EL TIEMPO EN ESTEPA

EL TIEMPO: PREVISIÓN METEOROLÓGICA PARA ESTEPA

miércoles, 28 de octubre de 2009

EL VIEJO GUADALQUIVIR...,
Y CÓRDOBA
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Allá, en las entrañas de la Madre, en pleno corazón de la provincia del Santo Reino, allí comenzó la vida del viejo río de Andalucía.
La Jaén del olivar inmenso, tuvo la dicha, cual la más agraciada y feliz de las mocitas, de engendrar en su interior, y parir luego al más grande de los hijos que la madre Andalucía tuviera: su río. Y el feliz parto llegó, allá por los años en que la memoria del tiempo se pierde, y a intrépidos borbotones, nació orgulloso y feliz.
Y es en Cazorla, donde el bosque de los bosques, lleno de belleza, ve con asombro cómo el recién nacido, su hijo, comienza el torpe y titubeante andar de sus primeros pasos.
Y sigue su cauce lento, y así, va despacito, se va impregnando del verde del pino, del campo y el olivo que Jaén le aporta, tomando después más adelante el blanco de la espuma del mar, la cal de los pueblos andaluces, y la sal de Cádiz, para ofrecérselo luego a su madre Andalucía, que tomando ambos colores; el verde y el blanco, los abrazará como atributos que adornen y formen su bandera.
Pero ahora, el río, en su caminar pausado por entre los campos, se va adentrando en las tierras del antiguo Califato de Córdoba. Y ahí se quiere quedar para siempre, en esa vieja, culta y tolerante ciudad, crisol donde un día se fundieron religiones y culturas que nos legaron hombres sabios, filósofos y médicos, poetas y pintores.
Pero no es posible; sus aguas no pueden pararse; el curso del río, igual que la vida, ha de continuar.
Puente romano, y al fondo la Mezquita Catedral

Y aún así, rezagado y zigzagueante, traza meandros, se agarra a sus orillas para no seguir avanzando, aferrándose a los viejos pilares de piedra del puente romano, donde el viento, al pasar por sus arcos le susurra al oído, muy bajito, los rumores que se oyen de cuadrigas y legiones que trajinando sobre él, lo atraviesan constantemente para acometer las campañas guerreras que por aquí mantuvieron César y Pompeyo.
Más tarde, siglos después, ese mismo puente recuerda los murmullos que se oían cuando unas veces, con todo el boato oriental, el Califa y su séquito lo cruzaban en tiempos de paz. Así mismo, en otras ocasiones por él atravesaban las huestes guerreras de los príncipes árabes entrando y saliendo de la bella ciudad, para defenderla batallando contras las tropas cristianas que se afanaron siempre en recuperarla del dominio y señorío de los Omeyas.
¡Cuán bella historia, tiene esta ciudad de los Califas
!

Interior de la Mezquita

Por ello, no quiere el río dejar atrás a Córdoba, y remolonea en los tranquilos meandros y remansos del lecho, porque quiere disfrutar del merecido descanso que le brinda este oasis de paz en el camino: La Mezquita árabe de ayer, con su grandioso bosque de columnas que cual palmeras, asemejan un gran oasis espiritual; hoy Catedral de la cristiandad.
Aquí, convivieron fundidas en este suelo devociones y sabidurías, y fue en Andalucía, donde la tolerancia hizo posible esa coexistencia entre razas, culturas y religiones.
Por esa razón, y por esa grandeza, fue también aquí donde la oración a Dios se elevaba igual y a un mismo tiempo, desde la mezquita, la iglesia o la sinagoga. Y eso, dignifica a ésta, nuestra tierra de la vieja Al-Andalus y a los hombres que la habitaron y en ella pusieron sus pies, desde los más remotos tiempos de la Historia.

jueves, 22 de octubre de 2009

LOS POLÍTICOS, Y LA POLÍTICA DEL “CAZO” Y EL “PELOTAZO”


