EL TIEMPO EN ESTEPA

EL TIEMPO: PREVISIÓN METEOROLÓGICA PARA ESTEPA

lunes, 27 de julio de 2009

SE ACERCA LA FERIA

DE ESTEPA

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Como cada año, el Ilustrísimo Ayuntamiento de esta ciudad, previamente convoca un concurso para la realización del cartel ganador que anunciará la Feria y Fiestas Patronales de Estepa, en honor a nuestra Patrona la Virgen de la Asunción, en su edición de 2009 a celebrarse entre los días 14 y 17 del mes de agosto.

Y este que os presento en primicia, (pues aún no ha sido publicado) es el cartel elegido ganador de este año, que me ha enviado el Delegado de Cultura y Patrimonio, Ezequiel Díaz Fernández, a quien le doy las gracias.

Representa a una mujer vestida con traje típico de flamenca bajo un cielo azul y unos farolillos de feria, al lado de la fachada barroca de la iglesia de Ntra. Señora del Carmen, y junto a una maceta muy andaluza, llena de flores.

El autor del Cartel es Antonio Máximo Cubero Cruz, de la ciudad de Morón de la Frontera, (Sevilla)

Más adelante, les informaré de los actos y celebraciones del programa oficial de esta feria de Estepa que muy pronto se celebrará.

sábado, 18 de julio de 2009

MOHAMED EL BONDADOSO
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El pequeño Rayan hijo de un joven matrimonio, fallecido por negligencia médica en el Hospital Gregorio Marañón de Madrid, ha sido enterrado este jueves en el pueblo marroquí de Mdiq junto a su madre, Dalila Mimuni, primera víctima mortal de la gripe A en España.
Ha sido muy lamentable y trágico para el joven padre, que en cuestión de unos días, perdió a su esposa y a su pequeño hijo.
Un desgraciado error cometido por una enfermera, provocó la muerte del niño, que nació prematuramente tras una operación de cesárea practicada a la madre afectada por la gripe A. La joven madre iba a morir y hubo que salvar la vida del pequeño Rayan, que ahora ha fallecido víctima de una terrible equivocación del personal sanitario del hospital donde se hallaba ingresado.
Este pequeño no debió haber muerto, pero desafortunadamente, así ha sido.

Y ahora, entro a analizar un detalle, o varios detalles sobre el asunto del traslado del cuerpo del niño.
Yo confío en la buena voluntad, en la “bondadosa y desprendida” acción que ha llevado a cabo el rey de Marruecos Mohamed VI, “pagando” los costos de fletado de un avión para repatriar al pequeño Rayan a la localidad de sus padres, para ser enterrado junto a su madre. Comprendo tan buena y misericordiosa iniciativa, y hasta llegaría a aplaudirla y a felicitar por ello al monarca alauita, si no concurrieran en este regio señor y extraño personaje algunas contradicciones respecto a su proceder.
No debemos olvidar que para una fortuna tan enorme -de las mayores del mundo-, como es la suya, fletar un avión desde Marruecos, debe ser una nimiedad que no supone ni el gasto de un café para tan regio y millonario bolsillo.
Tampoco debemos dejar de lado un hecho: miles de miles de personas y niños como el que ha muerto, nacidos en el seno del pueblo saharaui, viven “arrinconados, exiliados” de su tierra malviviendo en campamentos hechos para ellos en terrenos de Argelia, el país que los acoge, porque ellos no quieren pertenecer al reino de Marruecos que se ha anexionado “su tierra”, y no se la da para que vivan con libertad en ella, y allí gobierna él con férrea autoridad. ¡Sí! este señor que nos ha salido de pronto tan “compasivo” y ahora tan paternalista.
Fue su padre, Hassán II, quien aprovechando el momento de debilidad del régimen franquista, con Franco agonizando en el hospital, organizó aquél monumental lío llamado "la marcha verde" movilizando a miles de marroquíes que fueron hasta la frontera del entonces Sahara español, en actitud más que reivindicativa del territorio, provocativa hacia el ejército español, que no quiso repeler por la fuerza aquella manifestación, evitando una masacre. Hassán expuso a sus súbditos al peligro de las minas y las balas del ejército mientras él estaba bien resguardado y seguro en su palacio, y nada le importó su gente. España abandonó el territorio, y Marruecos se lo anexionó quitándoselo a los saharauis.

