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BREVE RESEÑA BIOGRÁFICA DE
BREVE RESEÑA BIOGRÁFICA DE
DON MANUEL DE LASSALETTA Y MUÑOZ-SECA
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FUNDADOR DE LA HERMANDAD
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Don Manuel de Lassaletta y Muñoz-Seca |
También, en el año 1954, junto con la ayuda de don Antonio Caballero García, llevó a buen término la fundación de la popular Hermandad de los niños; “La Borriquita ”. Del mismo modo, se reúne este inquieto párroco con varios miembros de la juventud estudiantil estepeña, y en el año 1957, instituye la actual Hermandad y Cofradía del Santísimo Cristo del Amor, Nuestro Padre Jesús Cautivo y Rescatado y María Santísima del Valle; “Los Estudiantes”. Cofradías estas, hermanas de la nuestra por ser hijas nacidas por aquellos mismos años, y fruto del cariño y el ferviente deseo fundacional del mismo padre.
También puso en marcha en nuestra ciudad, una célula de la Sociedad de San Vicente de Paúl; institución o asociación de voluntariado laico y católico de carácter benéfico y de caridad, para ayuda de los más pobres y fomento de su dignidad, conocida en todo el mundo con el nombre de Conferencia de San Vicente de Paúl.
Don Manuel de Lassaletta, para dotar a su Hermandad de los principales y más sólidos fundamentos, se basa o toma modelo de los principios y virtudes espirituales que adornaron la vida de un hombre: Giuseppe Melchiorre Sarto; el Papa San Pío X, que por esos años había sido canonizado, concretamente, el día 29 de mayo de 1954; un año antes de la formación de la Hermandad. De él era devotísimo discípulo al que admiraba y su ejemplo a seguir, que al haber sido recientemente elevado a los altares, ostentará por decisión del fundador la cotitularidad de la Cofradía , junto con otro hombre ejemplo de sencillez y humildad: San José Obrero.
Con esos principios en la mente, fruto de su carácter humilde y sobrio, con ilusionado tesón pretende fomentar el encuentro y la convivencia en hermandad entre los obreros y gentes sencillas de Estepa, favoreciendo con la creación de esta fraternidad, principios como la piedad, la caridad, humildad y austeridad, que mucho ya practicaban debido a las circunstancias tan duras de la realidad social en que se vivía por aquellos años.
Él, como se ha dicho, era un hombre de vida austera y humilde. Su casa era pobre, carecía de lujos y ostentaciones, y a veces, hasta de lo más elemental.
De él se ha dicho que si hallaba algún pobre pidiendo limosna por las calles, y sus ropas se hallaban ajadas y maltrechas; se metía en cualquier zaguán, se quitaba el pantalón y lo daba al pobre mendigo.
Cuando recibía la visita de su madre o algún familiar, al hacerle la cama veían que escaseaban o no había mantas sobre ella, con qué cubrirse.
Pero a pesar de su forma de ser sobria y frugal, era un hombre desenfadado, simpático y de agradable trato, buen conversador que poseía esa gracia andaluza y buen humor que le hacía poseedor de aquella especie de “chispa”, frescura y salero que le caracterizaba.
Sobrino de don Pedro Muñoz Seca, escritor portuense y autor entre otras, de la conocida obra teatral humorística escrita en verso, “La Venganza de don Mendo”.
Otra de sus facetas más sobresalientes, era su especial demostración de cariño y amistad hacia los obreros y los más necesitados, sabiendo imprimir a la Hermandad que fundó, tales principios que como ha quedado dicho, tomaría de San Pío X, y los suyos propios; los que siempre supo poner en práctica dando ejemplo con su ejemplo, así en la cotidianidad de su vida privada o pública, como en el ejercicio de su ministerio sacerdotal.
Hombre muy activo, aprovechaba los alimentos que eran enviados para ayuda de los pobres, y los repartía en colegios y Catequesis.
Suya fue también la creación de un grupo formado por señoras voluntarias de la sociedad estepeña;-tal vez fuera éste el mismo que formaba el voluntariado de la Conferencia de San Vicente de Paúl-, cuyas componentes estuvieron colaborando con la Hermandad algo más de cinco años, en la organización de un desayuno que por entonces se daba el lunes Santo, una vez finalizada la misa, y al que estaban invitadas todas las personas que asistían al culto, fueran o no, hermanos de la Cofradía.
De la personalidad cautivadora y desenfadada de don Manuel, se podían referir muchas anécdotas y momentos de su vida, pero baste contar aquí sólo una, para conocer cómo era.
Todos los días uno de enero, fiesta de su onomástica, tenía la costumbre de invitar a su casa a los seminaristas estepeños, sacerdotes y otras amistades, para celebrar con él una comida en el trascurso de la cual solía gastar una broma a sus comensales invitados. Uno de esos días, fue a una confitería y pidió que le hicieran una gran tarta para los postres, encargando personalmente al confitero: “Pero que tenga mucho merengue”.
Acto seguido, metió un globo hinchado oculto bajo la blanca y dulce cobertura, y a los postres, con fingida seriedad y graves palabras, cede el gran honor de partir la tarta a don Patricio Jiménez Cuevas, que a la sazón, era el Rector o Decano del seminario, que asistía a la fiesta como invitado junto a los demás comensales.
