FIESTAS DE LA OCTAVA
DE LOS REMEDIOS
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“Como cada año, dentro de unos días Estepa se dispone a celebrar la tradicional festividad de “La Octava de Los Remedios”
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Una fiesta en honor a La Virgen de los Remedios, cuyas celebraciones se enmarcan en el ámbito del barrio del mismo nombre, llamado popularmente en la ciudad como “El barrio Churretero”
Estas celebraciones vienen desde muy lejos en el tiempo, y la memoria popular recuerda algunas anécdotas que se cuentan sobre las visitas que a esta Virgen hacían los caballistas y bandoleros cuando regresaban a Estepa tras sus correrías por las campiñas y serranías de las tierras de Andalucía.
Se celebran en torno al fin de semana del tercer domingo de mayo.
Estas celebraciones vienen desde muy lejos en el tiempo, y la memoria popular recuerda algunas anécdotas que se cuentan sobre las visitas que a esta Virgen hacían los caballistas y bandoleros cuando regresaban a Estepa tras sus correrías por las campiñas y serranías de las tierras de Andalucía.
Se celebran en torno al fin de semana del tercer domingo de mayo.
En el aspecto religioso, se dedica a la Virgen de los Remedios unos cultos llamados “Octava” y este año, será el domingo día 17, cuando la imagen de la Virgen salga en procesión por la tarde, y a su regreso al templo sobre las doce de la noche, ante la iglesia, es tradicional que en el barrio se huela a la pólvora quemada en el magnífico castillo de fuegos artificiales.
El “lunes de Octava” está declarado como fiesta local, y a las doce de la mañana, con la iglesia abarrotada de público y fieles, tiene lugar la tradicional “subida de la Virgen a su camarín”.
La imagen, colocada en una andas, es trasladada a hombros por los estepeños y estepeñas que la llevan por la iglesia desde el altar hasta la salida del templo, paseándola una y otra vez acompañada por los gritos de ¡Bendita, Bendita la Virgen de los Remedios! que por una ancestral costumbre le dedican los fieles de su barrio. Gritos de ¡guapa! ¡bendita!, y vivas de sus devotas y devotos que se mezclan con los sones de los alegres pasodobles, sevillas y otras piezas musicales que la banda Amigos de la de música de Estepa, interpretan desde el coro de la iglesia.
Al cabo de un buen rato de paseos de la imagen desde dentro del templo hasta la calle, la imagen es colocada sobre una plataforma inclinada, e instalada desde delante del altar hasta el camarín. Una vez allí situada, entre aplausos, aclamaciones de fervor de sus devotos y cánticos, por medio de un torno o artilugio mecánico, dicha imagen comienza a subir lentamente elevándose por la pasarela hasta llegar a colocarse en el lugar que ocupa todo el año en su bellísimo Camarín, joya indiscutible del patrimonio estepeño, elaborado con gran exquisitez y preciosismo a base de pulidas y brillantes piedras y jaspes de colores, labradas por las manos de los artistas canteros estepeños, que siglos atrás, nos legaron esta filigrana tan magnífica, que merece ser conocida y visitada. En dicho Camarín presidiendo su templo, la imagen quedará ya hasta el año próximo.
Hace ya algunas décadas, el día martes de la Octava la calle Roya era cortada con una empalizada, y en ese tramo aislado, se soltaba una vaquilla que correteaba dicha calle revolcando a los jóvenes más valientes que se arriesgaban a darle unos pases, o simplemente corrían delante de ella. Pero ese festejo de la vaquilla, por causa de un accidente ocurrido hace bastante tiempo en el que resultó herida una persona, fue suspendido y ya no se ha vuelto a celebrar más; con el consiguiente disgusto de muchos esporádicos “maestros del toreo” que más que torear, eran revolcados y volteados por la becerrilla.
El real de la feria está instalado en los aledaños de la placita de los Remedios, el Llanete, la calle Roya y el paseo de dicha calle, donde hay casetas, buenas tapas y buenos vinos, cantes y bailes, y al final de la feria, los “cacharritos” puestos ambulantes y atracciones para los más pequeños y los jóvenes.
El “lunes de Octava” está declarado como fiesta local, y a las doce de la mañana, con la iglesia abarrotada de público y fieles, tiene lugar la tradicional “subida de la Virgen a su camarín”.
La imagen, colocada en una andas, es trasladada a hombros por los estepeños y estepeñas que la llevan por la iglesia desde el altar hasta la salida del templo, paseándola una y otra vez acompañada por los gritos de ¡Bendita, Bendita la Virgen de los Remedios! que por una ancestral costumbre le dedican los fieles de su barrio. Gritos de ¡guapa! ¡bendita!, y vivas de sus devotas y devotos que se mezclan con los sones de los alegres pasodobles, sevillas y otras piezas musicales que la banda Amigos de la de música de Estepa, interpretan desde el coro de la iglesia.
Al cabo de un buen rato de paseos de la imagen desde dentro del templo hasta la calle, la imagen es colocada sobre una plataforma inclinada, e instalada desde delante del altar hasta el camarín. Una vez allí situada, entre aplausos, aclamaciones de fervor de sus devotos y cánticos, por medio de un torno o artilugio mecánico, dicha imagen comienza a subir lentamente elevándose por la pasarela hasta llegar a colocarse en el lugar que ocupa todo el año en su bellísimo Camarín, joya indiscutible del patrimonio estepeño, elaborado con gran exquisitez y preciosismo a base de pulidas y brillantes piedras y jaspes de colores, labradas por las manos de los artistas canteros estepeños, que siglos atrás, nos legaron esta filigrana tan magnífica, que merece ser conocida y visitada. En dicho Camarín presidiendo su templo, la imagen quedará ya hasta el año próximo.
Hace ya algunas décadas, el día martes de la Octava la calle Roya era cortada con una empalizada, y en ese tramo aislado, se soltaba una vaquilla que correteaba dicha calle revolcando a los jóvenes más valientes que se arriesgaban a darle unos pases, o simplemente corrían delante de ella. Pero ese festejo de la vaquilla, por causa de un accidente ocurrido hace bastante tiempo en el que resultó herida una persona, fue suspendido y ya no se ha vuelto a celebrar más; con el consiguiente disgusto de muchos esporádicos “maestros del toreo” que más que torear, eran revolcados y volteados por la becerrilla.
El real de la feria está instalado en los aledaños de la placita de los Remedios, el Llanete, la calle Roya y el paseo de dicha calle, donde hay casetas, buenas tapas y buenos vinos, cantes y bailes, y al final de la feria, los “cacharritos” puestos ambulantes y atracciones para los más pequeños y los jóvenes.
Este año, la Delegación de Cultura del Ilustrísimo Ayuntamiento, ha preparado una serie de actos a celebrarse en el edificio del Pósito en El Llanete, cuyo cartel aquí les presento.
A quienes nos visiten en estos días, desearles unas felices fiestas de “Octava de los Remedios 2009”.
A quienes nos visiten en estos días, desearles unas felices fiestas de “Octava de los Remedios 2009”.
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