ANTES, SE USABA EL TRABUCO
______________
Hay cosas que uno no comprende. ¿Será que nos toman por tontos?
No sé a dónde vamos a llegar con tanta crisis, que nos ha traído tanto afán de recoger dinero por todos los rinconcillos de las faltriqueras de la gente, de rapiñar euros por donde quiera que haya un resquicio legal, o tal vez ilegal para hacerlo, por parte de gentes, empresas o entidades que en su desmedida ambición, idean tretas y artimañas para estafar a sus clientes, engañar abultando facturas, o cobrando lo que seria incobrable; o por lo menos, lo que antes era gratuito, y que ahora, con esta crisis, ya no lo es, porque necesitamos dinero, mucho dinero, más dinero y no sabemos ya como conseguirlo. Y claro, siempre paga el pato el de siempre: el que trabaja, y gana unos euros para tener que pagarle una parte a esos que no trabajan, a esos que idean siempre la forma de ganar dinero sin dar golpe, que sólo piensan en ver la forma de desvalijar los cada vez más escuálidos bolsillos del ciudadano que ya comienza a hartarse de tanto mamón suelto que le chupa como vampiro sediento
Un ejemplo: (y no quiere decir que estos sean vampiros, pero un poco sanguijuelas mamoncetes, si que son) La SGAE; (Sociedad General de Autores Españoles) ha levantado la polémica con su desmedida ambición, con las normas que recientemente está aplicando.
La gente se queja con razón, y la cara dura es mucha. Ya está bien de arañar por todos lados.
Resulta que están cobrando un impuesto a los establecimientos públicos, por tener puesta la radio. Quieren tener bajo control a todo el mundo.
Toda la vida, escuchar las ondas hertzianas que se colaban tan alegremente por nuestra antena a través del aire en forma de canciones o información, era gratis.
Unos se compraba una radio, la conectaba y a escuchar canciones… o noticias. Ahora, en las peluquerías de señoras y caballeros, los bares, los taxis, los lugares públicos etc. etc., si quiere hacer más agradable la espera a sus clientes, y se les pone la radio para pasar el rato, ¡hay que pagarle impuesto a la sociedad general de autores españoles! ¡Tiene güebos la cosa! –que diría el otro-.
¿Y si se oyen las noticias? También hay que pagar, pues tiene una sintonía.
Y eso que las ondas son libres y viajan libres de impuestos; pero estos “artistas” del saber, quieren que dichas ondas hertzianas ya no campen ni se propaguen a sus anchas por nuestros espacios siderales, y las quieren someter a control para sacarles el juguito en forma de euros. ¡Ay Señor, qué tropa! –Como diría Rajoy-.
Eso es como poner puertas al campo. ¿No es dura, la cara de esta gente?
Un ejemplo: Una peluquería de señoras de hasta 50 metros cuadrados, pagaría una cuota de 6,45 euros, más el 0,8 del IPC de este año, más el 16% de IVA; todo ello sería 7,48 euros mensuales. Como el recibo es trimestral, si se multiplica por 3, nos da 22,46 eurillos de nada, por escuchar la radio cuyas ondas son gratis y andan sueltas por los cielos, como esta gente por la calle. Antes, se usaba el trabuco.
¡Madre del amor hermoso!
No sé a dónde vamos a llegar con tanta crisis, que nos ha traído tanto afán de recoger dinero por todos los rinconcillos de las faltriqueras de la gente, de rapiñar euros por donde quiera que haya un resquicio legal, o tal vez ilegal para hacerlo, por parte de gentes, empresas o entidades que en su desmedida ambición, idean tretas y artimañas para estafar a sus clientes, engañar abultando facturas, o cobrando lo que seria incobrable; o por lo menos, lo que antes era gratuito, y que ahora, con esta crisis, ya no lo es, porque necesitamos dinero, mucho dinero, más dinero y no sabemos ya como conseguirlo. Y claro, siempre paga el pato el de siempre: el que trabaja, y gana unos euros para tener que pagarle una parte a esos que no trabajan, a esos que idean siempre la forma de ganar dinero sin dar golpe, que sólo piensan en ver la forma de desvalijar los cada vez más escuálidos bolsillos del ciudadano que ya comienza a hartarse de tanto mamón suelto que le chupa como vampiro sediento
Un ejemplo: (y no quiere decir que estos sean vampiros, pero un poco sanguijuelas mamoncetes, si que son) La SGAE; (Sociedad General de Autores Españoles) ha levantado la polémica con su desmedida ambición, con las normas que recientemente está aplicando.
La gente se queja con razón, y la cara dura es mucha. Ya está bien de arañar por todos lados.
Resulta que están cobrando un impuesto a los establecimientos públicos, por tener puesta la radio. Quieren tener bajo control a todo el mundo.
Toda la vida, escuchar las ondas hertzianas que se colaban tan alegremente por nuestra antena a través del aire en forma de canciones o información, era gratis.
Unos se compraba una radio, la conectaba y a escuchar canciones… o noticias. Ahora, en las peluquerías de señoras y caballeros, los bares, los taxis, los lugares públicos etc. etc., si quiere hacer más agradable la espera a sus clientes, y se les pone la radio para pasar el rato, ¡hay que pagarle impuesto a la sociedad general de autores españoles! ¡Tiene güebos la cosa! –que diría el otro-.
¿Y si se oyen las noticias? También hay que pagar, pues tiene una sintonía.
Y eso que las ondas son libres y viajan libres de impuestos; pero estos “artistas” del saber, quieren que dichas ondas hertzianas ya no campen ni se propaguen a sus anchas por nuestros espacios siderales, y las quieren someter a control para sacarles el juguito en forma de euros. ¡Ay Señor, qué tropa! –Como diría Rajoy-.
Eso es como poner puertas al campo. ¿No es dura, la cara de esta gente?
Un ejemplo: Una peluquería de señoras de hasta 50 metros cuadrados, pagaría una cuota de 6,45 euros, más el 0,8 del IPC de este año, más el 16% de IVA; todo ello sería 7,48 euros mensuales. Como el recibo es trimestral, si se multiplica por 3, nos da 22,46 eurillos de nada, por escuchar la radio cuyas ondas son gratis y andan sueltas por los cielos, como esta gente por la calle. Antes, se usaba el trabuco.
¡Madre del amor hermoso!
¡Qué ansias de dinero, y qué ganas de dar por… las ondas!
Hola Antonio amigo.
ResponderEliminarVengo de leer tus últimos artículos. Aportas tu opinión sobre las noticias cotidianas con una natural y sencilla, aunque impecable, narrativa. Te haces eco de los pensamientos que a la mayoría nos surgen cuando leemos o escuchamos ciertas noticias salidas de mentes poco creativas y en absoluto populares. Y es que, Antonio... la gente, sobre todo los políticos, con este asunto de la crisis, anda perdiendo los papeles. 67 años y encima de un andamio en Cádiz durante una jornada donde sople el levante, debe mandar "güevos" como dices tú. Y en cuanto a la música, lo de vigilar las descargas en una cosa y que el pueblo en fiestas, o la peluquera tenga que pagar por ella es otra.
En fin, "Cosas veredes Sancho..."
Un abrazo.