VISITA AL CASTILLO DE

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ALMODÓVAR DEL RÍO
(CÓRDOBA)
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Hoy, uno de noviembre, amaneció un día magnífico. Tan caluroso que más parecía que estuviésemos casi en la estación veraniega y no en el otoño.
Con un día así de soleado y las ganas que yo tenía de viajar con mi moto, invitado por la extraña bonanza del clima, me decidí a emprender el camino hasta Almodóvar del Río en la provincia de Córdoba.
Hacía mucho tiempo que deseaba visitar ese castillo, pues la curiosidad de conocerlo la despertó en mí el hecho de que desde mi casa, en Estepa -a unos cien kilómetros-, en los días en que la atmósfera está clara y despejada, desde mi azotea y ayudado de unos buenos prismáticos puedo ver casi en las estribaciones de Sierra Morena, el imponente macizo rocoso sobre cuya cima se asienta la bella fortaleza de Almodóvar. Y hasta de noche, puedo observar la iluminación de sus murallas y torreones.

Puerta de acceso al recinto fortificado

La villa de Almodóvar está situada al oeste de la capital cordobesa y de Medina Azahara; la ciudad de recreo que los califas se construyeron para su disfrute en la sierra al noroeste de Córdoba.

El pueblo se halla tranquilamente recostado en la ladera de un enorme montículo que sobresale en el suave valle del Guadalquivir, de fértiles tierras por donde discurre el más importante río de Andalucía en su pausado camino hacia Sevilla, junto a la línea férrea Madrid-Córdoba-Sevilla-Cádiz, que pasa rozando el pueblo y a los pies mismos del impresionante peñasco donde se eleva el castillo, desde cuya altura se observa el dicho valle y sus campos, y hacia el este no muy alejada se puede ver Córdoba, la bella perla que tanto amaran los Califas.

La fortaleza de Almodóvar está construida sobre los cimientos de otro baluarte de origen íbero, y posteriormente fue asentamiento defensivo en la época de la dominación romana.
En el siglo XIV la historia dice que en tan formidable castillo, habitó el rey don Pedro I "El Cruel", cuando este monarca tenía establecida su Corte en los Reales Alcázares de la ciudad de Sevilla.

En la sala abovedada que hay en el interior de la Torre del Homenaje, pueden verse las figuras que escenifican el llamado Pleito del Homenaje al rey don Pedro I "El Cruel"

Como casi todas las fortalezas, al llegar la paz con la conquista de Granada; el último reino nazarí en España, los castillos fueron abandonados al sentirse seguros sus moradores fuera de ellos, y al comenzarse a edificar las ciudades a extramuros, comienza también para las fortalezas su declive y posterior ruina.
Este fabuloso enclave defensivo de Almodóvar, parece ser que ha tenido muchas y sucesivas reconstrucciones a lo largo de los años; pero la más importante de todas ellas, fue la llevada a cabo en 1902 por el Conde de Torralba, don Rafael Desmaisieres, quien al parecer gastó mucho de su dinero en reedificar las ruinas que aún quedaban en pie, de un castillo que en sus mejores épocas debió ser muy hermoso y de extraordinaria importancia para la defensa de las tierras cordobesas.
Otras actuaciones de reconstrucción se han llevado a cabo posteriormente, y la última creo recordar que se acometió en el año 2002, dándole a esta fortificación el sobrio y remozado aspecto que luce en la actualidad.

La imponente Torre del Homenaje, vista desde el Patio de Armas

El Castillo está reedificado casi en su totalidad; pero no importa. Particularmente, prefiero eso: admirarlo de pie y conservado, a verlo derruido y que las nuevas generaciones que han de venir, no puedan conocer ni disfrutar la contemplación de una fortaleza medieval, tal y como era en su origen.
Gracias al Conde de Torralba que sin duda debía ser un hombre de mente abierta, amante de la Historia, altruista y adelantado a su época en cuanto a restauración y conservación del Patrimonio Histórico se refiere, hoy he podido ver a muchos niños contemplando admirados la majestuosidad de la soberbia Torre del Homenaje, la Plaza de Armas, el lugar más inexpugnable de la fortificación, que conserva sus antiguos aljibes, las nueve torres que circundan el castillo, y sus murallas defensivas perfectamente almenadas, la armería, la Torre Escuela con importante exposición de objetos hallados durante las restauraciones, además de fotografías de cómo era el castillo antes, y después de las reconstrucciones, y un sinfín de cosas más, que los niños y mayores podían contemplar, gracias a la labor importante de alguien que pensó en reedificar lo que en el pasado habían destruido el hombre y los efectos del tiempo, recuperándolo de esa forma para la historia futura y un mayor conocimiento de las generaciones venideras.

Merece la pena dar un paseo hasta Almodóvar del Río, y disfrutar de nuestra rica historia antigua, en esta época tan moderna que a veces, nos tiene tan faltos de un poco de tiempo para invertirlo en conocer nuestros ancestrales orígenes, y cómo eran los pueblos, las ciudades, las gentes y su modo de vida.
Hoy, he disfrutado mucho del paseo en moto hasta Almodóvar del Río; lugar que me ha enseñado un poco más, de nuestra Historia.