Menos debemos dejar de tener en cuenta sus “encuentros” con la gente de su reino. Sus baños de multitudes tan falsamente hechos. Lo he visto en la televisión. Al “tierno patriarca” con cara de pocos amigos y su “tic” nervioso que pareciera que le aprieta la corbata o le está pequeño el cuello de la camisa, no hay quien se acerque a tocarle la mano; perece como si le fueran a contagiar algo a su real cuerpo, y rehúye al contacto con sus súbditos, al que ahora, a uno de ellos tocado por la tragedia, este poco sonriente rey y señor, “conmovido” fleta un avión militar para la repatriación del cadáver de un bebé.
Y no seré yo quien diga que está mal, o no es correcto el regio detalle; lo que pasa, es que a este rey Mohamed VI, se le olvida –o quizás tal vez, nunca se lo han dicho-, que son ya centenares o más, los inmigrantes ahogados, la mayor parte de ellos marroquíes, y otros subsaharianos, que salen de sus costas traídos por mafias, que los meten hacinados en embarcaciones, para luego morir en las siniestras aguas del Estrecho de Gibraltar u otras del sur de España.
Son muchos los cementerios andaluces que dan sepultura a esos cientos de cuerpos de súbditos marroquíes que nadie reclama cuando son sacados del mar, y no se pone un avión a disposición de sus familiares, para llevarlos a casa. No. Se entierran aquí sin nombre, porque no tienen documentos que los identifique, y nadie viene a recoger sus cuerpos en aviones que los repatríen, y pagan los gastos derivados del sepelio los ayuntamientos de las localidades donde son enterrados. Aquellos que el mar no devuelve, vagan por las aguas perdidos y olvidados.
¿No son igualmente esos marroquíes súbditos de su “compasivo y generoso rey”?
De cara a la galería nacional o internacional, y para ganarse al pueblo y que éste lo quiera más, este señor actúa así, enviando un avión militar para llevarse el cuerpo del bebé, y lo hace un poco cínicamente, escribiendo al joven padre y a su familia una regia carta de condolencias con versos del Corán para que Dios se apiade del pequeño Rayan, pero… ¿qué pasa con los que mueren desatendidos en su país, con los pobres que pasan hambre, con los que mueren ahogados al emigrar de allí a España buscando una vida mejor, o con los presos políticos que han sido encarcelados por los secuaces del bondadoso y autoritario señor que no consiente oposición política alguna en su reino…?

Son muchas, las cosas que me hacen desconfiar de esta “generosa y real acción” llevada a cabo por un monarca millonario que bajo su cetro autoritario, reina y además gobierna con estirado gesto y arrogancia, oprime al pueblo empobrecido, castiga a quienes se le oponen, mantiene en el exilio al pueblo saharaui, se enriquece cada día más, exige la soberanía sobre las ciudades españolas de Ceuta y Melilla… y fleta un avión militar –que él no paga de su bolsillo multimillonario-, para llevar el cadáver de un niño a enterrar a su país.
¡Vamos hombre! Con el dinero de las arcas del país, a cargo de los presupuestos militares del reino, hace usted esta “obra benéfica”, y así cualquiera lo haría; pero… ¿aumentaría y mejoraría usted a costa de su cada vez más abultadísima cuenta corriente, el bienestar social de sus súbditos?
¡Ah, amigo! ¡A la bolsa, ni tocarla!
Una cosa es predicar, y otra, dar trigo.

jueves, 16 de julio de 2009

EN EL DÍA DE LA VIRGEN DE ITATÍ

PEREGRINO DE LA VIRGEN CORRENTINA
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"El tiempo de ida y vuelta hacia la Itatí en el recuerdo fervoroso de Pocho Roch"


