EL TIEMPO EN ESTEPA

EL TIEMPO: PREVISIÓN METEOROLÓGICA PARA ESTEPA

sábado, 10 de mayo de 2014

LAS APARICIONES DE LA VIRGEN EN PEDRERA, (SEVILLA) ¿VERDAD, O MENTIRA?

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Cruz de hierro de varios metros de altura


EL COMIENZO

El 3 de mayo de 1987 –hace unos días acaban de cumplirse 27 años–,  era la fecha en que se celebraba la fiesta de la Exaltación de la Cruz, y aquella tarde, tres niñas de  entre diez y doce años  –dos hermanas y una amiga–, salieron a pasear a un lugar en el campo no demasiado alejado de la localidad de Pedrera.
El sitio es bonito; se trata de un lugar plantado de verdes olivares, y el paraje  donde se desarrolla esta historia, se halla en un pequeño valle por el que discurre el cauce de un arroyuelo, entre las dos laderas algo inclinadas de unos cerros alargados y no muy elevados.
El paraje se encuentra situado entre olivares, y en sus caminos abundan pequeños altares e imágenes y estaciones de un Via Crucis
Sería sobre las cinco de la tarde, cuando las niñas disfrutaban de su paseo por el lugar, –y según expresaron luego–, repentinamente vieron una figura de la Virgen posada sobre uno de los olivos.  La imagen que dijeron ver iba vestida de blanco, era de fina piel, y tenía los ojos azules, apareciendo con las palmas de las manos unidas como si estuviese orando.  Días después, las pequeñas declararon que: “Era la Virgen de Fátima y nos dijo que iba a ayudar y proteger a los enfermos”. 

Piedra que se encuentra dentro de la ermita
Las niñas continuaron varios días más visitando el lugar, y afirmando que seguían viendo a la Virgen manteniendo un contacto visual y un diálogo íntimo con ella. En el sitio cercano a las apariciones, había una roca arenisca de mediano tamaño que  –según la Virgen–, estaba bendecida, y en torno a ella se congregaban creyentes y curiosos que rezaban y depositaban ramos de flores, objetos de culto,  estampas, etc. Algún tiempo más tarde, con las aportaciones económicas de las personas más allegadas al lugar, e incondicionales fervorosos de las apariciones, alrededor de dicha piedra se construyó una pequeña ermita en cuyo interior, junto a gran cantidad de imágenes donadas por fieles, hay fotos, velas, rosarios, etcétera, y en el centro  se guarda y aún puede verse la mencionada piedra.
Las niñas que dijeron ver las apariciones, no se sabe por qué razón; quizá aconsejadas  por la familia, agobiadas por la popularidad o molestadas por la gente, ante la sorpresa de todos, veintiocho días después, el domingo 31 de mayo pusieron fin a sus visitas al lugar de las supuestas apariciones y declararon que: “La Virgen ya no se aparecerá más; hoy será el último día”.

LOS NUEVOS VIDENTES Y CURANDEROS

Y ahí terminaron hasta el día de hoy, la popularidad y el protagonismo de las pequeñas. Pero entonces, hubo otras personas “avispadas” que inmediatamente vieron  “un posible filón en aquél negocio” y recogiendo el “testigo” dejado por las niñas,  quisieron “aprovechar” el protagonismo, la fama, y por qué no, los beneficios económicos que podía proporcionarles aquél fenómeno de masas en que se había convertido el extraño caso de las apariciones marianas de Pedrera.  
Acudieron entonces al lugar algunas personas que también afirmaban ver a la Virgen y proliferaron otras que decían tener el don, el poder, la facultad milagrosa de curar enfermedades y dolencias de cualquier tipo. Aquello se convirtió en una locura colectiva y era a cualquier hora del día o la noche, una bulliciosa feria con connotaciones de mezcla entre espectáculo y religiosidad.
En el olivar y los caminos, hay colocados pequeños altares en lugares donde algunas personas dicen que ha habido apariciones
Yo puedo contar esto porque fui una de esas personas que acudió allí, al principio por curiosidad, y más tarde, cuando aparecieron  otros y otras videntes, asistía para ver si podía descubrir el “misterio” de las pariciones cuasi programadas cada noche por una vidente de Estepa, siempre tras finalizar el rezo del Rosario, y vi en muchas ocasiones aquellas apariciones de la Virgen y hasta del mismísimo Jesucristo, que más adelante les contaré.
Yo vi a un hombre de los que se hacían llamar “curandero”, que allí “sanaba” los males y dolores de quienes se lo pedían. Lo hacía de la siguiente manera: con un cubo, sacaba agua del arroyuelo que pasa por allí, y mojando las manos en esa agua, frotaba las partes del cuerpo de las personas que solicitaban ser curadas.  Un tiempo después, ya no ejercía allí los poderes sanadores sobre su clientela, sino que indicaba a sus “pacientes” que lo visitaran en su casa en Humilladero, (Málaga). No cobraba, dejaba al paciente ejercer su voluntad a la hora de salir “curado” de la “consulta”.