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La definición de “político” debería ser una palabra que fuera sinónimo de persona adornada por la nobleza, la honradez y la recta conducta. Persona que ha sido elegida y puesta en ese lugar privilegiado para trabajar para y por el bien del ciudadano; para hacer leyes justas y eficaces, devanarse la sesera con el fin de que la economía vaya mejor y el desempleo disminuya, para la buena marcha del país, la preservación de los derechos fundamentales y un sinfín de cosas más, todas ellas nobles y buenas; pero sobre todo, que dé todos sus esfuerzos trabajando por aquellos que le han puesto en el lugar donde están; en los sillones de ciertas alcaldías que no merecen, o en los Parlamentos, donde algunos de sus escaños no son merecedores de soportar el peso de sus culos comodones.
La ideología que profesan esos políticos “profesionales” que pretenden vivir de la política, no es verdadera ni sentida: es falsa, sólo les interesa su permanencia en el cargo que ocupan, al margen de la bandera que levanten. Y con esta crisis y tantas dificultades en el día a día, la gente comienza a hartarse, y a valorar cada vez menos la que consideran ineficaz labor de los políticos, que más que afanarse en hallar soluciones, sólo piensan en mantener la crispación y las confrontaciones, pretendiendo quienes están ahora en la oposición, desacreditar al Gobierno actual para pasar ellos a formar el suyo.
Y así siempre.
Pero el poder, dicen que corrompe y eso lo vemos casi a diario. Basta que algunos de esos políticos sin escrúpulos se sientan poderosos y con derecho a ser retribuidos a cambio de algunos favores, para que comience el baile de regalos, trajes, maletines bajo cuerda y otras oscuras prácticas de sobornos y corruptelas que no hacen más que pervertir a la persona pública -de cualquier ideología política-, que no ha de olvidar nunca, que tiene poder porque el elector se lo ha dado, y está en ese cargo como consecuencia de ese depósito de confianza del ciudadano que le da el voto; pero para trabajar por el bien de la comunidad, y no para el enriquecimiento de su bolsillo propio.
A veces, el ciudadano, en los comportamientos de algunos políticos, percibe que eso es así, que ha sido defraudado por la persona pública que sólo y exclusivamente debería de ocuparse de los asuntos que interesan al buen gobierno del Estado y no del abultamiento de su cuenta corriente, como estamos viendo en estos últimos días, en una trama descubierta, en la que están inculpados algunos políticos del Partido Popular, y hace muchos años, con las comisiones del AVE, Filesa etc. Ocurría lo mismo en el Ayuntamiento de Marbella con el “GIL”, y más recientemente, ayer mismo, en el Ayuntamiento almeriense de El Ejido, donde el alcalde y muchos miembros de la Corporación municipal, han sido detenidos por un presunto delito relacionado con el dinero, facturas falsas de trabajos no realizados, subcontratas con facturas "engordadas" con sumas superiores a las reales… siempre el dinero, siempre la corrupción, siempre los tramposos.
Está claro que algunas personas sólo se mueven por su interés particular, y piensan que para eso están ahí en sus cargos; pero craso error, amigo, pues a esos, hay que decirles que la honradez y el orgullo de vivir la política sin mácula y con la cara levantada, valen más que el sucio ejercicio de la política del “pelotazo” de poner el “cazo” para ver lo que cae, sin pararse a pensar que de la forma fraudulenta que “cae” la prebenda, defrauda al ciudadano que con la confianza que en él ha depositado, lo ha encumbrado al lugar que ocupa, pero que en las próximas elecciones, si la Justicia no lo hace, ese mismo ciudadano, con su arma infalible y poderosa en forma de humilde voto, lo bajará del pedestal donde se ha endiosado y apoltronado, enviándolo al lugar que le corresponde, que por supuesto, no es el de ocupar ningún cargo en las labores de la cada vez más denostada y desacreditada política que hacen algunos que van de “listillos” por la vida, y que afortunadamente, uno a uno, están cayendo en las manos de la Justicia.

