"Y otra vez alguien arremete contra Andalucía y los andaluces. Este duro sino debe ser una maldición que nos ha caído".
¡Será posible!
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Han sido ya muchos y muchas quienes nos han insultado gratuitamente, así, porque les da la gana y les sale de los…
Mejor me callo, voy a intentar no ser grosero por respeto a ustedes, los lectores.
No hace mucho fue el mismísimo Presidente de la Generalidad de Cataluña, el señor Mas –que tiene menos… de eso que hay que tener–, quien nos disparó una andanada de lindas perlas con desvergonzada dialéctica sobre la forma de hablar de los niños andaluces, etc. etc.
Ya estamos acostumbrados a tanto insulto; hasta que la gotita colme el vaso, y entonces seamos nosotros quienes tengamos menos que el señor Mas; aunque sea difícil ganarle a ese en poca vergüenza y descortesía.
Hace poco, el señor Durán i Lleida, líder de Convergencia y Unión –magnífico orador aunque aquí, creo que perdió los papeles–, arremetía embistiendo con bravura contra los jornaleros andaluces, de quienes decía que se gastaban en el bar la ayuda que el Gobierno les da. ¿Y que diga este disparate el señorito José Antonio Durán, que nunca ha necesitado subvención alguna, porque siempre ha tenido MUCHO dinero para comer?
Aquí quisiera verlo yo –aunque tan sólo sea un mes–, doblando el espinazo cuando como los jornaleros, tenga la suerte de tener trabajo recogiendo la cosecha de aceituna o arando, por ejemplo, y ganando a cambio de esa dura faena, el jornal que cobra uno de esos “jornaleros” que él critica. Señor Durán, nadie se gasta en el bar lo poco que gana, y menos, el escaso subsidio que recibe cuando no tiene trabajo. Véngase aquí hombre, y viva con ellos y entre ellos, y entonces, pedirá perdón a esos andaluces cuyo honor ha mancillado con sus injuriosas declaraciones.
Pero ahí no se queda eso. Otro señorito también nos ha salido bravo y con dos buenos...
Este guapetón y elegante “pimpollo”, como supongo que ya sabrán por la polémica que ha levantado en España arremetiendo contra Andalucía y los andaluces, hizo ayer domingo unas despectivas y humillantes declaraciones en un programa de televisión, que han levantado ampollas –sobre todo, y aunque él piense lo contrario–, en las doloridas espaldas de los andaluces, pero muy especialmente en las de los jornaleros y campesinos.
Resulta que tan hermoso jinete, dijo entre otras, estas cosillas: "Cuando ves que la gente joven no tiene el menor ánimo de progresar, eso es grave. Eso sólo pasa en Andalucía. Sinceramente. Eso en el norte de España no pasa, en el centro tampoco. Ni tan siquiera en Extremadura"
¿Qué la gente joven no tiene ánimos de progresar? Mira Cayetano, a ti quisiera verte, levantándote por la mañana y no sabiendo qué camino tomar para encontrar trabajo; a ti, que no has dado un golpe en tu vida; y que sin embargo lo has tenido todo: buena “cuna”, mejores colegios, muchas “criadas” que te han lavado los calzoncillos y te han cocinado; abundante pasta en la cartera y una buena vida de lujos, viajes… y eso sí, mucha “equitación” diaria deslomando al pobre caballo, sin preocupación por cómo te llega el “papeo”: ese ha sido tu esfuerzo y ese, tu “progreso” desde que naciste hasta ahora.
¿Y ahora vienes a decirnos que los jóvenes andaluces que no tienen lo que tú has tenido, no tienen el menor ánimo de progresar? Cuando todo en sus vidas ha sido una lucha constante para progresar, y a veces, hasta para subsistir en el día a día de la existencia?
¿Cómo es posible que un aristócrata como tú –que por muy conde de “Salvalatierra” que seas, con tu permiso y sin él, voy a tutearte, porque no mereces mis respetos–, sea tan insensible, torpe y falto de tacto en sus falaces declaraciones contra esas gentes que te trabajan la tierra?
También el caballero del caballo expresó esto:"Andalucía es la comunidad en la que más se ha invertido y la que menos ha progresado".
Hombre, Cayetano, parece mentira que digas esto. En los últimos treinta años, esta tierra nuestra –que no tuya, aunque poseas mucha extensión de ella–, ha avanzado muchísimo, si bien a ti, te hubiese gustado que aún permaneciera estancada en el medievo; época que añoras, pues expresaste que te gustaría estar en la Edad Media, para según dijiste: “en vez de tener treinta y dos demandas y tener que ir a los Juzgados cada semana, sacar la espada y dirimir con ella las diferencias entre tú y tus querellantes”.
Como se ve que añoras viejos y pasados siglos en los que, contra la razón, se imponía la fuerza del poder y la espada.
¿Te gustaría que Andalucía estuviera ahora en los tiempos de los Reyes Católicos y del Tribunal del Santo Oficio, donde la Nobleza –de la cual procedes–, acojonaba al más débil, campaba a sus anchas anexionándose merced al favor real, tierras conquistadas, bienes, poder, prebendas y oro? A los andaluces, no nos gustaría; debes reconocer que hemos progresado, al menos en eso.
Pero mira si eres listo, Cayetano de mi alma, que criticas las ayudas del PER; no quieres que se las den a quienes nada tienen, pero eso sí; te muestras a favor de poner la mano a las subvenciones de la UE percibidas por la Casa de Alba (Dicen que nada menos que tres millones de euros por tus 25.000 hectáreas de terreno), y opinas que no se deben hacer distinciones por el nombre ni los títulos en unas ayudas públicas, (mira que bien) que consideras necesarias porque las explotaciones agrícolas de la Casa de Alba se han mostrado deficitarias durante los últimos años, y sólo ahora comienzan a cuadrar las cuentas en una empresa de la que dices, dependen 250 familias de modo directo. Esos que según tú, no quieren trabajar.
También dices que:"'A nadie le regalan nada". ¡Pero hombre, señor caballero! No sé quién es el heredero al que le han regalado esas 25.000 hectáreas de tierras, que nada más en subvención te aportan tres millones de euros.
El señor conde de Salvatierra niega ser un “señorito” y ha soltado otras perlas como ésta: "Nosotros no nos hemos arruinado ninguna vez porque nunca hemos sido ricos".
¡Tócate las pelotas Cayetano, y después, toses!