EL FENÓMENOS DE LAS APARICIONES
La voz corrió rápidamente primero por los pueblos cercanos de la Comarca de Estepa, y cada vez más, se fue extendiendo la noticia de los extraños fenómenos y sanaciones milagrosas por pueblos e incluso ciudades más lejanas, de Andalucía y de otras partes de España.
Pronto, las apariciones de la Virgen en Pedrera, acapararon el interés de las gentes y de los medios informativos: televisiones, prensa, radios, etcétera.  Y como es lógico, hasta el mariano lugar iban llegando autobuses y vehículos particulares que  desde los lugares más insospechados, traían a cientos de personas: enfermos, curiosos, investigadores, expertos en fenómenos paranormales, incrédulos, creyentes etc. etc. que invadieron el olivar por doquier; unas buscando  el alivio a sus enfermedades, se podían ver rogando con fe verdadera, pidiendo a María la promesa hecha a las niñas de ayudar y proteger a los enfermos; habían depositado toda su fe en la Virgen que se “aparecía” en dicho lugar. Allí vi personas impedidas, recostadas en el suelo soportando el frío, otras en sillas de ruedas, algunas buscaban explicaciones racionales y respuestas a su fe, o a la incredulidad, y muchas más, acudían para ver si tenían la suerte de ser testigos de alguna aparición milagrosa, o para satisfacer su curiosidad verificando si lo que allí ocurría era cierto o simplemente se trataba de un montaje urdido por las jóvenes videntes primero, y por las “médiums” menos jóvenes después.
Unos decían verla; otros no veían nada, y cada vez se hablaba más de las apariciones de Pedrera, llegando a ser tema de charlas en programas de las televisiones nacionales, donde importantes teólogos y otros expertos en este tipo de fenómenos paranormales y apariciones marianas, debatían sobre la veracidad o falsedad de los hechos que estaban ocurriendo en Pedrera.
Al cabo de un tiempo, la vidente de Estepa quiso “traerse” la Virgen y sus apariciones a un terreno en la sierra de Estepa, pero el intento fue infructuoso por estar declarado el lugar como suelo no urbanizable.
Antes de eso, allí presencié “fenómenos” portentosos, pero a mi modo de ver, fraudulentos: hemorragias en estigmas en las manos y la frente, en el costado. Desvanecimientos y entradas en trance, mensajes de las diversas divinidades… y muchas cosas más. 

Interior de la pequeña ermita
LAS APARICIONES CELESTIALES

Casi a diario –siempre amparadas por la nocturnidad–, y sin horario establecido, pero a altas horas de la noche o la madrugada, se comenzaba a rezar el Rosario dirigido por personas afines  a la vidente de Estepa, y cuando las plegarias concluían, se entonaba una salve, y casi siempre, al poco tiempo de comenzados los cánticos, entre el clamor y los gritos de asombro  de los presentes que no dejaban de mirar hacia todos los lados del olivar, aparecía entre los olivos una imagen cubierta por un velo blanco y con una luz roja entra las manos. Se desplazaba muy despacio y nunca resbaló –hay que decirlo–,  a pesar de lo inclinado del terreno. Bajaba, entre gritos de los presentes de: ¡Madre, Madre, ahí está nuestra Madre, Señora no nos abandones…¡ y cosas así.
Es muy curioso, pero nadie se movía para ir al encuentro de aquél ser celestial, y no sé si era por miedo a lo desconocido de aquél fenómeno, o por no romper el hechizo del “mágico y milagroso momento”, pero sólo la vidente de Estepa se acercaba a la blanca figura que unas veces le daba un mensaje que ella trasladaba después a los fieles presentes, y en otra ocasión, le dio un gran Rosario que luego enseñó a los presentes. Un poco tiempo después de aparecer, la luz que portaba la enigmática figura blanca, se apagaba, y ésta, tal y como había llegado, desaparecía entre la oscuridad tras la vegetación de las ramas del olivar
 
