12 DE OCTUBRE DE 1492
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HOY, 523 AÑOS DESPUÉS
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Cristóbal Colón explica su teoría a otros marineros y a los frailes franciscos del Monasterio de la Rábida, así como el proyecto de navegar hacia el oeste para llegar a las Indias |
Hoy es 12 de octubre, y en España es fiesta nacional.
También en muchos países de América latina y en los Estados Unidos, se celebra o festeja esta fecha para conmemorar este día, de 1492, en que el hombre europeo pisó -se cree que por primera vez-, las tierras del continente americano después de un incierto, accidentado y muy peligroso viaje surcando con tres sencillas carabelas las aguas del océano Atlántico.
También en muchos países de América latina y en los Estados Unidos, se celebra o festeja esta fecha para conmemorar este día, de 1492, en que el hombre europeo pisó -se cree que por primera vez-, las tierras del continente americano después de un incierto, accidentado y muy peligroso viaje surcando con tres sencillas carabelas las aguas del océano Atlántico.
Tres frágiles carabelas para acometer tan gigastesca misión exploradora |
Quien esto escribe, siente verdadero y fraterno afecto por la gente de los pueblos de la América latina, y un día como el de hoy, especialmente, el deseo le inclina, le incita o le mueve a felicitar con todo el cariño a esa gente sencilla y a las de toda condición, en la fecha de hoy en que hace 523 años que Cristóbal Colón y un puñado más de hombres arriesgados, aventureros y valientes, hollaron con su pie las tierras del que llamaron entonces “El Nuevo Mundo”.
Pero uno no sabe qué hacer. Sí, sinceramente, no sabe si felicitar o no a los hermanos de los países americanos; si hace bien o no con darles tales enhorabuenas, porque mucho, o algo he leído sobre los movimientos, opiniones y colectivos que existen contrarios a la celebración del histórico evento descubridor, por el que algunos consideran que no hay nada por lo que felicitarse o felicitar.
He leído muchas cosas y algunas muy malas contra los españoles y la hazañosa empresa que aquéllos hombres llevaron a cabo al ir a explorar nuevas y lejanas tierras, con el resultado que todos conocemos, y que dio lugar al mal llamado “descubrimiento de América”. Y digo mal llamado, porque América y sus hombres y mujeres ya estaban allí cuando los europeos llegaron hasta ella. Pero para aquéllos hombres arriesgados debió suponer un verdadero descubrimiento saber que tras el horizonte lejano e interminable de las desconocidas aguas, había otro continente, otras tierras, animales, vegetación y hombres distintos a los conocidos hasta entonces.
He leído muchas cosas y algunas muy malas contra los españoles y la hazañosa empresa que aquéllos hombres llevaron a cabo al ir a explorar nuevas y lejanas tierras, con el resultado que todos conocemos, y que dio lugar al mal llamado “descubrimiento de América”. Y digo mal llamado, porque América y sus hombres y mujeres ya estaban allí cuando los europeos llegaron hasta ella. Pero para aquéllos hombres arriesgados debió suponer un verdadero descubrimiento saber que tras el horizonte lejano e interminable de las desconocidas aguas, había otro continente, otras tierras, animales, vegetación y hombres distintos a los conocidos hasta entonces.
El hito histórico para la Humanidad que supuso el paso dado por aquellos valientes, es hoy celebrado por el mundo civilizado, a pesar de las voces que contra él se levantan no sé si movidas por un patriotismo exacerbado, por intereses económicos, por odios a eso que llaman “imperialismo”, o por otras oscuras razones que hacen a los hombres criticar tan magnífica empresa que revolucionó la sociedad mundial desde el siglo XV en adelante.
A nadie se le escapa, si ha leído algo sobre la gran gesta descubridora, evangelizadora o como se le quiera llamar, que los españoles llevaron a cabo a partir de un día como el de hoy, que en toda empresa de tamaña envergadura, debe haber por fuerza, algunos hombres no tan honestos ni de buenas intenciones; gente que iba allí buscando intereses económicos, personales o de cualquier otra índole; desalmados que en poco estimaron ni respetaron a los nativos de aquellas tierras; Adelantados corruptos; virreyes orgullosos que ejercieron con tiranía sus cargos y se enriquecieron; soldados sin escrúpulos; gente de mala vida que huía de la justicia… etc. etc.
Dondequiera que haya hombres, los habrá siempre de buena y mala condición: y eso debió ocurrir allí en esos años que siguieron a la fecha que hoy celebramos.
Pero el balance final, el cómputo general de obras que se hicieron, para mi criterio fue más positivo que negativo; se debieron hacer más cosas buenas, que malas.
Hay que comprender y entender la sociedad de aquéllos años y los valores que preconizaba. Hay que apreciar o analizar desde la óptica actual la evangelización que la iglesia y las órdenes religiosas y sus hombres llevaron hasta allí; la lengua, la cultura que enseñaron a los habitantes de aquéllas tierras -no mejor, ni peor que la que ellos tenían desde miles de años atrás, sin desdeñarla, pero distinta-.
Muchas cosas buenas se hicieron en aquellas tierras, y por desgracia, también fueron muchas las malas acciones llevadas a cabo por parte de hombres sin escrúpulos y con mala fe.
