LA ROMERÍA DE SAN JOSÉ OBRERO,
EN ESTEPA

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Estepa es una pequeña ciudad de muchas tradiciones y actos religiosos y seculares de gran raigambre, donde cada festividad se celebra con enorme interés y participación de los vecinos.
La fiesta que está a punto de llegar es la del 1 de mayo, día internacional del trabajo. En otros lugares, esta es una conmemoración cívica y sindical que internacionalmente se celebra con carácter reivindicativo para de algún modo, reclamar o exigir mediante manifestaciones y otros actos, los derechos y las mejoras laborales que le corresponden al colectivo obrero.
En nuestra ciudad, esa fecha del primero de mayo, tan señalada para el mundo trabajador, es celebrada desde los años setenta con una Romería en honor, -eso sí, de San José Obrero-, como corresponde al día del trabajo.
Desde siempre, que yo recuerde, con la llegada del buen tiempo, en Estepa ha habido mucha afición por lo que antes los jóvenes llamaban “ir de gira”, que no era sino ir a “echar el día” en plan familiar con hermanos, amigos, hijos etc., o en grupos de amigos y amigas, con cuya experiencia campestre, se hicieron muchas parejas de novios. ¡Qué tiempos, y qué forma de hablar de las costumbres, que hoy nos parecerían tan arcaicas!

Hace bastantes años, no había tantas diversiones, y ello propiciaba más esas llamadas “giras” que como antes he dicho, favorecían los actos de convivencia y relaciones amistosas en los que se acostumbraba a ir de merienda o comida al campo, a parajes tan hermosos como los del Tajo Montero, en la sierra, el bellísimo lugar del manantial de Roya, los pinares del “Portichuelo” en la carretera de Gilena, los Tajillos de Roya, la Fuente de Santiago, los Canterones, la aldea de la Salada, o cualquiera otros lugares de los muchos que tenemos en los contornos más cercanos, ya sean de sierras, como de campo. Se hacía un “Salmorejo”, y mientras se elaboraba majando pacientemente en el “dornillo” el pan, el tomate y otros ingredientes, se bebía el vino levantando y apretando la bota, se comía los clásicos filetes empanados y otras viandas y tapitas que se llevaban de casa, o in situ, se asaban algunos chorizos o sardinas.
¡Qué pechá de comer y beber, y de ligar, los jóvenes!
El sábado día 1 de mayo, la Hermandad de Nuestra Señora de las Angustias, San José Obrero y San Pío X, celebrará un año más –si el tiempo no lo impide-, la Romería de San José Obrero a la pequeña ermita levantada hace años en el magnífico enclave natural del Manantial de Roya.

Ermita de Santa Ana

Los actos comenzarán a las nueve de la mañana en las puertas de la ermita de Santa Ana, con la celebración de una misa oficiada por el párroco de San Sebastián, don Ginés González de la Bandera Romero, y será una misa cantada por el coro estepeño “Devotos de la Virgen del Rocío”.
En el transcurso de esta celebración religiosa, será bendecida la nueva imagen de San José Obrero, tallada en madera.
Al término de la Eucaristía y la bendición de la imagen, sobre las diez de la mañana, desde la Ermita sede de la Hermandad, se inicia la salida de la comitiva romera, que irá acompañada por diversos grupos de romeros estepeños, carrozas y caballistas.
A lo largo de todo el trayecto desde el Barrio de la Coracha hasta Roya, no cesarán los cohetes que anuncian el camino de la comitiva, como tampoco se dejarán de ofrecer copas del buenísimo y estepeño anís “Bravío” dulce o “coloraillo”, y pestiños y roscos caseros, que degustan los vecinos de Estepa que se asoman a las calles para ver pasar las carretas en todo el recorrido.
Dos viejos bueyes tiran de la pequeña carroza bellamente engalanada con guirnaldas y ramos de flores, portando en su interior la imagen de San José, que entre cohetes y alegrías, va avanzando lentamente por las calles, mientras detrás el coro rociero estepeño y otros muchos grupos de jóvenes, no dejan de cantar sevillanas alegrando la comitiva con sus tamboriles, guitarras, palillos y palmas.

Las carrozas que se engalanan de forma tan bonita y andaluza, portan a grupos de amigos y peñas, y participan en un concurso donde habrá un primero, segundo y tercer premio a las mejor adornadas, y el resto de las participantes, serán obsequiadas con una paletilla de jamón.
A la llegada a la ermita del Manantial de Roya, la campanilla no cesa de tocar en la espadaña anunciando que ya están allí los romeros, la Hermandad ofrece a todos aquellos que quieran degustarlas, unas copas de vino español para ir comenzando la fiesta, como tiene que ser.
A esta celebración quedan invitados todos los estepeños, que tras la llegada al lugar, cada familia o grupo de amigos, se va dispersando buscando bajo los pinos el recodo idóneo con la sombrita más adecuada donde instalar el campamento, el sombrajo, la cocina y los peroles, para pasar un tranquilo día de divertimento y convivencia… como debe ser.

Lo que antes decía que se le llamaba “ir de gira” a la sierra.

Por la tarde, llega la hora de la recogida, y sobre las cinco o las seis, de nuevo el cohetazo de regreso alerta a los romeros anunciándoles la hora de volver a tomar el camino de retorno hasta la ermita, a cuyas puertas, serán entregados los premios a las carrozas ganadoras del concurso de embellecimiento.
Así habrá terminado el día, y si todo ha ido bien sin incidentes ni accidentes, habrá sido una jornada agradable para recordarla, y esperar que llegue la del año siguiente.

¡Feliz Romería a todos!