Con las primeras imágenes de sus ocho años niños, el músico, compositor e historiador Gonzalo del Corazón de Jesús "Pocho" Roch, aproxima sus vivencias en esta fecha especial. "Los latidos del corazón se hacen más perceptibles, al compás de la peregrinación que hoy llega a cumplir con su promesa", dijo emocionado.
Por esas calles de tibio arenal que "Pocho" Roch nombra en su mundialmente conocida creación musical "Palabras a Itatí", llegará la gente peregrina a los pies de la Virgen Morena para agradecer, en este 16 de julio, frío y lluvioso de invierno, en que la Señora festeja su día. Y en el festivo reconocimiento estará el pueblo "de allá ité", que quiere decir de todos lados, porque la fe cristiana alumbra en los rincones del cuerpo que se hace presente, pero también en el alma que recurre a la oración para no olvidar.
A los 70 años de edad, "Pocho" tiene mucho para recordar desde el tiempo imaguaré que sus abuelos ya registraron caundo en Yacareí ("agua de los yacarés", en idioma guaraní) se radicaron para ejercer la dirección de la escuela (la abuela) en la que luego su padre fue maestro.
Ocho años tenía cuando la familia se trasladó al pueblo y la libertad de la siesta fue potrero amplio para adentrarse en los caminos que llegaban hasta el río. Por entonces, la procesión en honor a la Virgen hacía "tranquera" por la calle Gamarra, cuando los pies se hundían en el barro por el sendero festoneado de lapachos y era un desfile de carretas tiradas por bueyes y caballos ataviados con sus mejores galas.
"Esta costumbre de peregrinar es un remedo de la que en Andalucía (España), se hace en gracia a Nuestra Señora del Rocío y fueron los padres franciscanos los que la implementaron entre 1539 y 1825", remite Roch.
"El 16 de julio de 1938 se coloca la piedra fundamental de la que es hoy Basílica y el 16 de julio de 1950 se inaugura aunque no la construcción final. Desde ese año la procesión en si se oficializa y no pierde continuidad hasta la fecha. Que yo recuerde, nunca se suspendió por motivo alguno, aunque considero acertada la postura de Monseñor Andrés que actuó con cautela al no prohibir sino prevenir de las consecuencias adversas que podrían generarse debido al virus de la gripe", continúa.
Cuenta también que en plena construcción de la cúpula, considerada la octava en altura según registro mundial, los devotos entregaban como contribución un aro de alambre con monedas perdoradas al medio, de 5 y 10 centavos que en el transcurso del año iban guardando para la Virgen. "365 monedas, una por cada día, como humilde ofrenda".

Un poco más atrás todavía aflora un suceso que en 1718 ocurrió en Santiago Sánchez (hoy, la localidad de Empedrado), cuando los aborígenes payaguaes, que eran belicosos, atacaron el pueblo una oscura noche en que tapados por camalotes tocaron la costa del Paraná. "La gente se refugió en la iglesia, que se quiso incendiar, pero dos naves españolas y su valiente tripulación salvaron la totalidad de las vidas. Hacia Itatí se dirigieron caminando los promeseros, que invocaron la protección de la Virgen".
Confiados en su fe y apelando a la férrea voluntad de llegar de cualquier modo, el 13 de julio de 2009, de San Luis del Palmar salió la caravana de fieles con las pintorescas carretas aparcando a la vera de la ruta 12. Casi tres siglos han pasado y pasarán otros tantos.
"El turismo religioso es esencial para mantener la tradición", señala Pocho. "El avío compartido, las madrugadas bajo los toldos con unos amargos para sobrellevar las bajas temperaturas, maíz y alfalfa para los caballos, la cocina típica que aporta las calorías necesarias con una buena tira de chicharrón, mbaypu, carbonada y locro, aportan al encuentro la gentileza y la amabilidad del hombre que tira los cojinillos sobre el pasto fresco para ceder el cobijo de las carretas a las mujeres, los niños y los ancianos".
En este ida y vuelta se comparte, se bautiza la vida nueva con la esperanza reverdecida y se avanza, como promesero frente a un único objetivo que es el de alcanzar el destino y mirarse en los ojos de la Virgen de Itatí para decir: presente!
Para el autor de "Palabras a Itatí" tema musical que escribió a los 18 años y de la obra integral "Canto a la Virgen de Itatí", contar la historia de su pueblo le resulta fácil porque el sentimiento de amor le va marcando los latidos de su corazón de hijo agradecido. "El ser humano tiene necesidad de acercarse a los valores espirituales en este tiempo de eternidad que estamos viviendo", precisa Pocho.
Con fervor de pueblo unido, se marchó una vez más hacia el pueblo de la Virgen. Sea bienvenido tu día, Señora de Itatí.