Por eso, en fecha como esta, uno no sabe si hace bien felicitando a los hermanos de lengua que tenemos en las lejanas tierras del Nuevo Mundo. O por el contrario, hace mal según la opinión de quienes ven en el Descubrimiento de América, un hecho genocida, de salvaje atropello a una cultura, a una religión, a unas gentes y a unos pueblos…
Lo bueno que se hizo –se quiera o no-, pasó a los anales de la Historia y pesará siempre más, sobre lo negativo, muy a pesar de quienes opinan lo contrario.
Por eso, sin ánimo de controversia y sin deseos de molestar a quienes piensan de distinta manera, no sólo en este día, sino en todos los demás del año, me limitaré únicamente a desear paz a los pueblos hermanos, y mucha prosperidad a sus hombres y mujeres.
Todo el bien deseable para los hombres y mujeres de la América latina: "La Tierra sin mal".
A nadie se le escapa, si ha leído algo sobre la gran gesta descubridora, evangelizadora o como se le quiera llamar, que los españoles llevaron a cabo a partir de un día como el de hoy, que en toda empresa de tamaña envergadura, debe haber por fuerza, algunos hombres no tan honestos ni de buenas intenciones; gente que iba allí buscando intereses económicos, personales o de cualquier otra índole; desalmados que en poco estimaron ni respetaron a los nativos de aquellas tierras; Adelantados corruptos; virreyes orgullosos que ejercieron con tiranía sus cargos y se enriquecieron; soldados sin escrúpulos; gente de mala vida que huía de la justicia… etc. etc.
Dondequiera que haya hombres, los habrá siempre de buena y mala condición: y eso debió ocurrir allí en esos años que siguieron a la fecha que hoy celebramos.
Pero el balance final, el cómputo general de obras que se hicieron, para mi criterio fue más positivo que negativo; se debieron hacer más cosas buenas, que malas.
Hay que comprender y entender la sociedad de aquéllos años y los valores que preconizaba. Hay que apreciar o analizar desde la óptica actual la evangelización que la iglesia y las órdenes religiosas y sus hombres llevaron hasta allí; la lengua, la cultura que enseñaron a los habitantes de aquéllas tierras -no mejor, ni peor que la que ellos tenían desde miles de años atrás, sin desdeñarla, pero distinta-.
Muchas cosas buenas se hicieron en aquellas tierras, y por desgracia, también fueron muchas las malas acciones llevadas a cabo por parte de hombres sin escrúpulos y con mala fe.
Por eso, en fecha como esta, uno no sabe si hace bien felicitando a los hermanos de lengua que tenemos en las lejanas tierras del Nuevo Mundo. O por el contrario, hace mal según la opinión de quienes ven en el Descubrimiento de América, un hecho genocida, de salvaje atropello a una cultura, a una religión, a unas gentes y a unos pueblos…
Lo bueno que se hizo –se quiera o no-, pasó a los anales de la Historia y pesará siempre más, sobre lo negativo, muy a pesar de quienes opinan lo contrario.
Por eso, sin ánimo de controversia y sin deseos de molestar a quienes piensan de distinta manera, no sólo en este día, sino en todos los demás del año, me limitaré únicamente a desear paz a los pueblos hermanos, y mucha prosperidad a sus hombres y mujeres.
Todo el bien deseable para los hombres y mujeres de la América latina: "La Tierra sin mal".
Como muy bien explicas en tu texto, Antonio, existe en muchos de esos pueblos americanos un grado de resentimiento hacia España mayor tal vez de lo que nosotros los españoles pensamos; pero también sé por amigos latinoamericanos (algunos de ellos son amigos compartidos por ambos) que es un sentimiento de amor-odio, un amor tal vez nacido de ese tronco común que es el idioma que nos une.
ResponderEliminarEl Imperio español, aquel imperio español que ahora no escribo con minúscula no tiene nada que ver con la actual España; así se lo expliqué a un ex_amigo mexicano en de cuyo corazón no conseguí erradicar su odio hacia España. Imagino que esta persona no representa a un colectivo ciudadano pero si sirve para tomarle el pulso a una Nación.
El imperio llegó allí y arrasó a golpe de espada y sotana culturas milenarias, valiosísimas culturas que perduraron gracias al orgullo del pueblo indígena; pero...cuánta devastación a nuestro paso.
Creo que España debe al pueblo iberoamericano una carta de perdón (creo que no existe, si es así por favor dímelo), una carta solicitando el perdón por tanta barbarie cometida ante las ansias expansionistas de los grandes gobiernos europeos de aquel entonces.
Eso sí, ruego desde aquí que el pueblo latino abrace a esta España que creció en la tolerancia y el respeto gracias a sus ciudadanos.
Posiblemente de haber ocurrido ahora, miles de personas saldrían a la calle portando pancartas y alzando sus voces: " No a la ocupación española" " vivan las culturas ancestrales de América"... Quiero creerlo así Antonio, porque mi alma es esposa de latinoamérica desde hace años y como esposa fiel me duele en mis propias carnes los orígenes de su rencor tanto, que los siento mío.
Deseo de todo corazón como tú, que la fraternidad ate con fuertes lazos de amor ambas orillas continentales.
Un abrazo muy grande amigo. Si me permites usaré tu texto para llevar a cabo una reflexión con mis alumnos.