Pedrera, desde el olivar que hay detrás de la ermita, 



LO QUE YO PUDE VER

Yo vi esas apariciones muchas veces. Pero en otra ocasión, en la noche del domingo de Resurrección, en una explanada sin olivos  que había en la parte alta del alargado cerro donde nos encontrábamos todos, allí de en medio de los claros del olivar salió andando por su pie un supuesto Jesús con una túnica blanca y los brazos extendidos en cruz. La vidente dijo ser Jesús resucitado, y nos mandó poner de rodillas  –más que todo, para que no pudiésemos avanzar hacia el Jesús–, y yo estuve a punto de ser elegido por ella para ir hasta el hombre y verlo de cerca, pero me miró, y entonces eligió para ver “al resucitado” a otro hombre de Arahal amigo suyo y adepto a su causa. Se acercaron hasta el aparecido y tras un poco de tiempo, volvieron hacia el lugar donde estábamos todo el grupo, que podía ser de más de cien personas. El hombre que lo vio de cerca venía impresionado de lo que había visto, y sobre todo, decía: “¡esos ojos del hombre, me miraban de una forma extraña!”. Pero cuando se está de rodillas en el suelo tanto tiempo, las piedras se clavan y duelen, y la gente comenzamos a ponernos en “cuclillas”, con las piernas flexionadas,  y cuando se está en esa postura, se comienza a andar y la gente íbamos avanzando poco a poco para ver de cerca al Jesús, sin hacer caso a la vidente que a voces nos ordenaba estarnos quietos y de rodillas. Y cada vez nos acercábamos más a él, hasta el extremo de que ya la gente se desmadraba,  descontrolaba y avanzaba peligrosamente hacia el aparecido, de forma que  el milagro de la aparición del resucitado en Pedrera, podía terminar como “el Rosario de la Aurora”. Total, que viendo a tantos “fieles” ir andando hacia él, el resucitado de túnica blanca, barba longa y ojos extraños, se murió de miedo  y comenzó a andar algo rápido por entre los olivos de aquél monte, cogió la cuesta abajo que allí  había, y al cabo de unos minutos, el aparecido “despareció” entre las sombras de la noche poniendo pies en “polvorosa” y segura distancia de por medio.
En varias ocasiones llevé una cámara de vídeo escondida bajo la ropa, y tuve la mala suerte de no querer aparecer ningún ser “celestial”, pero cuando apareció el resucitado, lo pude observar con unos prismáticos, y a pesar de hacer una noche algo clara y con luna, sólo pude ver más de cerca a una figura alta vestida con la túnica, pero no fue posible distinguir sus facciones.

DESCUBIERTO EL FRAUDE

Total, estos supuestos fenómenos no tienen nada de paranormales, y sí mucho de “normales y terrenales” que lo considero un fraude, una treta engañosa hecha con mala fe, contra la buena fe de personas que vi rezando de verdad, rogando a la Virgen para que les curase a ellos o a algún ser querido. No debe jugarse con la fe y los buenos sentimientos de las personas que de verdad son creyentes.
Años después, se terminó el espectáculo en Pedrera: la vidente de Estepa trasladó a la Virgen y a toda la Corte Celestial a un cortijo situado entre Herrera y Marinaleda, y desde entonces era allí donde tenían lugar los “prodigios”, las apariciones y las maratonianas sesiones de curación de cientos de personas, que comenzaban por  la noche y se prolongaban hasta por la mañana, en las que cada “sanado” al salir dejaba en una hucha una “limosna” a la “voluntad”… y así muchos y muchos días, apareciendo palomas del Espíritu Santo del pecho de la vidente, Vírgenes, Santos, sangrado de imágenes en estampas y prodigios varios que los más cándidos se “tragaban”, hasta que la cadena de televisión Antena 3, emitió hace años unos programas desmontando el fraude que allí se hacía, y poniendo en evidencia la falsedad de una Virgen que fue pillada infraganti huyendo de las cámaras y metiéndose en su casa a “gatas” para ocultarse de la acusadora mirada de la televisión.
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(Fotografías tomadas el 8-4-2014)
(Viernes Santo)
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