______________________________________
Hace muchos años ya, hubo en Estepa un fraile franciscano al que yo conocí en los tres últimos años de su vida.
Por todo el mundo era conocido como el padre Alfonso; así de
sencillo y sin más. Su nombre era, Alfonso Castelo Aranda.
Lo recuerdo como un honorable viejecito octogenario, de aspecto
frágil y delicado que a pesar de su ancianidad, se le podía ver por las calles
estepeñas ayudándose de su bastón, yendo a las iglesias de las Hermanas de la Cruz o del Carmen, donde
decía misa, o visitando los domicilios particulares de personas amigas, y de
otras que requerían su presencia. Siempre iba vestido con el hábito franciscano
ceñido por el cordón blanco del que pendía un rosario.
|
P. ALFONSO CASTELO
Foto cedida por sor Consuelo
de Jesús, monja clarisa,
gracias a la petición hecha
por D. Francisco Manzano Jurado. A ambos mi agradecimiento. |
Característico en él,
era verlo con el solideo negro sobre la cabeza y unas gafas con los cristales
algo ahumados; y en los días invernales, arropado con la capa propia de la Orden de Frailes Menores de
San Francisco de Asís.
Nació este fraile tan querido por todos los estepeños, el día 17
de junio del año 1882 en la localidad cordobesa de Hinojosa del Duque. En su
bautismo le fueron impuestos los nombres de Anastasio Alfonso Bartolomé.
Muy joven, a los dieciséis años toma el hábito franciscano el 30
de septiembre de 1898, profesando en la Orden al año siguiente. Estando ya en el Seminario
de Chipiona (Cádiz), pisa por vez primera el suelo estepeño con ocasión de su
visita como violinista componente de una orquesta que actúa en un importante
acto en el convento franciscano de esta ciudad, allá por el año 1904.
Una vez que su formación religiosa se completa en el Seminario, el
23 de febrero de 1907 es ordenado sacerdote en Chipiona, celebrando allí su
primera misa el día 31 de marzo del mismo año. Comienza después su periplo de
apostolado por distintos lugares de Andalucía: Chipiona en primer lugar; después,
tres años como maestro en Lebrija; de ahí, pasa una década en su primer destino
en Estepa; luego es enviado a Puente Genil durante nueve años ejerciendo sus labores
conventuales y de maestro; tras esta etapa, vuelta definitiva a Estepa en el
año 1931; y finalmente en Chipiona, donde fallece.
En Estepa celebra sus bodas de oro sacerdotales –50
aniversario–, con una misa celebrada en el convento de San Francisco el día 4
de agosto de 1957.
Y ya, permanece entre nosotros hasta marzo de 1965 que cae
enfermo, y debiendo recibir cuidados más especiales, es trasladado en abril a
la enfermería del Convento de Chipiona, donde pasó sus últimos ocho meses de
vida, durante los cuales, fueron muchas las personas de Estepa que viajaron
para visitarlo. Allí, su buen corazón con los más desfavorecidos y necesitados,
dejó de latir el día 27 de noviembre de 1965.
Yo recuerdo haberlo visto en su tiempo de estancia en la
enfermería de Chipiona. En el verano de 1965, la Asociación “Juventud Antoniana”
–que él fundara en los años de su primera estancia en Estepa–, organizó un
viaje de excursión en autobús a esa ciudad del litoral gaditano.
Íbamos muchos jóvenes de la Asociación, además de
otras personas mayores que quisieron ir a visitarlo.
Los frailes lo bajaron en una silla de ruedas, y en una amplia sala
del convento pudimos verle muy anciano ya, con lágrimas en los ojos y diciendo:
“llevadme a Estepa”.
Quería volver a esta ciudad. Estaba muy emocionado por la visita
viéndose rodeado por las muestras de cariño de toda “su gente de Estepa” –decía–.
Fue la última vez que le vi, pues meses después falleció a la
edad de ochenta y tres años.
|
Santuario de Nuestra Señora de Regla (Chipiona) |
Su cuerpo fue sepultado en la tierra del pequeño cementerio que
había en el patio del convento de Chipiona. Una sencilla cruz con su nombre,
clavada en el suelo, y un ramo de flores que habían colocado sobre la tumba, es
lo que vi con ocasión de una visita que hice al pequeño y austero lugar donde
estaba enterrado un hombre cuyo espíritu fue tan grande y bondadoso.
