LEYENDA SOBRE
" LA PEÑA DE LOS ENAMORADOS "
* * *
" LA PEÑA DE LOS ENAMORADOS "
* * *
Cuando el viajero ávido de descubrir y admirar rutas, leyendas y paisajes andaluces, se dirige desde Sevilla a Estepa, Málaga y Granada, en la ciudad de Antequera el camino se bifurca, y si toma a la derecha hacia el Sur, tras dejar atrás esta última ciudad y subir la cuesta de Las Pedrizas, se adentra el caminante en las escarpadas sierras y montes para ir bajando paulatinamente hasta llegar a la hermosa ciudad de Málaga, plácidamente recostada al amparo de su Alcazaba, a orillas del viejo Mare Nostrum. Pero si en ese cruce de caminos el viajero decide seguir recto, con dirección al Este hacia Archidona, Loja y Granada, pasará al pie de un enorme farallón de vertiginosa altura, cuyo perfil apreciable desde muy lejos, es el de un rostro de ciclópeo gigante que en actitud durmiente mira al cielo.
La Peña de los Enamorados
Dicha gran roca, se llama: “La Peña de los Enamorados”.
En derredor del romántico peñasco, el aire, cual fiel testigo que fue de la fabulosa historia de hace más de quinientos años, gira llevando una leyenda que se mantiene desde el siglo XV, y que se viene propagando generación tras generación, y de boca en boca.
En derredor del romántico peñasco, el aire, cual fiel testigo que fue de la fabulosa historia de hace más de quinientos años, gira llevando una leyenda que se mantiene desde el siglo XV, y que se viene propagando generación tras generación, y de boca en boca.
Archidona y su castillo |
Dice tal leyenda de La Peña de los Enamorados, que allá por los últimos años del poderío árabe en España, el alcaide moro del castillo de Archidona tenía una hija muy hermosa llamada Tazgona, y que Tello, un joven cristiano, al saber de su belleza quiso conocerla y en viéndola, el amor los atrajo de tal forma, que quedáronse entre sí admirados, y sus corazones perdidamente enamorados uno del otro.
Como el padre de la linda doncella no permitiera ver mancillado su honor por los amores de un cristiano hacia su hija, mandó entonces apresar y encerrar cautivo en las mazmorras del castillo de Archidona, al doncel enamorado, para después darle muerte por pretender el cristiano tal relación al profesar tan sacrílego amor a una mahometana.
Tazgona sospecha que se urde alguna mala acción, y al conocer las malévolas intenciones de su padre de querer matar a su joven enamorado, burla entonces la guardia de las mazmorras, libera del cautiverio a Tello, y ambos huyen errantes por campos y montañas. Al saber la evasión del joven y de su hija, el alcaide moro monta en cólera y ordena a las tropas de la guarnición que se apresten para seguirlo en persecución de los enamorados fugitivos; y los hallan subiendo a la gran montaña que se alza al cielo, a mitad de camino entre los castillos de las ciudades de Archidona y Antequera.
Como el padre de la linda doncella no permitiera ver mancillado su honor por los amores de un cristiano hacia su hija, mandó entonces apresar y encerrar cautivo en las mazmorras del castillo de Archidona, al doncel enamorado, para después darle muerte por pretender el cristiano tal relación al profesar tan sacrílego amor a una mahometana.
Tazgona sospecha que se urde alguna mala acción, y al conocer las malévolas intenciones de su padre de querer matar a su joven enamorado, burla entonces la guardia de las mazmorras, libera del cautiverio a Tello, y ambos huyen errantes por campos y montañas. Al saber la evasión del joven y de su hija, el alcaide moro monta en cólera y ordena a las tropas de la guarnición que se apresten para seguirlo en persecución de los enamorados fugitivos; y los hallan subiendo a la gran montaña que se alza al cielo, a mitad de camino entre los castillos de las ciudades de Archidona y Antequera.
Alcazaba de Antequera |
Allá arriba en la cima, sobre las altas rocas y escarpados riscos, los dos jóvenes se sienten acorralados entre un abismo de vértigo y las afiladas armas de los soldados que les persiguen. Y en viéndose apresados sabiendo de su separación sin poder amarse, deciden asirse de la mano, y con un postrer abrazo deseando permanecer unidos los dos en el infinito, dejan caer sus cuerpos al tremendo vacío de un precipicio sin retorno del más allá, para así, con la muerte, hacer inmortal su amor y vencer por toda la eternidad el suplicio de no poder amarse en vida.
En los rumores que lleva el viento al pasar por el lugar, -dicen-, que si se es capaz de liberar la imaginación y abrir de par en par los sentidos del alma, con la suave brisa que corre, pueden oírse los alegres y complacientes susurros y arrullos que los espíritus de los enamorados se hacen al oído en la complicidad de los largos días, y en las mágicas noches cuando la blanca luna alumbra las almas de los dos enamorados, que allí en los alrededores de tan mágico entorno, han quedado atrapadas desde hace más de quinientos años… y así seguirán hasta la eternidad de los tiempos. ___________________________________________________
* * *
EN ESTE LUGAR, AL PIE DE LA PEÑA DE LOS ENAMORADOS, Y JUNTO A LAS ORILLAS DEL RÍO GUADALHORCE, EL REY FERNANDO EL CATÓLICO, MANDÓ CONVOCAR UN CONSEJO DE GUERRA CON SUS EJÉRCITOS CUANDO SE DISPONÍA A TOMAR LA CIUDAD DE LOJA, COMO PASO PREVIO A LA PREPARACIÓN DEL ASEDIO Y ASALTO FINAL QUE LLEVARÍA A LAS TROPAS CRISTIANAS A LA CONQUISTA DE LA CIUDAD DE GRANADA: ÚLTIMO BALUARTE DEL DOMINIO Y SEÑORÍO ÁRABE EN ESPAÑA.
(Eso será publicado en el siguiente capítulo)
(Eso será publicado en el siguiente capítulo)
No hay comentarios:
Publicar un comentario