JORDI PUJOL, O EL CUCO QUE PUSO LOS
HUEVOS
EN OTROS NIDOS
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Prueba de su simpatía y cariño hacia los andaluces |
Hay una expresión muy española que dice… “y parecía tonto”.
Pues no, no señor. Este, ni lo parecía ni lo era, y ahora,
después de muchos años, lo ha demostrado dejando patente lo “listo que fue”.
Pero mire usted, como a otros muchos, a éste también lo han pillado con el
carrito del helado.
En estos últimos días, la prensa, los distintos canales de
televisión y las cadenas de radio, nos están informando exhaustivamente sobre el “golpe” que el señor Jordi Pujol nos
ha dado a los españoles –y sobre todo–, a
la Hacienda Pública.
Ellos, la “familia”, alega que la pasta “nostra” guardada
fuera de España, provenía de una herencia familiar; los que investigan el caso
afirman que no, que se consiguió mediante el cobro de comisiones por
concesiones de contratos durante el mandato del des–Honorable Jordi al frente
de la Generalidad de Cataluña, y a posteriori, más de lo mismo o de la misma
forma, conseguido por su, o sus retoños puestos al frente de organismos que
conseguían más “pasta nostra” con el trapicheo y las influencias por ser ellos
hijos de su padre.
Me parece a mí y creo que todos los españoles pensarán lo
mismo: que está muy bien eso de pedir
disculpas políticas a su partido y a los ciudadanos. Aunque no, eso no es
suficiente.
Pero si en este país nuestro de astutos pícaros y taimados pillos,
a los que roban y son condenados por ello no se les obliga a devolver lo apropiado
inapropiadamente, ¿dígame usted qué vamos a hacer con este pajarraco y sus polluelos,
para que se pongan al corriente con Montoro?
Han sido muchos –creo que treinta y cuatro–, los años que el
clan ha mangoneado a sus anchas la
política y los negocios en Cataluña. Vendían favores, prestaban influencias y
cobraban por ello la recompensa. Y así, han ido “amasando” –dicen–, una gran fortuna con la harina de
otro costal; o sea, con la artimaña engañosa y la harina del fisco público, que
dicen que somos todos.
Por lo tanto, engañaron a España y a los españoles; y claro,
como la “pela es la pela”, pues pesetilla por aquí, pesetilla por allá, en el
nido del pájaro padre y bajo sus huevos, se ha ido formando una alcancía de
cojones y muy señor mío, que vaya usted a saber cuántos cientos de millones de euracos
de ahora son los que viven al “resguardo” del ojo avizor y de aguilillo del
astuto Montoro, en “niditos” que se han ido haciendo en árboles de Andorra y de
otras arboledas que hay en los “paraísos” de esta tierra.
Que paguen los que roban; so pretexto de encerrarlos y tirar
la llave hasta que devuelvan lo sustraído distraídamente: sí, esos que de
pronto, se vuelven amnésicos, que no saben, no me acuerdo, no me consta. Que
devuelvan el contenido de las bolsas de “basura” los que las llevaban a sus
casas y se las daban a sus mujeres; que devuelvan el dinero los que se
beneficiaron de falsos expedientes de regulación de empleo; y los que se
gastaron en abultadas y falsas dietas, putas, drogas, viajes o mariscos los euros
que se apropiaron de ayudas concedidas a sindicatos que daba la Junta para
formación de personas paradas; que paguen sus impuestos quienes como este
pájaro, voló a poner “sus huevos” a buen recaudo y en sitios seguros, mientras en España, lo hemos estado pasando
mal, pero contribuyendo la mayoría de
los ciudadanos –sobre todo–, durante estos últimos años de sacrificios, subidas
de impuestos, congelaciones de sueldos a funcionarios y pensionistas, restricciones
en sanidad, educación y otros muchos derechos ya conquistados, que nos han sido
“ mermados, recortados” por el Gobierno para hacernos pagar la crisis: esa de
la que no somos culpables, mientras banqueros hundidos y reflotados de
millonarios sueldazos, ladrones, estafadores y defraudadores, no saben ni han
sabido lo que es “pagar el pato” de una crisis que no han sufrido ellos, ni
hemos creado los millones de ciudadanos honrados y trabajadores, pero que sí
hemos soportado varios años por mor de tanto malnacido.
Dicen que son treinta y cuatro
(y eso es una realidad),
los años que el “Honorable”
Presidió la muy rentable
casa, de la Generalidad.
.
¡Qué barbaridad, señores!
¡qué de influencias vendidas!
(y cuántos defraudadores),
¡cuánta comisión cobrada!
¡cuántas manos distraídas!
que a Andorra se lo llevaban,
¡cuánta cara endurecida!
¡con cuán arte, defraudaban!.
.
Le llamaban “Honorable”,
(de estirpes y viejas sagas)
Quien armado con buen sable,
Al que de favores hable…
Da sablazos que te cagas
.
Ha sido usted un gran cuco,
No descubre nada nuevo
Del truco del almendruco,
Y se va a guardar los “huevos”
A la Andorra o Pernambuco.
.
Y creyendo descubierto
El chocolate del loro,
Puso la “pasta” a cubierto
Para engañar al despierto,
Y taimado de Montoro.
.
Mala suerte, esta vez lo pillaron; que
usted lo “pague” bien, don Jordi
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