martes, 20 de octubre de 2009

Un sueño tenebroso
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( Relato)


Me presento a vuesas mercedes:
Me llamo Rodrigo y vivo en las afueras de una pequeña y vieja aldea al norte de Castilla, en el camino que se dirige a Santiago, por el que acuden peregrinos venidos de toda Europa a visitar la tumba del Apóstol. Relato a vuesas mercedes este hecho ocurrido en el presente año del Señor de 1522, cuando gobierna en el reino de España y los territorios de las Indias, nuestro rey y señor don Carlos I.
Treinta años antes, en 1.492, terminamos de guerrear contra los moros de Al-Andalus recorriendo sus tierras luchando bajo el pendón de los Reyes Católicos don Fernando y doña Isabel, abuelos del Emperador don Carlos. Terminadas ya las luchas de reconquista de los territorios del reino de Granada que hasta entonces aún estaban ocupados, sus majestades nos dieron las prebendas necesarias y las licencias para volver a descansar en nuestras tierras e instalarnos en ellas en la paz, después de tantas guerras por las tierras de España.
Hice mi casa como he dicho, en las afueras de una pequeña aldea, y aquí vivo desde entonces, dedicado al cultivo de las tierras y a la crianza de mis animales, que es lo que me da las rentas que necesito para llevar adelante a mi familia.
Después de un día muy duro de trabajo, caí rendido por el cansancio. Mi mujer se acostó en otro aposento para que yo pudiera dormir mejor. Nada más echarme en la cama, quedé dormido como un niño. Comenzaron en mi mente a formarse sueños extraños, personajes misteriosos y quimeras difíciles de explicar.
De pronto, empezó un enorme murmullo de voces recias y viriles que se oían a los pies de mi cama, y en ese momento, se apareció en mis sueños un caballero muy alto que iba protegido con mallas y armadura de hierro. Tenía el hombre una barba gris muy poblada, y en el pecho de la armadura había una gran cruz de color rojo. En la mano diestra empuñaba una temible espada de las usadas en las grandes contiendas; la izquierda asía un escudo protector con una cruz pintada también en el centro, y la cabeza estaba cubierta y protegida por un yelmo de guerra. El caballero permanecía inmóvil y en silencio hasta ahora, ajeno a los murmullos que se oían, pero su penetrante mirada me atravesaba el cuerpo y el alma; parecía como si me conociera. Sus profundos ojos, tras la visera de la celada, no dejaban de brillar en la oscuridad de mi humilde aposento, y mirábanme fijamente.
Yo quedé paralizado por el terror y no me era permitido poder hablar, pero sacando fuerzas de donde no las había, pude vencer un poco mi miedo y estaba dispuesto a preguntarle quien era, cuando repentinamente, el caballero, excitado y muy enfurecido, me dijo:-¿Qué haces tú durmiendo en lugar sagrado? ¡Levanta bellaco, y ven conmigo a defender los caminos de la fe y los santos lugares de Tierra Santa! No supe qué decir, sólo temblaba de miedo. ¿Era un sueño? Parecía tan real que yo sabía que soñaba, pero no podía despertar de la pesadilla. Armándome de valor, me incorporé en el camastro y sentado, planté cara al intruso que se había metido en mi cuarto, y le pregunté:-¿Quién sois vos, caballero, que tan enfurecido me habláis, y qué daño os he hecho? El guerrero hizo un gesto contrariado por mi osadía de preguntar su nombre, e izó al aire la enorme espada, cuando exclamé:-¡Teneos caballero, por Cristo vivo! El hombre retrocedió volviendo a dejar el arma con la punta apoyada sobre el suelo, y las manos aferradas a la empuñadura.-¡Sacrílego endemoniado, profanador! ¿Cómo osáis preguntarme a mí, que estoy dando mi vida por defender la fe de Cristo y los caminos de Jerusalén, mientras que vos dormís en lugar que no debierais? –Y continuó diciendo-:-¡Bernardo es mi nombre, y soy caballero de la orden del Temple! ¡Venid conmigo a luchar contra el infiel, o por Cristo juro que aquí habéis de morir y rendir vuestra ánima al Creador y Hacedor del mundo!