En su dilatada vida hizo muchas cosas buenas por los más
necesitados, que son recordadas aún por la sociedad estepeña, además de las labores
propias de su ministerio como sacerdote.
Siempre acudía en favor y ayuda de los más débiles; si se
enteraba que algún pobre padre de familia u otra persona estaba detenida en el
cuartelillo de los Municipales o la Guardia
Civil, por haber ido a traer algo del campo para su casa, o
por cualquier otra causa; allí se presentaba el padre Alfonso pidiendo que lo
pusieran en libertad. Era la pesadilla de los guardias.
|
PADRE ALFONSO CASTELO
(Foto propiedad de D. Juan Jiménez Prieto, a quien agradezco su
cesión, gracias a su hermano Jesús) |
Toda la gente de Estepa sabe que son muchísimas las anécdotas
como éstas, que nos podían contar los más viejos, y necesitaríamos rellenar numerosas
páginas para narrarlas. Mucha gente acudía a él para pedirle ayuda, recomendaciones o favores de todo tipo en aquellos durísimos y rígidos años de nuestra posguerra;
con tantas penalidades, hambre y necesidades, sobre todo en los más
desgraciados y pobres del escalafón social.
A ellos les ayudaba, y por ello era tan querido de todos.
En sus labores como religioso, queriendo unir a la juventud
estepeña, en 1912 se redactan los estatutos y funda una Asociación para jóvenes,
llamada “Juventud Antoniana”, que contaba con la colaboración de muchas
personas acometiendo entre otros fines, la creación de una bolsa de caridad con
la que poder socorrer con alimentos y medios económicos a las familias que más
lo necesitaban. Además, creó también otra institución llamada “Conferencias de
San Antonio” que estuvo largos años bajo su dirección.
|
Santísimo Cristo de la Salud |
Trabajó en la organización y posterior fundación de la Hermandad del Santísimo
Cristo de la Salud
y Nuestra Señora de la
Amargura, (El Calvario), que tuvo lugar el 20 de abril de
1941, ejerciendo a lo largo de muchos años la dirección espiritual de dicha
Cofradía.
Toda su vida, a través de sus actos, estuvo ayudando a los más
menesterosos, ganándose con total merecimiento la amistad, el respeto y el
cariño de todos: pobres y ricos.
Fue por su amor a Estepa y sus gentes, y por los cuarenta y
cuatro años que compartió su vida con
nosotros, por lo que le fue concedido el título de “Hijo Ilustre” de esta
ciudad, cuyo ayuntamiento también rotuló una de las calles más céntricas con el
nombre de “Padre Alfonso”.
|
Esta es la céntrica calle estepeña que
lleva su nombre |
A los ocho años de su muerte, los restos mortales de un viejo
fraile sencillo y querido, fueron exhumados de su solitaria tumba en el
cementerio del convento de Nuestra Señora de Regla, en Chipiona, y volvieron a Estepa a descansar para siempre
en su suelo.
Y eso ocurrió a las cinco de la tarde del 12 de octubre de 1973.
Ese día, mediante invitación hecha a los estepeños por parte del Ilmo.
Ayuntamiento y la Comunidad Franciscana,
hubo un recibimiento popular de los restos mortales del sacerdote en la Avda. de Los Centurión,
presidido por las autoridades y el clero de Estepa.
|
Losa sepulcral que guarda los restos mortales del P. Alfonso Castelo, en la iglesia de Nuestra Señora de Gracia, del convento de San Francisco de Asís.
(Muy agradecido al P. fray Luís Guillén, que amablemente me abrió las puertas del convento y la iglesia para hacer las fotos) |
|
La tumba está al pie del altar donde de hallan
las antiguas imágenes de la
Hermandad del Calvario |
En dicho acto se congregaron gran cantidad de estepeños que acompañaron
el féretro en procesión fúnebre hasta el convento franciscano. Además, muchos
vecinos de Estepa nos congregamos a las puertas de la iglesia del convento de
San Francisco para recibir al vehículo que portaba sus restos. Tras un solemne
funeral con misa concelebrada, se
procedió al acto de inhumación de sus restos, que fueron depositados al pie del
altar donde se venera al Cristo de la
Salud, y las imágenes que antaño componían el viejo paso de
misterio de la Hermandad
del Calvario.
Como él pedía, al fin lo trajeron a su convento de Estepa para
siempre; y allí descansa en paz.
***********************************
***********************