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Moni Munilla
escritora y periodista
de la redacción de El Litoral

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Gracias, Moni, por el envío de este artículo desde Corrientes, la ciudad hermana de Estepa.

jueves, 9 de julio de 2009

1.599, DESTRUCCIÓN DE LA CIUDAD
DE VALDIVIA ( CHILE )

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En el año 1.599 fue designado por Capitán de las cuatro ciudades denominadas de “arriba” (es decir: Osomo, Valdivia, La Imperial y Villarrica) a Gómez Romero, un altivo militar que ofreció a sus tropas la esclavitud de todos los Araucanos que se hicieran prisioneros en las batallas y conquistas, a pesar de las bulas enviadas por el Rey de España prohibiendo proceder a dichos actos.
“Doce capitanes los mocosos muy galantes, y peinados, como si fuera la guerra una función de títeres. Y embarcáronse todos en un navío, para Valdivia, esparciendo la noticia entre sus amigos y parientes cómo traían grandes grillos y cadenas para apresar indios.”


Como la actuación de estos capitanes y sus tropas fuera tan desafortunada dando no muy buen trato a los indios, a raíz de estas prácticas de esclavitud que después fueron mantenidas durante meses, los Araucanos se rebelaron alzándose contra los españoles que así les trataban, y quemaron la ciudad de Villarrica.
El Capitán y Maestre de Campo Gómez Romero, enterado de esta acción de sublevación araucana ordenó no aumentar el refuerzo de las tropas de la guarnición que defendían la ciudad de Valdivia, haciendo con ello ostentación de poder, y sobre todo, con el objeto de no mostrar miedo alguno ni temor a los indios, ni al ataque que pudiera producirse por parte de éstos.
Los Araucanos ya estaban preparados y resueltos a dar guerra a los españoles, y esa misma noche, al no ver aumentadas las defensas que protegían la ciudad, se decidieron a actuar.
Acecharon y apresaron luego a una india que estaba al servicio de una familia española, que había salido de la casa para hacer un recado por encargo de sus señores.
Esta muchacha una vez capturada fue interrogada por dichos indios, a quienes les contó que todos dormían en sus casas y que las dos rondas de centinelas también se habían ido a dormir. La ciudad quedaba así desguarnecida y sin vigilancia alguna, muy a propósito para llevar a cabo sus planes de ataque para destruirla.


Entonces, los indios en silencioso y hábil despliegue protegidos por la oscuridad de la noche, se fueron adueñando de las calles de Valdivia y se apostaron al acecho en las puertas de las viviendas.
Dieron una orden y al unísono atacaron las casas, y a medida que los españoles salían, eran cosidos a lanzadas matando con gran furia a las personas de importancia, capturando a los niños y jóvenes para hacerlos sus esclavos.
A la vez, apresaban a las jóvenes muchachas españolas y a los indios e indias que estaban a su servicio.
Tras esto, por todas partes prendieron fuego a la ciudad enloquecidamente, haciendo prisioneros a ciento ochenta y una mujeres, y ciento cuarenta hombres.
El horror y la destrucción se hicieron presentes en la población española, pereciendo en ella gran cantidad de habitantes, masacrados sin piedad.
En esta furiosa acción de rebeldía de los araucanos llevada a cabo en el mes de noviembre del año 1.599, murió el que fuera criado de don Juan de Torres: el estepeño Cristóbal de Montesinos Navarrete.