El alto caballero de mis sueños pareció esperar una respuesta; y yo se la di. -No sé qué pretendéis honorable caballero, -exclamé- ni cual es el destino de vuestra alma, pero os digo que no he de moverme del lugar dónde estoy, que es mi hogar y el de mi familia; ni seguiros a parte alguna, a vos, que no sois un hombre, sino un espectro aparecido en mis sueños.-Y a fe mía que si fuerais real, -proseguí diciendo- bien mediría la dureza de mi espada con el acero de la vuestra; ¡pero vive Dios, que no sé por qué os hablo, si no sois más que un sueño!Los enormes ojos del Templario brillaban en exceso pareciendo enrojecer de ira y querer salir de sus órbitas, cuando sin esperar el envite, con la rapidez del rayo sus manos se alzaron empuñando con brío la espada, dando una gran estocada que iba destinada a abrir mi cabeza en dos partes, si antes yo no me quitara de su mortal camino. Como bien pude, en el último instante esquivé el golpe fatal del espadazo, pero con la mala suerte que el caballero de mi sueño, experto guerreo en demasía, logró hacer brotar la sangre en mi brazo izquierdo, meced a la grande cuchillada que me asestó en él. La espada tras abrir mis carnes, golpeó en el camastro y destrozó el jergón, las ropas y mantas que servían para cubrirme, haciendo un enorme corte alargado en mi lecho.Horrorizado por lo que acababa de suceder, di un gran salto en ese momento, saliendo de la cama para defenderme, y grité tan fuerte como pude pidiendo ayuda. El caballero del Temple se esfumó entonces, a pesar de estar la puerta cerrada, y desapareció tan velozmente, que no dio tiempo a nada más. Busqué luz que me alumbrase, y candil en mano, tras hurgar por toda la casa no hallé a ningún caballero. Mi esposa vino entonces en mi ayuda al oír los gritos y nada vio en la casa; todo estaba en paz con grande calma y quietud.El mucho dolor que comencé a sentir en mi brazo, hizo que me quejara. Mi mujer lanzó un grito desgarrador al ver la gran brecha abierta y sangrante que había en el brazo izquierdo. Corrí a la cama y vi también el desgarro en las ropas y mantas ensangrentadas que había sobre ella. No supe qué decir: me fue imposible explicar a mi mujer nada de lo ocurrido; tan sólo pude expresar que fue un sueño la causa de toda aquella sangre que manchó mi cama y se me derramaba por la enorme raja hecha en mis carnes.Cuando pasaron unos días y hube recuperado el aliento y las fuerzas que casi me abandonaron hasta el extremo de estar a punto de entregar mi ánima a Dios, fui a un monasterio franciscano que hay cercano al pueblo, y expliqué lo ocurrido al abate del mismo, así como la conversación mantenida con el extraño monje guerrero, y las cosas que aquél me dijo.
Tras varias indagaciones en viejos tomos y legajos, y gracias a los estudios de los monjes, éstos determinaron con absoluta certeza que la causa de todo aquél extraño suceso, parecía estar en que yo -a juicio del monje aparecido-, profané el sagrado solar, habitando en una casa que había edificado con mis propias manos, sobre las viejas ruinas de un monasterio o iglesia Templaria derruida hacía trescientos años, donde entre sus muros, también había un viejo hospital que daba cobijo, prestaba auxilio y reponía la salud de los peregrinos que por ella pasaban, y que estaba custodiada por monjes guerreros de la Orden del Temple.


