EL TIEMPO EN ESTEPA

EL TIEMPO: PREVISIÓN METEOROLÓGICA PARA ESTEPA

sábado, 30 de julio de 2011

ACTUAL TORRE DE LA IGLESIA DE SANTA MARÍA LA MAYOR, DE ESTEPA

Aunque el artículo es extenso, no he querido publicarlo en dos partes.
Los lectores interesados en el tema seguro que agradecerá leerlo
completo y de una sola vez.
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"De todos los monumentos que tenemos en Estepa, esta moderna torre  que se sepa–, nunca se ha restaurado, y desde hace varias décadas quizás sea el que está en peor estado de conservación"



Un poco de historia. Después de la toma o conquista a los árabes del castillo de Estepa (Hins Istabba) por las huestes del rey santo, don Fernando III, la mezquita existente en la fortaleza fue consagrada como iglesia cristiana bajo la advocación de Santa María la Mayor. No hay referencias de la época exacta de su construcción, como hoy la vemos, pero sí se sabe que se edificó sobre el solar que ocupó la vieja mezquita, que estaba situada en la parte contraria de donde hoy se halla al altar mayor. La edificación de este templo tuvo lugar en los años que Estepa y su Castillo pertenecieron a la Orden de Santiago, y se fue haciendo en varias etapas y estilos; la zona del trascoro es parte de la antigua mezquita o iglesia vieja, y el resto de la construcción es de estilo gótico, y se cree puede ser de finales del siglo XV en adelante, pues aún duraban las obras en 1560.

Este templo tenía una torre de la que no hay referencia en cuanto a la fecha de su edificación, estilo y forma. Lo único que hoy se sabe a través de don Antonio Aguilar y Cano, coetáneo al hecho, es que en la noche del 30 al 31 del mes de diciembre de 1887, la torre de dicha iglesia se derrumbó, ocasionando muchos desperfectos materiales, pero afortunadamente, ninguna desgracia personal.
Dicha torre quedó reducida a un montón de escombros, y el reloj que había en ella, que era el que entonces marcaba las horas en la vida de nuestra ciudad, fue arrastrado y cayó dentro del pozo donde entraban sus pesas, sufriendo grandes averías. Luego tras su reparación, dicho reloj se colocó en el Ayuntamiento, y allí sigue desde entonces sonando cada hora. Uno de los campanillos de la torre se perdió en el desastre; la capilla bautismal que está al lado de ella se hundió, y de puro milagro se salvó la hermosa y antiquísima pila bautismal donde a lo largo de la historia han recibido las aguas de ese sacramento muchos miles de estepeños, tanto anónimos, como relevantes o ilustres.

Histórica Pila en la reconstruida capilla
 bautismal, recientemente restaurada

Tal derrumbamiento se comprobó que fue causado por haberse construido la que al parecer era una formidable, sólida y pesadísima torre, sobre un antiquísimo cubo de sillaretes que probablemente era cimentación de la primitiva mezquita que allí hubo; así, la falta de un buen firme unida al reblandecimiento del suelo y de la obra vieja por la abundancia del agua de las lluvias, cedió dicha obra bajo el peso de la torre que se había edificado encima, y toda se vino abajo la última noche del año 1887.
En esas fechas, aquél era un lugar apartado y solitario. Estepa era un pueblo pequeño, y sus habitantes desde hacía muchas décadas vivían ya fuera del recinto del castillo en la nueva y actual ubicación del pueblo en la ladera norte de dicho cerro. Por ello no ocurrió desgracia a persona alguna, gracias a la falta de visitas a un lugar por entonces solitario, y a las altas horas de la noche en que ocurrió el desplome de la torre.

Pronto el pueblo se puso en marcha movilizado por el activo párroco de Santa María, don José de Ramos y Mejías, ayudado por su teniente de cura, don José Maximino Téllez, y comenzaron grandes empeños para lograr la participación e implicación de todos los vecinos de Estepa, con espontáneas y numerosas ofertas que les hicieron como contribución para la construcción de una nueva torre; pues sin ella, a la iglesia Mayor y Matriz de Estepa, le faltaba “algo”.
El cardenal arzobispo de Sevilla da la orden de que se instruya el necesario expediente para que las obras se efectúen por cuenta del Estado, y se ofrecen para ayudar a conseguir dicho logro, el Diputado a Cortes por este distrito, don Pablo Cruz, y el marqués de Estepa. “Consultada la tramitación del expediente y la forma de ejecución de las obras, si llegaba a obtenerse la subvención, vióse que el medio propuesto era dificilísimo, de laboriosa gestión, poco menos que imposible” (Memorial Ostipense. Pág. 768)

VIEJA FOTO DE UNA PROCESIÓN DE SAN ANTONIO EN LA
DESAPARECIDA IGLESIA DE LA CONCEPCIÓN, QUE ESTABA
SITUADA EN LA PLAZA DE LA VICTORIA

