Sí, ¿pero a qué viene?
Se ha creado una gran polémica con la visita del Papa a las ciudades españolas de Santiago de Compostela y Barcelona.
Hay gran malestar en un amplio sector de la sociedad española con la visita papal. Muchos colectivos de personas que se sienten no “correspondidas” ni “comprendidas” o “amadas” en demasía por el Pontífice de la Iglesia Católica de Roma y toda su jerarquía, muestran sus protestas estos días previos a la llegada de Benedicto XVI.
Dicen que esta visita, por el enorme gasto que conllevan los preparativos; montajes, seguridad, molestias a los ciudadanos etc., nos costará varios millones de €uros, sólo para recibir al Papa.
Lo bueno de esto, es que si nos empobrecemos en unos millones de euros de gastos para el recibimiento de su Santidad, al menos, los trabajadores que están llevando a cabo los preparativos, se llevarán santamente parte de esos milloncejos a casa, en forma de unos jornales que siempre vienen muy bien para ir capeando el temporal de esta puta crisis, que el Vaticano parece no sufrir.
La polémica está servida. La gente, cree cada vez menos que el Papa represente a aquél Jesús pobre, sencillo y humilde que dio su vida en defensa de los demás y que estuvo al lado de los más necesitados; que fue perseguido y predicó por los caminos la bondad, la pobreza, el bien, la humildad y el amor, entre otras muchísimas virtudes que precisamente, mucha gente cree que una gran mayoría de quienes gobiernan la iglesia católica, no posee ni practica. "Déjalo todo y sígueme" Les dijo Jesús.
Y si este es el pensamiento de tanta gente en todo el mundo, y adonde quiera que va arrastra la polémica con sus visitas, ¿a qué viene usted, don Benedicto?
Mi muy estimado Antonio.
ResponderEliminarA mis -casi- 33 años me considero un hombre de fe. Además, si de algo se beneficia uno al formarse desde el plano teologal, es que se fundamenta en aquello que cree y piensa.
Al respecto de tus certeras y respetadas palabras, me siento en la obligación de decir junto a tí, que para mí, cristiano católico, esta visita no me aportará nada.
Al que le aporte beneficios económicos o espirituales mi mas cordial felicitación y respeto, pero como escribí en mi humilde blog, esta visita no despertará del letargo a los cristianos acomodados de misa los domingos. El mundo necesita testimonios, y con una cruz de oro en el pecho, en pleno siglo XXI, no se puede testimoniar.
Un abrazo.
Estimado Antonio, la Iglesia lleva siglos sin representar ni a Jesús, ni a lo que él predicó.
ResponderEliminarEstoy totalmente de acuerdo con que el enorme gasto que conlleva un desplazamiento de tal categoría, es vergonzoso, sirva o no sirva, para que algunas personas salgan beneficiadas, no sólo trabajadores contratados, sino también vendedores ambulantes, hosteleros etc.
No quiero ignorar a los miles y miles de personas que ven en este acto la oportunidad única, de estar lo más cerca posible del Papa; pero ese no es el tema ¿verdad? El tema no es otro, que la Iglesia no debe vivir en la opulencia, cuánto más, dar muestras de ella.
Y ahora te dejo una reflexión. ¿Qué crees que pasaría en el hipotético caso de que la Iglesia Católica siguiese en verdad a Jesús, despojada de toda riqueza? ¿Sabes que pienso yo? pues que la Iglesia tal cual la conocemos dejaría de existir. Dejaría de tener poder y por lo tanto, peso, voz y voto.
Y eso, Antonio, no le conviene ni a Dios.
Un abrazo