Uno de aquellos caballeros Templarios que murió valientemente espada en mano, en la brava defensa del hospital y la iglesia, se llamaba Bernardo Díaz.

lunes, 12 de octubre de 2009

12 DE OCTUBRE DE 1492: HOY, 523 AÑOS DESPUÉS

12 DE OCTUBRE DE 1492
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HOY, 523 AÑOS DESPUÉS
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Cristóbal Colón explica su teoría a otros marineros y a los frailes franciscos del Monasterio de la Rábida, así como el proyecto de navegar hacia el oeste para llegar a las Indias
Hoy es 12 de octubre, y en España es fiesta nacional.

También en muchos países de América latina y en los Estados Unidos, se celebra o festeja esta fecha para conmemorar este día, de 1492, en que el hombre europeo pisó -se cree que por primera vez-, las tierras del continente americano después de un incierto, accidentado y muy peligroso viaje surcando con tres sencillas carabelas las aguas del océano Atlántico.

Tres frágiles carabelas para acometer tan gigastesca misión exploradora


Quien esto escribe, siente verdadero y fraterno afecto por la gente de los pueblos de la América latina, y un día como el de hoy, especialmente, el deseo le inclina, le incita o le mueve a felicitar con todo el cariño a esa gente sencilla y a las de toda condición, en la fecha de hoy en que hace 523 años que Cristóbal Colón y un puñado más de hombres arriesgados, aventureros y valientes, hollaron con su pie las tierras del que llamaron entonces “El Nuevo Mundo”.
Pero uno no sabe qué hacer. Sí, sinceramente, no sabe si felicitar o no a los hermanos de los países americanos; si hace bien o no con darles tales enhorabuenas, porque mucho, o algo he leído sobre los movimientos, opiniones y colectivos que existen contrarios a la celebración del histórico evento descubridor, por el que algunos consideran que no hay nada por lo que felicitarse o felicitar.
He leído muchas cosas y algunas muy malas contra los españoles y la hazañosa empresa que aquéllos hombres llevaron a cabo al ir a explorar nuevas y lejanas tierras, con el resultado que todos conocemos, y que dio lugar al mal llamado “descubrimiento de América”. Y digo mal llamado, porque América y sus hombres y mujeres ya estaban allí cuando los europeos llegaron hasta ella. Pero para aquéllos hombres arriesgados debió suponer un verdadero descubrimiento saber que tras el horizonte lejano e interminable de las desconocidas aguas, había otro continente, otras tierras, animales, vegetación y hombres distintos a los conocidos hasta entonces.

El hito histórico para la Humanidad que supuso el paso dado por aquellos valientes, es hoy celebrado por el mundo civilizado, a pesar de las voces que contra él se levantan no sé si movidas por un patriotismo exacerbado, por intereses económicos, por odios a eso que llaman “imperialismo”, o por otras oscuras razones que hacen a los hombres criticar tan magnífica empresa que revolucionó la sociedad mundial desde el siglo XV en adelante.
A nadie se le escapa, si ha leído algo sobre la gran gesta descubridora, evangelizadora o como se le quiera llamar, que los españoles llevaron a cabo a partir de un día como el de hoy, que en toda empresa de tamaña envergadura, debe haber por fuerza, algunos hombres no tan honestos ni de buenas intenciones; gente que iba allí buscando intereses económicos, personales o de cualquier otra índole; desalmados que en poco estimaron ni respetaron a los nativos de aquellas tierras; Adelantados corruptos; virreyes orgullosos que ejercieron con tiranía sus cargos y se enriquecieron; soldados sin escrúpulos; gente de mala vida que huía de la justicia… etc. etc. 

