ELECTORALES?

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El próximo domingo día siete de junio, se celebrarán las Elecciones al Parlamento Europeo, y a estas alturas de la campaña electoral, no hace falta decir que nos hallamos metidos hasta las trancas en pleno frenesí, en el arrebato por la captación de los votantes y de sus votos, porque a la hora del recuento, cada uno de esos papelitos es de gran valor.
En esta, como en todas las campañas electorales, el bombardeo publicitario del electo hacia el sufrido elector, raya con lo obsesivo. Porque el votado, necesita llegar no sólo hasta el votante, sino a cada uno de los de su familia para presentarse ante ellos y mostrarles el programa de las cosas y proyectos que pretende hacer… y que luego no todas se hacen.
A la hora del “bombardeo” todos los recursos y argucias son válidos, y se ofrece de todo, hasta lo más inverosímil que usted pueda imaginar con tal de arañarle al otro uno de esos papelitos.


Acto electoral celebrado el 24 de mayo de 2009 en Dos Hermanas, (Sevilla) en el cual, entre otros políticos, intervino el Presidente del Gobierno, José Luís Rodríguez Zapatero


Recordemos el gran alarde-derroche de medios, y pongo un ejemplo. Como a todo el mundo, a mí me han llegado en estos últimos días las propagandas de varios partidos contendientes en esta liza europea. Hasta ahora, no han sido sino meros sobres conteniendo las papeletas del voto y algunos folletos y cartas, pero en anteriores elecciones nacionales, autonómicas o municipales, casi todas, o todas estas propagandas son de magnífica factura y calidad en lo que a su edición se refieren, con bellas y sugestivas fotografías a todo color, buena maquetación, magnífica edición etc. etc.
En fin, todo de un material de muy buena calidad -y por tanto caro-, con mensajes muy directos dirigidos al elector. Publicidad que yo considero malgastada, malograda, y salido su costo de las arcas o Hacienda del Estado, en las subvenciones que aporta a cada partido político.
Y yo me pregunto: ¿Es necesario tanto gasto inútil, y menos aún, ahora, con la crisis económica que padecemos?
Trataré de explicar por qué tanto gasto lo califico de inservible e inútil, pues casi toda esa publicidad, nada más ser recogida del zaguán o del buzón, va a parar directamente a la papelera o al cubo de la basura.Casi todo el mundo, tiene ya muy clara y preestablecida su intención de voto y a quién se lo va a dar. Por tanto, de nada sirve que si una persona desea votar a don Periquillo el de los palotes, le manden bellas fotos y sugestivos programas de don Fulanito de Copas, o de don Menganito de Bastos, -programas que por cierto casi nadie los lee-, porque nadie le hará cambiar de opinión ni lo bajará del burro de sus ideas. Y esto, aplíquese a todos los partidos políticos. ¿O usted, lector, no sabe ya desde hace mucho tiempo a quién votará en estos comicios?

Otra cosa: los mal llamados mítines.

A esos actos multitudinarios, casi siempre suelen acudir las mismas personas; los afiliados o afines al partido que los da, y nunca, asisten a ellos los de la “competencia”, con lo cual, es un gasto inútil en regalos, globitos, gorras, banderitas, propagandas, seguridad y montajes, pues ¿a quiénes se pretende convencer, si los asistentes ya van pre-convencidos de antemano y con el ánimo dispuesto a darlo todo por su partido? El “contrario” nunca va a escuchar los mítines del otro, y mucho menos, asistir a ellos.

Ahora toca analizar las pancartas que penden en las calles y las fotos de los candidatos “colgados” de las farolas y cables, o pegadas en paredes y paneles publicitarios, observándote con esas sonrisas, como queriendo decirte: ¡Eh, mira, aquí estoy, vótame! Aquí, ocurre tres cuartos de lo mismo que con los demás elementos publicitarios, pues ya me pueden empapelar hasta el comedor o el dormitorio de mi casa con carteles y fotos de don Fulanito, que por mucho que lo vea, no lo voy a votar, y sí lo haré, a quien ya tengo decidido. Lo mismo pasa con el reparto domiciliario anticipado, de los sobres con sus votos dentro: todos o casi todos van a parar a la basura, pues se ha dado el caso de que a la hora de echarlos en la urna, pueden identificarse los sobres de cada partido por el color, la textura del papel, o lo que sea, y saberse así por los “expertos y avispados interventores de la mesa” lo que ha votado esa persona. Por lo tanto, todos van a la papelera y es un gasto malogrado, pues al menos yo, siempre suelo recoger mi voto y meterlo en el sobre, en la intimidad y el anonimato de la cabina puesta para eso.

Y podíamos seguir así todo el día exponiendo cosas como estas, a las que sumaríamos caravanas publicitarias tirando octavillas de papel que hay que recoger luego para dejar limpias las calles -y eso, vale una pasta-, autobuses, vehículos con megafonía, que por muchas voces que me peguen en los oídos diciéndome vota a don Menganito de Bastos; por una oreja me entran y por otra me salen. Y suele ocurrir como dice una copla: Pájaro de campanario / que por mucho que repique / de campana no hace caso. No sirve de nada.

¿Y el llamado "Día de reflexión"? ¿Sirve para algo? No.

Todo está ya, más que reflexionado… y decidido. Si para algo sirve, es para tranquilizarnos y descansar del “bombardeo” al que los políticos nos tienen acostumbrados para sacarnos el voto. A la hora de votar para elegir, sólo el sentido común debe imperar: lo demás, son músicas celestiales y gastos inútiles que no sirven para nada. Cada cual sabe ya desde hace mucho tiempo lo que quiere votar, y nada hará que cambie el sentido de su voto, por muchas cuñas publicitarias que nos pongan en la televisión o la radio, ni por muchos melosos y melodiosos “cantos de sirenas” que nos susurren al oído, con esa amplia y encantadora sonrisa profidén, que se nos muestra en las enormes fotos de los candidatos que nos persiguen con su embaucadora mirada…cuando por las calles pasamos ante ellos.

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