Después de tan terrible matanza vino el saqueo de la ciudad, tras el cuál, los indios se alejaron un poco de ella llevando consigo a los prisioneros, y dejando a sus espaldas un rastro de sangre y muerte en las calles de Valdivia, sembradas por doquier, de cadáveres españoles.
La euforia y la locura debió apoderarse de ellos, y con el vino que sacaron de las casas iniciaron una gran borrachera, celebrando así su victoria.
Poco después, los españoles que lograron embarcarse y poner rumbo a Valdivia para socorrer a la población, tras llegar hicieron algunos rescates de prisioneros, principalmente de personas viejas que no eran de provecho como esclavos de los indios.
Los sanguinarios caciques araucanos llamados Anganamón y Pelantarón, trataron de que todos los demás cautivos españoles muriesen, y sólo quedasen con vida las mujeres españolas para servirse de ellas.
Todos los Araucanos hacían ostentación de las mujeres cautivas, llevándolas como preciados trofeos para su servicio propio, y para que fueran sus mujeres, les hacían cargar sus pertenencias.
Embriagados por el vino y la locura de la guerra, hubo un indio que incluso llevaba a rastras una imagen de la Virgen atada con una cuerda, y diciendo a los otros: “ésta es mi señora y llevo yo por mujer.”
“Como estos bárbaros eran tan dados a beber, no es descriptible el horror, la violencia y torpezas que usaron con aquellas pobres y desgraciadas prisioneras españolas, que mantenían atadas, desnudas y sujetas a sus atroces violencias, rindiendo a golpes su honestidad, pero mujeres flacas y tímidas que atendían al que les fuera mejor rendir su vida ante un cuchillo, obraba en ellas más el temor a éstos bárbaros que a Dios, y era tanto ese temor que sentían que ni aún dejarlas llorar la muerte de sus maridos a su vista las dejaban.”
Todo esto fue contado por aquellos cautivos que sobrevivieron a tal atrocidad y que posteriormente fueron liberados por los indios Araucanos, y relatado por don Diego Rosales en su “Historia General del Reino de Chile, Flandes indiano.”
Por tanto, para contar al lector parte de la vida y obra de don Juan de Torres como fundador de nuevas ciudades, militar brillante y hombre de leyes, fue preciso y convenía para el desarrollo de esta narración que la relatara su criado en forma novelesca.
Como ya he dicho anteriormente, ha sido escaso el material e información recopilada en distintos medios para contarles que fue ésta, y no otra, la verdadera historia de la vida de Cristóbal de Montesinos Navarrete, servidor del cuarto y último Adelantado del Río de la Plata, don Juan de Torres de Vera y Aragón.

A la edad de cuarenta y seis años, Cristóbal terminó su vida allá, en las lejanas y aventureras tierras del Nuevo Mundo, entregándola sin duda con bravura en la defensa de la ciudad donde vivió, y de su familia, con la honra y gallardía de un estepeño valiente, que al igual que su señor, también merece ser recordado por sus paisanos: las gentes de la vieja villa del Marquesado; hoy, hermosa, bella y pujante ciudad.

viernes, 3 de julio de 2009

SOBRE LA ANARQUÍA
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Hace ya algún tiempo, en un foro de opinión, leí un escrito en el que -seguramente un joven-, defendía la Anarquía como instrumento mediante el cual, la sociedad debía regirse. Y no pude sustraerme a la tentación de contestar al autor del texto, exponiéndole así mi opinión sobre el tema.

La Anarquía, como todos sabemos, es un estado, o un estar en un régimen de gobierno en el que la sociedad se ve libre de toda tutela por parte del mismo, con la consiguiente falta de autoridad, donde se crea el desorden y la confusión por la ausencia de dirección de los ciudadanos como consecuencia lógica de la falta de “un orden” establecido. Bien.
¿Cómo piensan los que como tú preconizan o defienden la anarquía, que se puede dirigir una Nación, sin orden ni autoridad?

Si ya es muy difícil controlar el desarrollo o la marcha de un país haciéndolo con las Leyes en la mano, ¿cómo sería sin ellas?