El resto de lo ocurrido ya pueden ustedes imaginarlo, y cómo quedaron de merengue don Patricio y quienes le rodeaban, al explotar el globo pinchado por el cuchillo.
SAN PÍO X |
Y todos los años hacía esperar a sus invitados alguna broma parecida, ideada por su ingenio y travesura; que no era óbice en absoluto para que su persona gozara de una enorme grandeza de corazón y un alma rebosante de caridad hacia los necesitados.
Seguidor como era de San Pío X, a quién se propuso imitar en su modo de vida, parecería como si las palabras del Pontífice en su testamento espiritual: “Nací pobre, he vivido pobre, muero pobre”, hubiesen sido dichas por la boca de aquél humilde cura, que así vivió hasta su muerte, abrazando esos principios que quiso inculcar a los hermanos de esta Cofradía obrera, a quienes les dejó escritas en las Reglas unas palabras como normas, en las que él expresaba su deseo de que brillaran entre otras cosas: “…la sencillez, austeridad y pobreza que debe resplandecer en todos los actos y en todas las cosas dela Hermandad ”.
Seguidor como era de San Pío X, a quién se propuso imitar en su modo de vida, parecería como si las palabras del Pontífice en su testamento espiritual: “Nací pobre, he vivido pobre, muero pobre”, hubiesen sido dichas por la boca de aquél humilde cura, que así vivió hasta su muerte, abrazando esos principios que quiso inculcar a los hermanos de esta Cofradía obrera, a quienes les dejó escritas en las Reglas unas palabras como normas, en las que él expresaba su deseo de que brillaran entre otras cosas: “…la sencillez, austeridad y pobreza que debe resplandecer en todos los actos y en todas las cosas de
Cartel de la Semana Santa de Estepa 2011, con la imagen de la Virgen de Las Angustias haciendo su Estación de Penitencia por las calles de nuestra ciudad. |
Años después, ya enfermo y viviendo en una Residencia, recibió una emotiva visita de “sus obreros y amigos estepeños”, a los que acogió con gran cariño y nostalgia. Con ellos y para ellos, celebró una misa en la intimidad sentado en una silla de ruedas, pues ya le habían sido amputadas las dos piernas.
Murió, como quiso vivir: pobre.
Su cuerpo fue inhumado en el Cementerio Municipal de Jerez de la Frontera , en unos nichos que son propiedad de la Hermandad jerezana de San Pedro, compuesta por sacerdotes. Allí permaneció su cuerpo reposando muchos años, hasta que sus restos fueron exhumados junto a los de otros ocho sacerdotes jerezanos, y trasladados a la Catedral de la diócesis de Asidonia-Jerez.
Las nueve cajitas de madera fueron recibidas en dicho templo por el obispo Monseñor José Mazuelos Pérez, que celebró un funeral Pontifical con motivo de la celebración del año sacerdotal.
En su homilía, Monseñor Mazuelos dijo de ellos: “Fueron pinceles de Dios que pintaron la realidad de la Diócesis de Jerez”.
Desde las once de la mañana de ese día, lunes treinta de noviembre del pasado año 2009, los restos mortales del fundador de esta Hermandad de Nuestra Señora de las Angustias San José Obrero y San Pío X, un hombre que tuvo tanta vida y derrochó tanto esfuerzo, caridad, sencillez y amor para con todos sus feligreses, y especialmente con los obreros y pobres de Estepa, descansan para siempre en la cripta central del gran templo catedralicio de Jerez de la Frontera , con todo merecimiento, y en consonancia con el alma tan enorme que alentó su vida mientras estuvo entre nosotros.
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Este escrito corresponde a un capítulo de la ponencia que expuse en las
VIII JORNADAS DE HISTORIA
“LAS HERMANDADES Y COFRADÍAS DE ESTEPA:
HISTORIA Y PATRIMONIO”
UN ESBOZO SOBRE LA HERMANDAD DE NUESTRA SEÑORA
DE LAS ANGUSTIAS, SAN JOSÉ OBRERO Y SAN PÍO X
Antonio Rodríguez Crujera
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Estepa, 13 de septiembre de 2010
Casa de la Cultura “Miguel de Cervantes”
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Para escribir esta Ponencia, justo es reconocer y agradecer la buena disposición y presteza en su colaboración, a los señores don Juan Juárez Moreno, don Rafael Romero Jiménez, y don Manuel González Juárez, por sus amenos e interesantes comentarios. A don José María Martín Lasarte, corresponder a su gentileza por la contribución de sus interesantes notas. Así como también, debo agradecer la valiosa ayuda prestada por don Ezequiel Díaz Fernández, Concejal de Cultura, por sus importantes aportes bibliográficos.
A todos ellos, les doy las gracias por su amabilidad conmigo.
Enhorabuena Antonio.
ResponderEliminarConocía algún detalle suelto de D.Manuel, pero lo que tú has escrito me ha dejado con la boca abierta.
Enhorabuena de nuevo y recibe un abrazo de mi parte, que indudablemente me has de pagar con alguna que otra Cruzcampo el día que nos veamos, porque como comprenderás, no está la cosa para dar abrazos gratis.
Rafa Castillo