Entonces, el cura convoca junta general de los vecinos, que se celebra en la hoy desaparecida iglesia de la Concepción, en la plaza de la Victoria, y allí se decide el acuerdo de prescindir por entonces de la ayuda del Estado, y confiar todos los gastos a la caridad de los fieles y vecinos estepeños, a quienes se les solicitarían los donativos.
Se aprueba también en dicha junta el nombramiento de un consejo de administración compuesto por muchos vecinos, y presidido por el cura párroco don José de Ramos y Mejías, que se pusieron inmediatamente a trabajar, tomando entre otros acuerdos, el de cómo hacer la suscripción pública y dar inicio a las obras.
“Encargáronse los planos al maestro don Francisco Torres, eligiéndose uno de los dos proyectos que presentó, y reducidas sus proporciones y alterada la clase de materiales, se abrieron los cimientos en el mismo lugar que ocupaba la derruida torre y continuaron con actividad las obras hasta que, por conveniencia, se han suspendido durante la estación de invierno, quedando lo edificado a más de seis varas de altura (algo más de cinco metros) sobre el nivel del suelo. De lamentar es que personas piadosísimas, de excelente y rica posición, hayan dejado de contribuir con su limosna por entender que debió acudirse al Estado para obtener recursos, sin reparar las casi invencibles dificultades del expediente. Abrigamos la esperanza de que más o menos pronto asociarán su nombre a esa obra, que es cuestión de amor propio y de honra para los hijos de Estepa”. (Memorial Ostipense. Pág. 769)

SE EDIFICÓ ESTA TORRE
EL AÑO 1892


SIENDO CURA PROPIO
D. JOSÉ RAMOS MEJÍAS
La construcción debió quedar inaugurada en el año 1892, como figura en la lápida colocada en el primer cuerpo de la torre. Por lo tanto duró su edificación unos cinco años aproximadamente.
Esta torre se hizo con el esfuerzo del bolsillo de los estepeños, que por esos tiempos no estarían muy boyantes, pero como dice la frase final de Aguilar y Cano: “esa obra, que es cuestión de amor propio y de honra para los hijos de Estepa”. Aunque su calidad no sea buena, el estilo y lo estético del monumento tampoco, ni sea antigua su traza; sí es un patrimonio de Estepa que debería haberse cuidado más y mejor por anteriores gobiernos municipales, desde que hace ya tres o cuatro décadas se advirtieron sus grietas y deterioros.

BUEN TRABAJO.
SE ROMPEN LAS COLUMNAS DEL ARCO DE LA TORRE, Y EN ESAS "CALAS" SE EMPOTRA UN
TABLÓN QUE AGUANTA OTRAS TABLAS Y CUÑAS QUE HACEN ESFUERZOS MALABARES
PARA QUE NO PIERDA EL EQUILIBRIO LA CAMPANA QUE SUJETAN.
Tampoco quiero decir que el nuevo Consistorio sea responsable del estado de la torre –no se me achaque a mí tal acusación–; no, pues treinta o cuarenta años antes, ya estaba en declive y no se ha hecho casi nada por restaurarla, quizás por el escaso o nulo interés histórico y artístico que tiene; pero, ¿qué hacemos entonces con ella? ¿dejamos que se pudran las maderas que apuntalan las campanas, y que éstas caigan y ocasionen a las personas graves daños que lamentaremos después?
AGUJERO EN LA BÓVEDA DEL TECHO DEL CUERPO DE CAMPANAS
SE VE POR  EL ARCO DE LA CARA SUR
Al menos, ¿por qué no se tapa el agujero que hay en la bóveda del techo del cuerpo de campanas, visible en la foto? Si no se puede hacer otra cosa, ¿Por lo menos, por qué no se amarran las campanas con fuertes cadenas para evitar que se caigan si ceden las tablas que chapuceramente las sujetan?
O, más sencillo: ¿por qué no bajarlas?


SOBRE LA BALAUSTRADA, OTRA ESTRUCTURA DE TABLAS SOPORTA
LA CAMPANA SITUADA EN EL ARCO DE LA CARA NORTE

El agua de la lluvia entrará, creará humedades, la obra se irá deteriorando, los maderos se pudrirán algún día… y si Dios o el hombre no lo remedian antes, otra vez podemos ver si no caerse la torre, sí observar cómo se deteriora criando vegetación en las rajas y oquedades de sus ladrillos y acumulando excrementos de las aves que allí anidan en todos sus rincones, como dueñas que señorean el solitario y abandonado lugar.
 
EN LA CARA SUR, CORNISAS AGRIETADAS Y DESPLAZADAS, RAJAS EN LA
ESTRUCTURA DE LADRILLO Y VEGETACIÓN EN LAS GRIETAS
Y aunque carente de interés artístico, hay quienes dicen que la torre no es fea; porque es algo nuestro, del paisaje que hemos visto siempre; que amamos porque ha estado ahí, acompañándonos a lo largo de nuestra vida, y porque levantarla a finales del siglo XIX, costó muchos esfuerzos y sacrificios a los ciudadanos que vivían entonces en este pueblo, que lucharon para elevar al cielo la esbeltez de su figura.

Cuidémosla para que no vuelva a caer la Torre de Santa María; que desde el lugar privilegiado que ocupa vigilando el bello horizonte que nos rodea, siga estando con nosotros varios siglos más, como un regalo recibido de generaciones pasadas.
Y porque hay que recordar lo que se dijo cuando la hicieron: “esa obra, es cuestión de amor propio y de honra para los hijos de Estepa”.

1 comentario:

  1. Lleva años en ese estado, lo que es un milagro es que no se hayan desprendido partes de la misma.

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