EL TIEMPO EN ESTEPA

EL TIEMPO: PREVISIÓN METEOROLÓGICA PARA ESTEPA

lunes, 5 de octubre de 2015

SOBRE EL CAOS DEL TRÁFICO EN EL CENTRO DE ESTEPA, EL MERCADILLO, LA FALTA DE APARCAMIENTOS… Y LAS ENORMES MULTAS POR APARCAR EN DOBLE FILA



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Cuando uno ve tanta infracción cometida –algunas de las cuales llegan a rozar y hasta a superar el delito–, como es el caso de: circular sin el casco, subir en las aceras los vehículos y reírse de la broma y del susto que les dan a las personas, circular a altas horas de la noche o madrugada con coches y motocicletas rugiendo y sobrepasando en mucho lo permitido en decibelios, molestando y despertando a las personas mayores, niños, enfermos y ciudadanos que trabajan, hacer carreras por las calles como si de un circuito de velocidad se tratara,  romper espejos retrovisores, arañar los coches, robar cables del alumbrado del Cerro y del Parque municipal, meter fuego a contenedores y lo que sea menester, robar en domicilios, despedazar como cafres el mobiliario urbano; asientos, papeleras, plantas, robar y desmantelar edificios oficiales, romper cristales y farolas de los alumbrados públicos y focos de los monumentos, llevar a cabo destrozos en el patrimonio e incendiar el Cerro de San Cristóbal, etc. etc. etc. 
Si estos infractores y delincuentes se sienten impunes ante la Ley, y nada temen; es porque nada tienen, y sus delitos o faltas, desafortunadamente, quedan en muchos casos sin el castigo o la sanción que merecen. 
¡Pero ay, de aquél ciudadano que es respetuoso de la Ley y la Justicia! A ese, se le sanciona, porque ese, sí paga la multa por la infracción que comete.
Cuando uno ve todo eso siente impotencia, y en cierto modo, como ciudadano, desprotección ante las infracciones y delitos que ve cometer. 
Pero ya explotas y te rebelas contra el sistema,  cuando a un hijo tuyo al que no se le considera sospechoso de ser un gamberro, y menos, irrespetuoso con las Leyes, con formación universitaria, realizando su trabajo como maestro de educación primaria, viene a su casa en Estepa a ver a su familia desde el lugar donde ejerce su labor, aparca en la calle Mesones, y se cruzan en su camino los agentes número 12516 y como testigo su compañero, el número 2740, de  la Policía Local de Estepa, que le imponen una exagerada sanción  –200 €, por aparcar su vehículo en doble fila para entrar unos minutos a un establecimiento–, eso sí, como una gracia concedida por el Gobierno, la multa se queda reducida a  100 €uros,  si la pagas prontito.
Hoy lunes sobre las 10:00 horas, y antes de pagar la multa, acudo a las dependencias de la Policía Local, a ver si es posible anular la exagerada sanción impuesta a mi hijo, y un joven agente de nuestra Policía Local,  –muy educada y respetuosamente–, me explica que es imposible anularla, puesto que quien lo hiciera incurriría en prevaricación: delito consistente en dictar a sabiendas una resolución injusta una autoridad, un juez o un funcionario.

También me informó que podía interponer un recurso-escrito de apelación, a lo que contesté, que con la Ley en la mano, reconozco que mi hijo había infringido una norma de tráfico y sería inútil reclamar; pero con la mano en el corazón, le dije–,  se habían pasado, y que era injusta y sobre todo, excesiva la sanción impuesta, a lo que me contesta que las cuantías de las sanciones las impone el Gobierno, y no ellos. 
Pues también el Gobierno se “pasa”  –le contesté –.

Sí. El Gobierno central,  Autonómico, las Diputaciones, los Ayuntamientos; todos se están pasando un poquito en su afanado empeño recaudatorio, con multas, subidas de impuestos y aumento de recortes, sin tener en cuenta las dificultades que muchos ciudadanos están atravesando desde hace años, demostrando estas administraciones carecer de conciencia a la hora de “atizarles” a los ciudadanos, metiéndoles la mano en sus cada vez más esquilmados y arruinados bolsillos. Ya está bien.

