_______________________________________
El 3 de mayo de 1987 –hace
unos días acaban de cumplirse 27 años–,
era la fecha en que se celebraba la fiesta de la Exaltación de la Cruz,
y aquella tarde, tres niñas de entre
diez y doce años –dos hermanas y una
amiga–, salieron a pasear a un lugar en el campo no demasiado alejado de la
localidad de Pedrera.
El sitio es bonito; se trata
de un lugar plantado de verdes olivares, y el paraje donde se desarrolla esta historia, se halla en
un pequeño valle por el que discurre el cauce de un arroyuelo, entre las dos laderas
algo inclinadas de unos cerros alargados y no muy elevados.
El paraje se encuentra situado entre olivares, y en sus caminos abundan pequeños altares e imágenes y estaciones de un Via Crucis |
Sería sobre las cinco de la
tarde, cuando las niñas disfrutaban de su paseo por el lugar, –y según expresaron
luego–, repentinamente vieron una figura de la Virgen posada sobre uno de los
olivos. La imagen que dijeron ver iba
vestida de blanco, era de fina piel, y tenía los ojos azules, apareciendo con las
palmas de las manos unidas como si estuviese orando. Días después, las pequeñas declararon que: “Era
la Virgen de Fátima y nos dijo que iba a ayudar y proteger a los enfermos”.
Piedra que se encuentra dentro de la ermita |
Las niñas continuaron varios días
más visitando el lugar, y afirmando que seguían viendo a la Virgen manteniendo
un contacto visual y un diálogo íntimo con ella. En el sitio cercano a las
apariciones, había una roca arenisca de mediano tamaño que –según la Virgen–, estaba bendecida, y en
torno a ella se congregaban creyentes y curiosos que rezaban y depositaban
ramos de flores, objetos de culto, estampas, etc. Algún tiempo más tarde, con las
aportaciones económicas de las personas más allegadas al lugar, e
incondicionales fervorosos de las apariciones, alrededor de dicha piedra se
construyó una pequeña ermita en cuyo interior, junto a gran cantidad de
imágenes donadas por fieles, hay fotos, velas, rosarios, etcétera, y en el
centro se guarda y aún puede verse la
mencionada piedra.
Las niñas que dijeron ver las
apariciones, no se sabe por qué razón; quizá aconsejadas por la familia, agobiadas por la popularidad o
molestadas por la gente, ante la sorpresa de todos, veintiocho días después, el
domingo 31 de mayo pusieron fin a sus visitas al lugar de las supuestas
apariciones y declararon que: “La Virgen ya no se aparecerá más; hoy será el
último día”.
LOS
NUEVOS VIDENTES Y CURANDEROS
Y ahí terminaron hasta el día
de hoy, la popularidad y el protagonismo de las pequeñas. Pero entonces, hubo
otras personas “avispadas” que inmediatamente vieron “un posible filón en aquél negocio” y recogiendo
el “testigo” dejado por las niñas, quisieron “aprovechar” el protagonismo, la
fama, y por qué no, los beneficios económicos que podía proporcionarles aquél
fenómeno de masas en que se había convertido el extraño caso de las apariciones
marianas de Pedrera.
Acudieron entonces al lugar
algunas personas que también afirmaban ver a la Virgen y proliferaron otras que
decían tener el don, el poder, la facultad milagrosa de curar enfermedades y
dolencias de cualquier tipo. Aquello se convirtió en una locura colectiva y era
a cualquier hora del día o la noche, una bulliciosa feria con connotaciones de mezcla
entre espectáculo y religiosidad.
En el olivar y los caminos, hay colocados pequeños altares en lugares donde algunas personas dicen que ha habido apariciones |
Yo vi a un hombre de los que
se hacían llamar “curandero”, que allí “sanaba” los males y dolores de quienes
se lo pedían. Lo hacía de la siguiente manera: con un cubo, sacaba agua del
arroyuelo que pasa por allí, y mojando las manos en esa agua, frotaba las
partes del cuerpo de las personas que solicitaban ser curadas. Un tiempo después, ya no ejercía allí los poderes
sanadores sobre su clientela, sino que indicaba a sus “pacientes” que lo
visitaran en su casa en Humilladero, (Málaga). No cobraba, dejaba al paciente
ejercer su voluntad a la hora de salir “curado” de la “consulta”.