Dondequiera que haya hombres, los habrá siempre de buena y mala condición: y eso debió ocurrir allí en esos años que siguieron a la fecha que hoy celebramos.
Pero el balance final, el cómputo general de obras que se hicieron, para mi criterio fue más positivo que negativo; se debieron hacer más cosas buenas, que malas.
Hay que comprender y entender la sociedad de aquéllos años y los valores que preconizaba. Hay que apreciar o analizar desde la óptica actual la evangelización que la iglesia y las órdenes religiosas y sus hombres llevaron hasta allí; la lengua, la cultura que enseñaron a los habitantes de aquéllas tierras -no mejor, ni peor que la que ellos tenían desde miles de años atrás, sin desdeñarla, pero distinta-.
Muchas cosas buenas se hicieron en aquellas tierras, y por desgracia, también fueron muchas las malas acciones llevadas a cabo por parte de hombres sin escrúpulos y con mala fe.
Por eso, en fecha como esta, uno no sabe si hace bien felicitando a los hermanos de lengua que tenemos en las lejanas tierras del Nuevo Mundo. O por el contrario, hace mal según la opinión de quienes ven en el Descubrimiento de América, un hecho genocida, de salvaje atropello a una cultura, a una religión, a unas gentes y a unos pueblos…
Lo bueno que se hizo –se quiera o no-, pasó a los anales de la Historia y pesará siempre más, sobre lo negativo, muy a pesar de quienes opinan lo contrario.
Por eso, sin ánimo de controversia y sin deseos de molestar a quienes piensan de distinta manera, no sólo en este día, sino en todos los demás del año, me limitaré únicamente a desear paz a los pueblos hermanos, y mucha prosperidad a sus hombres y mujeres.


Todo el bien deseable para los hombres y mujeres de la América latina: "La Tierra sin mal".


viernes, 9 de octubre de 2009


“Polémica tras la concesión del Premio Nobel de la Paz al Presidente de los Estados Unidos de América,
Barack Obama”
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Así ve Forges el Nobel de la Paz concedido a Obama.

(Del Diario El País.com)

Ha sido hoy, esta mañana en Oslo, sobre las 11:00 horas, cuando el portavoz del Instituto Nobel de Noruega que concede cada año los Premios en sus distintas categorías, ha anunciado públicamente la elección de Barack Obama como ganador del Nobel de la Paz, prestigioso galardón que instituyera Alfred Nobel.
Y con tal anuncio, vino la polémica. Todo nos parece mal, o tendemos a “sacar punta al lápiz” o a “rizar el rizo”.
Que si es muy joven. Que sólo lleva nueve meses ejerciendo la presidencia de los Estados Unidos. Que ¿qué ha hecho para merecer tal distinción?… y un montón más de comentarios sobre el tema; tantos como periodistas hay, y blogueros que escribimos en nuestros espacios. La opinión es libre.
Es posible que se haya concedido el premio a un candidato por el que nadie apostaba, pero así son las cosas, y esas, son las sorpresas que nos dan la actualidad social y política cada día. Si siempre ocurriera lo que se espera, lo que está previsto, aquello por lo que se apuesta, el mundo estaría sumido en la monotonía y el aburrimiento.
Lo que sí está claro, es que se ha concedido el premio, y a mi juicio, está bien otorgado. Quizás sea muy joven el premiado, -¿cuando fue elegido Presidente no era joven?- pero desde el mismo momento de ocupar la Presidencia del país más poderoso del Mundo, no se le puede negar al señor Obama su empeño por mejorar la política de acercamiento y mano tendida hacia los países árabes y orientales; eso jamás lo hizo Bush en los ocho nefastos años en los que ejerció el poder.
También es un hecho, su expresado empeño en cerrar la prisión de Guantánamo, y hacer más “humanizada” la estancia de los presos que allí están privados de libertad; el anterior Presidente, jamás soñó con hacer algo parecido, sino más bien lo contrario.
Así mismo, ha sido muy bien acogida por todo el mundo su decisión de ir retirando progresivamente las tropas que hay en Irak, y eso, es querer, pretender que haya Paz, y arreglar siquiera un poquito los conflictos que hay en el mundo actual, muchos o algunos de ellos, provocados por su antecesor, el Sr. Bush, que sí merecía el premio de “el más guerrero”.