Ante las buenas palabras de los dos agentes con los que hablé, y la negativa de la anulación, les dije que sólo me quedaba el recurso que como derecho me asiste, a manifestar mi opinión y desacuerdo con esta denuncia  exponiendo el caso públicamente en los medios de comunicación que son mi Blog y las redes sociales, para darlo a conocer a quienes lo leyeran. Tiene usted derecho a hacerlo –me dijeron–, siempre que no incurra en ofensas a las personas, ni en palabras insultantes y maleducadas. 
¡Por supuesto, ese no es mi estilo! –contesté–. 
El otro agente con el que hablé, me dijo entonces: “Y a lo mejor, hasta es bueno que escriba usted eso; así la gente sabrá la elevada multa que se impone por aparcar, y no aparcará los coches en doble fila”. O sea, ¿Qué encima, les hago un favor con mi denuncia?

Creo que mi escrito cumple con todas las normas de la educación, corrección en las palabras y en el respetuoso trato dado a las personas, a los agentes, a la Ley y a la Justicia, muy a pesar de mi enfado por lo que creo ha sido una “pasada” y excesiva sanción al vehículo de mi hijo, sólo por aparcar unos minutos en doble fila.

Antes de ir a las dependencias de la Policía Local, y después al salir de ellas para pagar la multa en el banco, pude hacer estas fotos en las que se muestran infracciones por aparcamiento en doble fila, iguales que la cometida por mi hijo. Al verme hacer las fotos, unos agentes de la Policía Local que pasaban en su coche en aquél momento de caos circulatorio, parados porque no podían circular, me preguntaron: ¿le ocurre algo, caballero?  
No, –les contesté–, estoy haciendo unas fotos de coches aparcados en doble fila, igual y en el mismo lugar que lo hizo mi hijo el viernes por la tarde,  y por lo que unos compañeros vuestros le han multado.
Estas son las fotos de las "gravísimas" infracciones de aparcamiento en doble fila, por lo que a unos sí, y a otros no, le atizan inmisericordes el asalto a las faltriqueras  de algunos ciudadanos, con los  doscientos euros de rigor que marca la Ley, y que gracias a la bondad de los gobernantes se queda sólo en cien, si te das prisa en pagarlos.
¡Pero qué pillines son, los que nos rigen!










El laberinto de coches en la calle Mesones continuó, los agentes siguieron su camino cuando pudieron reanudar la marcha, los coches siguieron aparcados en doble fila, y más abajo, para colmo, el tramo de la calle Mesones desde la esquina de Padre Alfonso hasta la iglesia del Carmen, cortado por el mercadillo. 
¿Un desastre sin solución ni remedio alguno? 
Urge hacer algo, señores alcalde y demás ediles.

Ya está bien, no basta, ni es la solución al problema “atizarle” más al sufrido ciudadano con el amenazante bolígrafo en la mano y el bloc de multas en ristre. 
Sosieguen sus señorías el ímpetu recaudatorio, que el horno, aunque “caliente” no está para bollos, ni las economías “más calientes aún”, para soportar esos castigos; moderen y flexibilicen las normas, piensen en dar soluciones (que para eso se les paga bien), pero no la “paguen” con los de siempre: los ciudadanos –a quienes deben servir, y no machacar–,  que tras dar vueltas y vueltas por las calles de Estepa, en algún endemoniado  lugar hallan al fin un huequito donde poder dejar sus coches, y bastante sufren ya el desbarajuste de las calles estepeñas cortadas por obras, mercadillos o lo que sea.

Algo habrá que hacer, pues la gente (confiada) deja los vehículos estacionados en doble fila para entrar unos minutos a hacer sus gestiones en los bancos, las tiendas, las farmacias, el ayuntamiento… y al volver a ellos se encuentran con un agente, que impertérrito ante los inútiles razonamientos que se le dan,  te contesta: “lo siento, no puedo romper  la multa, pues ya está redactada”.

Y por ahí se sale aduciendo esas razones, y se marcha tan campante enfundando su bolígrafo–tizona, y dejándote pasmao con el regalito de los 100 €uracos.

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Estepa, 5 de octubre de 2015