EL
FENÓMENOS DE LAS APARICIONES
La voz corrió rápidamente primero
por los pueblos cercanos de la Comarca de Estepa, y cada vez más, se fue
extendiendo la noticia de los extraños fenómenos y sanaciones milagrosas por
pueblos e incluso ciudades más lejanas, de Andalucía y de otras partes de
España.
Pronto, las apariciones de la
Virgen en Pedrera, acapararon el interés de las gentes y de los medios
informativos: televisiones, prensa, radios, etcétera. Y como es lógico, hasta el mariano lugar iban
llegando autobuses y vehículos particulares que desde los lugares más insospechados, traían a cientos
de personas: enfermos, curiosos, investigadores, expertos en fenómenos
paranormales, incrédulos, creyentes etc. etc. que invadieron el olivar por
doquier; unas buscando el alivio a sus
enfermedades, se podían ver rogando con fe verdadera, pidiendo a María la
promesa hecha a las niñas de ayudar y proteger a los enfermos; habían
depositado toda su fe en la Virgen que se “aparecía” en dicho lugar. Allí vi personas
impedidas, recostadas en el suelo soportando el frío, otras en sillas de ruedas,
algunas buscaban explicaciones racionales y respuestas a su fe, o a la
incredulidad, y muchas más, acudían para ver si tenían la suerte de ser
testigos de alguna aparición milagrosa, o para satisfacer su curiosidad
verificando si lo que allí ocurría era cierto o simplemente se trataba de un
montaje urdido por las jóvenes videntes primero, y por las “médiums” menos
jóvenes después.
Unos decían verla; otros no
veían nada, y cada vez se hablaba más de las apariciones de Pedrera, llegando a
ser tema de charlas en programas de las televisiones nacionales, donde
importantes teólogos y otros expertos en este tipo de fenómenos paranormales y
apariciones marianas, debatían sobre la veracidad o falsedad de los hechos que
estaban ocurriendo en Pedrera.
Al cabo de un tiempo, la
vidente de Estepa quiso “traerse” la Virgen y sus apariciones a un terreno en
la sierra de Estepa, pero el intento fue infructuoso por estar declarado el
lugar como suelo no urbanizable.
Antes de eso, allí presencié “fenómenos”
portentosos, pero a mi modo de ver, fraudulentos: hemorragias en estigmas en
las manos y la frente, en el costado. Desvanecimientos y entradas en trance,
mensajes de las diversas divinidades… y muchas cosas más.
Interior de la pequeña ermita |
LAS APARICIONES CELESTIALES
Casi a diario –siempre amparadas
por la nocturnidad–, y sin horario establecido, pero a altas horas de la noche
o la madrugada, se comenzaba a rezar el Rosario dirigido por personas
afines a la vidente de Estepa, y cuando
las plegarias concluían, se entonaba una salve, y casi siempre, al poco tiempo
de comenzados los cánticos, entre el clamor y los gritos de asombro de los presentes que no dejaban de mirar hacia
todos los lados del olivar, aparecía entre los olivos una imagen cubierta por
un velo blanco y con una luz roja entra las manos. Se desplazaba muy despacio y
nunca resbaló –hay que decirlo–, a pesar
de lo inclinado del terreno. Bajaba, entre gritos de los presentes de: ¡Madre,
Madre, ahí está nuestra Madre, Señora no nos abandones…¡ y cosas así.