En Barack Obama, quienes desde el Instituto Nobel de Noruega le conceden el prestigioso premio de la Paz, han valorado sus esfuerzos por lograr una diplomacia internacional multilateral y la colaboración entre los pueblos; por su empeño en estimular el desarme nuclear pretendiendo un Mundo sin armas atómicas.
Ha creado un clima nuevo para la política internacional.
¿Eso, y otras muchas cosas, nos parece poco?
Con tan sólo nueve meses al frente del Gobierno, este hombre ha hecho más cosas por la Paz mundial, que el belicoso Sr. Bush.
Bush llevaba hombres a la guerra -y Obama los trae-, buscó el apoyo militar de otros países gobernados por hombres tan ególatras y “salvadores del Mundo” como él, y los “implicó” en aquella guerra que bien cara nos costó, y que muchos años después, aún da sus coletazos en forma de atentados y enfrentamientos donde han muerto miles de civiles y militares; bombardeó Bagdad y muchas ciudades de Irak sin compasión; buscó bajo tierra armas químicas y de destrucción masiva que no se hallaron; vulneró, pisoteó y se meó en los derechos humanos de quien le dio la gana; propició el ahorcamiento de Sadam Hussein, etc. etc.… y dejó bien sembradas allí las semillas del odio, la guerra civil, la muerte y la destrucción de un país, que tardará muchas décadas en normalizarse, si es que se normaliza y se apagan alguna vez las llamas que él encendió.
Y criticamos o no vemos bien, que este hombre reciba el Premio Nobel de la Paz, porque según algunas voces, ha hecho poco, y lleva escaso tiempo al mando de una Nación, cuando en tan corto espacio, ha hecho muchas y meritorias cosas para acabar –si se lo permiten y dentro de sus posibilidades-, con las guerras que otro emprendió antes de dejar el poder, en ocho años de nefasto gobierno.
Bienvenido sea el Premio Nobel de la Paz para el Presidente de los Estados Unidos de América, el Sr, Barack Obama.
Estoy bien seguro que esto no lo va a leer, pero a pesar de ello, yo, desde esta humilde ventana que es mi Blog de opinión, le doy la enhorabuena: felicidades, Mr. Obama: se lo está mereciendo usted.
Se lo ha ganado.

jueves, 8 de octubre de 2009

OTRO SALDADO ESPAÑOL
MUERTO
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Ayer, en atentado terrorista llevado a cabo en Afganistán, murió un soldado español de Las Palmas de Gran Canaria, y otros cinco compañeros resultaron heridos.
Hoy es día de duelo en las Fuerzas Armadas españolas. La ministra de Defensa Carme Chacón, viajó hasta el lugar para asistir a las honras fúnebres que se celebraron en la Base militar española, y esta madrugada, llegará a Canarias el avión que transporta los restos mortales del cabo Cristo Ancor Cabello Santana, de veinticuatro años.