Los extremos son malos. Cuando en los años treinta del pasado siglo, España era gobernada por un régimen republicano, tuvimos la mala suerte de que con él, los extremismos, la anarquía y el caos se instalaron también en nuestro pobre y castigado país.
Hay que recordar que republicanos, anarquistas y gentes de otras diversas ideologías políticas muy extremistas, fueron los que en protesta contra el Gobierno, y por la difícil y crispada situación social y política que se vivía entonces, trajeron el desorden público y con él la “anarquía” a la sociedad de entonces.
Ello acarreó un desgobierno en muchas personas que se echaron a la calle no respetando el orden, quemando edificios religiosos, vulnerando las ideas devotas de otras personas intentando eliminarlas para pretender llegar así a una sociedad irreligiosa o anticlerical. El desorden llevó al caos, y con él llegaron los excesos por parte del extremismo de las ideas casi siempre irreconciliables, que dio lugar a asesinatos de políticos, religiosos y personas de ideas distintas a las que profesaban los que pretendían la anarquía y el desorden.
Era un extremo del país que caminaba por la senda ideológica y extremista de la izquierda recalcitrante, con algunas personas que se erigieron como “Salvadores de la Patria”, queriendo imponer mediante la fuerza y el desorden su doctrina ideológica, tratando de eliminar las ancestrales costumbres religiosas y sociales arraigadas en el pueblo.
Ello dio lugar a que otros “Salvadores de la Patria” venidos del extremo o extremismo opuesto; la derecha, se rebelaran mediante la sublevación de unos militares que encabezaron el llamado Movimiento Nacional, matando también, purgando a los del bando contrario y metiendo a nuestro pobre país en una guerra fratricida de casi tres años de sufrimientos, que dejó un millón de muertos y muchas viudas y huérfanos, inocentes víctimas de la locura bélica de los hombres. Tras esa guerra civil, quedó entonces impuesta una Dictadura de casi cuarenta años, en la que hubimos de soportar las ideas extremas, y el “exceso de orden”, así cómo, la vulneración y anulación también de las libertades fundamentales y necesarias del hombre.
Por desgracia, este estado de cosas duró muchos años. España pasó de un extremo en el que tuvo gran protagonismo el desorden, el anticlericarismo y la anarquía social, al otro lado opuesto, donde se nos impuso por Decreto y por la “gracia de Dios” un “salvador” y el nacional catolicismo, quedando eliminadas o prohibidas otras confesiones religiosas, y suprimidas muchas libertades y los partidos políticos de otros signos.
Unos, los primeros, querían eliminar ideas, como las creyentes. Y los otros, las impusieron queriendo quitar de en medio las demás confesiones religiosas.
¿Quiénes de las dos partes tenían razón? Como siempre, el pueblo fue la víctima sufridora de la megalomanía de algunos hombres.
Al fin, con la llamada “Ley de leyes”, después de tantos años de pérdida de libertades, por fin, el pueblo fue soberano y tuvo la ocasión de darse, gracias al consenso entre varias fuerzas políticas de muy diferentes ideologías, una Constitución que nos otorga las Leyes para la convivencia y garantiza los deberes, el orden y el respeto; pero también los derechos fundamentales de las personas: libre expresión de opinión, libertad de reunión, de confesión religiosa (no impuesta ni prohibida) así como otros derechos inalienables del ciudadano, son normas que están presentes y aseguradas, respetándolas siempre.
Sin dudarlo, prefiero el consenso democrático a la imposición, venga esta del lado político que venga.
No es bueno, ni buena, la libertad si ella se contempla dentro del desorden y la anarquía. Ni tampoco el extremo opuesto con “tanto orden” impuesto, pero sin libertades.
Bienvenida sea por siempre la Ley de leyes consensuada, donde el ciudadano se siente amparado y protegido bajo ella, estando asegurados sus derechos… y también sus deberes.
No sé tu edad, estimado amigo, pero ni tú ni yo, hemos vivido bajo la anarquía que tú defiendes, y por ello, no sé por qué lo haces. Yo, si he “soportado” la Dictadura, y te aseguro que como hoy estamos, jamás podríamos estar bajo ningún régimen impuesto; y menos en el anárquico.
Por tanto, siento diferir de tu opinión, y esa es la verdadera libertad y la grandeza de la Democracia; poder exponer como aquí hemos hecho, nuestras opiniones, sin que nadie ose reprimirlas por la fuerza, imponiéndonos sus criterios como normas de obligado cumplimiento que los demás debemos seguir, porque así lo estime caprichosamente la voluntad de otro hombre.

Recibe un afectuoso saludo.