Es muy curioso, pero nadie se
movía para ir al encuentro de aquél ser celestial, y no sé si era por miedo a
lo desconocido de aquél fenómeno, o por no romper el hechizo del “mágico y
milagroso momento”, pero sólo la vidente de Estepa se acercaba a la blanca
figura que unas veces le daba un mensaje que ella trasladaba después a los
fieles presentes, y en otra ocasión, le dio un gran Rosario que luego enseñó a
los presentes. Un poco tiempo después de aparecer, la luz que portaba la
enigmática figura blanca, se apagaba, y ésta, tal y como había llegado, desaparecía
entre la oscuridad tras la vegetación de las ramas del olivar
LO
QUE YO PUDE VER
Yo vi esas apariciones muchas
veces. Pero en otra ocasión, en la noche del domingo de Resurrección, en una
explanada sin olivos que había en la
parte alta del alargado cerro donde nos encontrábamos todos, allí de en medio de
los claros del olivar salió andando por su pie un supuesto Jesús con una túnica
blanca y los brazos extendidos en cruz. La vidente dijo ser Jesús resucitado, y
nos mandó poner de rodillas –más que
todo, para que no pudiésemos avanzar hacia el Jesús–, y yo estuve a punto de
ser elegido por ella para ir hasta el hombre y verlo de cerca, pero me miró, y
entonces eligió para ver “al resucitado” a otro hombre de Arahal amigo suyo y
adepto a su causa. Se acercaron hasta el aparecido y tras un poco de tiempo,
volvieron hacia el lugar donde estábamos todo el grupo, que podía ser de más de
cien personas. El hombre que lo vio de cerca venía impresionado de lo que había
visto, y sobre todo, decía: “¡esos ojos del hombre, me miraban de una forma
extraña!”. Pero cuando se está de rodillas en el suelo tanto tiempo, las piedras
se clavan y duelen, y la gente comenzamos a ponernos en “cuclillas”, con las
piernas flexionadas, y cuando se está en
esa postura, se comienza a andar y la gente íbamos avanzando poco a poco para
ver de cerca al Jesús, sin hacer caso a la vidente que a voces nos ordenaba
estarnos quietos y de rodillas. Y cada vez nos acercábamos más a él, hasta el
extremo de que ya la gente se desmadraba, descontrolaba y avanzaba peligrosamente hacia el
aparecido, de forma que el milagro de la
aparición del resucitado en Pedrera, podía terminar como “el Rosario de la
Aurora”. Total, que viendo a tantos “fieles” ir andando hacia él, el resucitado
de túnica blanca, barba longa y ojos extraños, se murió de miedo y comenzó a andar algo rápido por entre los
olivos de aquél monte, cogió la cuesta abajo que allí había, y al cabo de unos minutos, el aparecido
“despareció” entre las sombras de la noche poniendo pies en “polvorosa” y segura
distancia de por medio.
En varias ocasiones llevé una
cámara de vídeo escondida bajo la ropa, y tuve la mala suerte de no querer
aparecer ningún ser “celestial”, pero cuando apareció el resucitado, lo pude
observar con unos prismáticos, y a pesar de hacer una noche algo clara y con
luna, sólo pude ver más de cerca a una figura alta vestida con la túnica, pero
no fue posible distinguir sus facciones.
DESCUBIERTO
EL FRAUDE
Total, estos supuestos fenómenos
no tienen nada de paranormales, y sí mucho de “normales y terrenales” que lo
considero un fraude, una treta engañosa hecha con mala fe, contra la buena fe
de personas que vi rezando de verdad, rogando a la Virgen para que les curase a
ellos o a algún ser querido. No debe jugarse con la fe y los buenos sentimientos
de las personas que de verdad son creyentes.
Años después, se terminó el espectáculo en Pedrera: la vidente de
Estepa trasladó a la Virgen y a toda la Corte Celestial a un cortijo situado entre
Herrera y Marinaleda, y desde entonces era allí donde tenían lugar los “prodigios”, las apariciones y
las maratonianas sesiones de curación de cientos de personas, que comenzaban
por la noche y se prolongaban hasta por
la mañana, en las que cada “sanado” al salir dejaba en una hucha una “limosna”
a la “voluntad”… y así muchos y muchos días, apareciendo palomas del Espíritu
Santo del pecho de la vidente, Vírgenes, Santos, sangrado de imágenes en
estampas y prodigios varios que los más cándidos se “tragaban”, hasta que la
cadena de televisión Antena 3, emitió hace años unos programas desmontando el
fraude que allí se hacía, y poniendo en evidencia la falsedad de una Virgen que
fue pillada infraganti huyendo de las cámaras y metiéndose en su casa a “gatas”
para ocultarse de la acusadora mirada de la televisión.
_____________________________________
(Fotografías tomadas el 8-4-2014)
(Viernes Santo)
______________________________________
No hay comentarios:
Publicar un comentario