Mucho se está hablando y escribiendo en estos días en los medios de comunicación, sobre este atentado. Ya son más de ochenta, los españoles que han perdido la vida en diversos lugares del Mundo, donde han sido llevados para cumplir misiones de ¿Paz? ¿Reconstrucción? ¿Asesoramiento militar? ¿Ayuda humanitaria?
Mucho se habla también sobre la necesidad o no de que nuestros soldados estén expuestos a grandes peligros, atentados y entradas en combate en estos lugares tan peligrosos.
¿Es necesario que estemos ahí? Estas misiones militares, llamémoslas como las llamemos “maquillando su nombre”, ningún carácter tienen de ONG’s o de cooperantes pacíficas. Nuestros militares y todos los de los demás países, van armados y bien armados, alertas y dispuestos a repeler agresiones y a entrar en combate si es preciso; y por tanto, a matar al enemigo que les ataque y a eso, se le ha llamado siempre: GUERRA.
Y ¿por qué tiene que estar metido nuestro país en ninguna confrontación bélica de otros países?
Igual que España retiró sus tropas de Irak -cuando entró Zapatero en el Gobierno-, así había que retirar ahora a nuestros soldados de esas zonas beligerantes, donde el peligro es mucho para nuestros soldados, y acecha tras cada curva de la carretera, o en cualquier calle, y más aún cuando se dice que no están suficientemente protegidos ante atentados como este que ha terminado con un muerto y cinco heridos.
Si están allí en supuestas misiones ¿de paz?, no serán éstas de tal naturaleza cuando llevamos ya contabilizados más de ochenta soldados muertos, que se suponía que iban a esas zonas en misiones de ayuda, y muchos de ellos están terminando muertos en acciones de guerra.
Yo me pregunto. ¿Cuando hay confrontación en la casa de unos vecinos nuestros, metemos la nariz y entramos en ella a poner orden y paz en sus asuntos?
Entonces, ¿por qué entramos en guerra donde no se nos llama, ni nada nos incumbe; en países que no nos quieren allí para arreglar sus conflictos internos, y a cambio, nos agradecen la ayuda que les prestamos matando cobardemente, a traición y con atentados terroristas a nuestros jóvenes soldados? Yo los dejaría resolver sus diferencias -y mirar con indiferencia cómo se matan entre sí-; aunque tal opinión resulte ilógica o poco aceptable para algunas personas que opinen lo contrario; pero es como pienso, y así lo expreso, pues nadie me puede negar la libertad de hacerlo; porque ni una sola gota de la sangre de un joven soldado español -ni de ninguna otra nación-, vale la pena que se derrame en auxilio de esos desalmados canallas que matan a quienes quieren ayudarles en la pacificación de su país para ir saliendo adelante.
Ni los perros, se revuelven con tanto odio, ni muerden con rencor la mano de quienes les ayudan o les dan de comer.
¿Quienes deciden que vayan nuestros soldados a esas guerras? ¿La ONU? ¿Los políticos? desde sus seguros despachos, ellos no corren peligro; mueren siempre los soldados que dan su vida con honor, como tales valientes.
Por lo tanto... ? qué hacemos allí, señores?
No seamos tontos.

lunes, 5 de octubre de 2009

A LA MEMORIA DE MI MADRE


A LA MEMORIA DE MI MADRE 
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Gracias, madre, por tus horas,
tus días, tus noches en duras jornadas
de crianza de tus cuatro hijos;
por tu dedicación,
por tu fortaleza en la vida,
porque desde pequeña,
has sido una gran luchadora
en este mundo
de durezas y dificultades.

Con pocos años aún,
te arrebataron el padre,
quitándole lo más preciado:
la vida,
asesinándolo
por pensar distinto
y defender la Libertad
y la Democracia;
¡sí!,
lo hicieron unos canallas sin piedad.

Te dejaron huérfana
no sólo a ti, sino a cinco más
de tus hermanos.

Y a tu madre, la convirtieron
en una mujer viuda y endurecida,
amargada, enloquecida
por el dolor.

A todos os hicieron la vida muy difícil,
muy dura… muy amarga.

Y cada uno de vosotros trabajó
donde, y como pudo,
para poder comer y subsistir
en unos años tan difíciles
como fueron aquellos de la guerra,
y los que siguieron después.

Desde el día uno de octubre,
ya descansas de los sufrimientos,
de la enfermedad.

No sé muy bien dónde,
pero ya descansas;
en la paz de Dios,
del Cosmos infinito
donde moran las almas…
o donde sea:
pero ya descansas, madre.

Gracias, y desde estas letras,
te mando un beso:
Uno más.

Ya ves que es muy poco
lo que te doy,
si lo comparas con
lo que de ti, he recibido.

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