EL TIEMPO EN ESTEPA

EL TIEMPO: PREVISIÓN METEOROLÓGICA PARA ESTEPA

miércoles, 24 de junio de 2009


MURIÓ UN GRAN HOMBRE

___________



Hace muy pocos días que ha muerto Vicente Ferrer, un cooperante español, que junto con la ayuda de su mujer, llevó la ilusión a algunas personas en la India y llenó de esperanza los corazones de las que ayudó a lo largo de toda una vida de trabajos, esfuerzos y proyectos para mejorar o paliar en lo posible las grandes penalidades que sufren siempre, los que menos tienen.

Ayer, en un foro local, leí un comentario que hacía una mujer, y refiriéndose a la muerte de este hombre tenido como santo por multitud de hindúes a los que ayudó, en su escrito decía que la iglesia no reconocía la labor hecha por Vicente Ferrer, pues este hombre siempre fue contracorriente y en solitario, o por su cuenta, en el trabajo que realizó a favor de los pobres, en toda una existencia de entrega a los demás.
Esa gran obra llevada a cabo a lo largo de toda una vida dedicada a ayudar a los parias de la tierra en la India; eso es hacer "iglesia", y si la iglesia oficial no lo reconoce, peor para ella. Lo sabe reconocer la gente de a pie, la que ve y distingue, y sabe apreciar el trabajo verdaderamente -M i s e r i c o r d i o s o-, lleno de -P i e d a d- y -A m o r- que algunas personas hacen por los más desgraciados y maltratados por la vida. ¡Ah! y sin pedir nada a cambio. Eso es hacer bien el trabajo duro y diario para mejorar la vida de los que lo pasan mal en este Mundo. Pero no seríamos justos si dijéramos que dentro de la actual iglesia no se hace labor misionera en favor de los pobres y desprotegidos, pues es cierto que se hace, sí, y se hace bien por parte de algunos hombres y mujeres que en el desempeño de sus tareas de evangelización y ayuda, se van dejando a jirones la propia existencia en el duro camino de la vida; esos que bregan en el día a día duramente contra las dificultades, lejos de su tierra, esos son los que ayudan con sus propias manos al que padece.
Pero los jerarcas que mandan, -y mandan bien y mucho, y algunos son muy soberbios-, esos que bien comen, bien viven, y bien viajan en cómodos coches; esos no se ensucian de mierda los inmaculados puños de sus blancas camisas adornadas con elegantes pasadores. ¡No!
Ni sudan los blancos y duros alzacuellos de excelentes telas de sus camisas. Ni manchan sus negras y pulcras sotanas con el polvo o el barro de las calles de los suburbios y barrios donde el abandono de la clase más desgraciada se hace patente; donde no hay más que sufrimientos; ahí no pisan sus elegantes y abrillantados zapatos, pero sí lo han hecho y lo hacen las viejas sandalias de Teresa de Calcuta y sus hijas, o los seguidores de la obra de Vicente Ferrer y su esposa. Y siglos atrás, también lo hacían San Juan de Dios que dedicó su vida al cuidado de los enfermos más pobres, o el padre Damián, cuidando a los leprosos hasta morir como uno más de ellos, o Ignacio de Loyola, que tras una azarosa vida, terminó siendo el más pobre y desgraciado de la Compañía de Jesús, que él fundara. Esto es sólo un pequeño ejemplo de hombres y mujeres de la Iglesia, que supieron diferenciar muy claramente, la vida cómoda y lujosa de ostentación en ricos palacios y residencias, de la otra en la que daban la suya propia por los demás; que eran casi siempre, los más pobres, los enfermos y los desgraciados y moribundos del Mundo.


Mandan desde los cómodos sillones de sus acogedores despachos climatizados. Esos no sudan limpiando excrementos y pus a los enfermos terminales de los hospitales más pobres de la tierra, donde muere la gente; donde sufre la gente.
¿Que saben ellos, entonces, de lo que es ayudar a quienes de verdad lo necesitan?

Hacen falta en la Tierra muchos Vicentes Ferrer, más Teresas de Calcuta... y una legión de mahatmas Gandhis, y sobran otros muchos que envenenan la opinión y las creencias de la gente sencilla que termina no creyendo demasiado en esa falsa, cínica e hipócrita piedad que muchos predican, sí, pero no ejercen.


¿Qué diría de todo esto aquél hombre todo piedad, que se llamó Jesús?

No hay comentarios:

Publicar un comentario