TIEMPO DE
NAVIDAD
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Dicen la Historia y las
Escrituras, que en aquellos lejanos lugares de Oriente y en los remotos tiempos
del rey Herodes, el humilde carpintero José y su joven esposa María, y marcharon
a empadronarse a su ciudad, según decreto de César Augusto. José, por ser
descendiente de David, fue desde Nazaret a la pequeña ciudad de David, llamada
Belén de Judá. Al llegar a su destino, María siente que es el momento del parto
y que la hora se acerca. No hay en Belén
lugar ni posada alguna donde resguardarse para dar a luz al hijo que esperan.
José, viendo el estado de
su esposa, deambula por Belén demandando aquí y allá que por caridad, le dejen un
lugar donde poder guarecerse el matrimonio para recibir al hijo que está a punto
de nacer. Al fin, alguien se apiada de ellos y les ofrece asilo en un cobertizo
donde duermen sus animales.
Y allí nació el niño.
María lo envolvió en humildes pañales y lo recostó en un pesebre que había en
el establo.
Dicen que algunos pastores
fueron avisados de aquél nacimiento por un ser divino que los envolvió con su
luz y les dijo que no hubiera miedo en ellos, pues les anunciaba una gran
alegría: “en la ciudad de David os ha nacido un Salvador, el mesías, el Señor. Esto
os servirá de señal: Encontraréis un niño envuelto en pañales acostado en un
pesebre”. Y allí se presentaron para ver al recién nacido.
El cielo oscurecido por la
noche, se iluminó misteriosamente y un astro resplandeciente de luz apareció en
la bóveda celeste dirigiendo su pausada trayectoria hacia el pueblecito de
Belén, alumbrando y marcando con su fulgor el sitio donde se hallaba el pesebre
y el niño. Al poco tiempo, llegaron al
lugar señalado por la luz, tres hombres sabios venidos desde el Oriente,
avisados –también por extraños sueños–, del lugar donde la estrella les
llevaría para hallar a un humilde recién nacido.
“¿Dónde está –venían
preguntando –, el que ha nacido, el rey de los judíos? Porque hemos visto su
estrella en el Oriente y venimos a adorarlo”. Y allí encontraron al niño admirado con
ternura por los ojos de José, y dulcemente dormido en los brazos de su madre. Y
ante ese misterioso niño nacido en lugar tan remoto para ellos, postrados los
Magos, hincaron sus rodillas en la
tierra, lo adoraron y ofrecieron unos presentes.
Desde
entonces, el tiempo de la Navidad es tiempo de Paz y Amor para los seres de la
tierra. La Paz y el Amor que vino a traernos un niño hijo de José y de María, a
quien pusieron por nombre y fue conocido desde entonces, como… Jesús de
Nazaret.
Con
varias fotos a modo de postales Navideñas, del Belén que he puesto para mis nietos,
os felicito a todos mis familiares, y a vosotros, mis amigos, deseándoos que la
vida os colme de todo lo bueno; salud, amor, bienestar y larga vida.
¡¡Feliz Navidad, buen Año Nuevo 2019… y mucha suerte a todos!!
…………………………………………………………………………………………………………………..
Antonio Rodríguez Crujera
Estepa, 21 de diciembre de 2018
Con
varias fotos a modo de postales Navideñas, del Belén que he puesto para mis nietos,
os felicito a todos mis familiares, y a vosotros, mis amigos, deseándoos que la
vida os colme de todo lo bueno; salud, amor, bienestar y larga vida.
¡¡Feliz Navidad, buen Año Nuevo 2019… y mucha suerte a todos!!
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Antonio Rodríguez Crujera
Estepa, 21 de diciembre de 2018