.***
La definición de “político” debería ser una palabra que fuera sinónimo de persona adornada por la nobleza, la honradez y la recta conducta. Persona que ha sido elegida y puesta en ese lugar privilegiado para trabajar para y por el bien del ciudadano; para hacer leyes justas y eficaces, devanarse la sesera con el fin de que la economía vaya mejor y el desempleo disminuya, para la buena marcha del país, la preservación de los derechos fundamentales y un sinfín de cosas más, todas ellas nobles y buenas; pero sobre todo, que dé todos sus esfuerzos trabajando por aquellos que le han puesto en el lugar donde están; en los sillones de ciertas alcaldías que no merecen, o en los Parlamentos, donde algunos de sus escaños no son merecedores de soportar el peso de sus culos comodones.
La ideología que profesan esos políticos “profesionales” que pretenden vivir de la política, no es verdadera ni sentida: es falsa, sólo les interesa su permanencia en el cargo que ocupan, al margen de la bandera que levanten. Y con esta crisis y tantas dificultades en el día a día, la gente comienza a hartarse, y a valorar cada vez menos la que consideran ineficaz labor de los políticos, que más que afanarse en hallar soluciones, sólo piensan en mantener la crispación y las confrontaciones, pretendiendo quienes están ahora en la oposición, desacreditar al Gobierno actual para pasar ellos a formar el suyo.
Y así siempre.
Pero el poder, dicen que corrompe y eso lo vemos casi a diario. Basta que algunos de esos políticos sin escrúpulos se sientan poderosos y con derecho a ser retribuidos a cambio de algunos favores, para que comience el baile de regalos, trajes, maletines bajo cuerda y otras oscuras prácticas de sobornos y corruptelas que no hacen más que pervertir a la persona pública -de cualquier ideología política-, que no ha de olvidar nunca, que tiene poder porque el elector se lo ha dado, y está en ese cargo como consecuencia de ese depósito de confianza del ciudadano que le da el voto; pero para trabajar por el bien de la comunidad, y no para el enriquecimiento de su bolsillo propio.
La ideología que profesan esos políticos “profesionales” que pretenden vivir de la política, no es verdadera ni sentida: es falsa, sólo les interesa su permanencia en el cargo que ocupan, al margen de la bandera que levanten. Y con esta crisis y tantas dificultades en el día a día, la gente comienza a hartarse, y a valorar cada vez menos la que consideran ineficaz labor de los políticos, que más que afanarse en hallar soluciones, sólo piensan en mantener la crispación y las confrontaciones, pretendiendo quienes están ahora en la oposición, desacreditar al Gobierno actual para pasar ellos a formar el suyo.
Y así siempre.
Pero el poder, dicen que corrompe y eso lo vemos casi a diario. Basta que algunos de esos políticos sin escrúpulos se sientan poderosos y con derecho a ser retribuidos a cambio de algunos favores, para que comience el baile de regalos, trajes, maletines bajo cuerda y otras oscuras prácticas de sobornos y corruptelas que no hacen más que pervertir a la persona pública -de cualquier ideología política-, que no ha de olvidar nunca, que tiene poder porque el elector se lo ha dado, y está en ese cargo como consecuencia de ese depósito de confianza del ciudadano que le da el voto; pero para trabajar por el bien de la comunidad, y no para el enriquecimiento de su bolsillo propio.
A veces, el ciudadano, en los comportamientos de algunos políticos, percibe que eso es así, que ha sido defraudado por la persona pública que sólo y exclusivamente debería de ocuparse de los asuntos que interesan al buen gobierno del Estado y no del abultamiento de su cuenta corriente, como estamos viendo en estos últimos días, en una trama descubierta, en la que están inculpados algunos políticos del Partido Popular, y hace muchos años, con las comisiones del AVE, Filesa etc. Ocurría lo mismo en el Ayuntamiento de Marbella con el “GIL”, y más recientemente, ayer mismo, en el Ayuntamiento almeriense de El Ejido, donde el alcalde y muchos miembros de la Corporación municipal, han sido detenidos por un presunto delito relacionado con el dinero, facturas falsas de trabajos no realizados, subcontratas con facturas "engordadas" con sumas superiores a las reales… siempre el dinero, siempre la corrupción, siempre los tramposos.
Está claro que algunas personas sólo se mueven por su interés particular, y piensan que para eso están ahí en sus cargos; pero craso error, amigo, pues a esos, hay que decirles que la honradez y el orgullo de vivir la política sin mácula y con la cara levantada, valen más que el sucio ejercicio de la política del “pelotazo” de poner el “cazo” para ver lo que cae, sin pararse a pensar que de la forma fraudulenta que “cae” la prebenda, defrauda al ciudadano que con la confianza que en él ha depositado, lo ha encumbrado al lugar que ocupa, pero que en las próximas elecciones, si la Justicia no lo hace, ese mismo ciudadano, con su arma infalible y poderosa en forma de humilde voto, lo bajará del pedestal donde se ha endiosado y apoltronado, enviándolo al lugar que le corresponde, que por supuesto, no es el de ocupar ningún cargo en las labores de la cada vez más denostada y desacreditada política que hacen algunos que van de “listillos” por la vida, y que afortunadamente, uno a uno, están cayendo en las manos de la Justicia.
No hay comentarios:
Publicar un comentario