LIBERADOS LOS DOS COOPERANTES CATALANES DE "ACCIÓ SOLIDARIA"
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Hace treinta y cinco años ya –y parece que fue ayer–, el día seis de noviembre de 1975 el rey de Marruecos, Hassán II, aprovechando la decadencia del régimen franquista y la inminente muerte del dictador, ocurrida catorce días después, el veinte de noviembre, montó aquella algarabía circense y tercermundista llamada la "Marcha Verde". En ella expuso al peligro a una ingente masa humana de súbditos de su reino, sin importarle un pimiento ninguno de ellos –y él se quedó tan tranquilo en su palacio, y ole sus cojones–, ante el riesgo de atravesar la franja de seguridad fronteriza de la que hasta entonces era la provincia española del Sahara, sembrada de minas.
Allí acudieron moros de todo el país magrebí, y ante la avalancha humana astutamente incitada a la ocupación del territorio saharaui, España parece ser que se acojonó, y prudentemente cedió en la defensa de aquella frontera sin haber pegado un solo tiro, antes de cometer una matanza de enardecidos y cegados inocentes, llevados allí como corderos al degüello.
Allí acudieron moros de todo el país magrebí, y ante la avalancha humana astutamente incitada a la ocupación del territorio saharaui, España parece ser que se acojonó, y prudentemente cedió en la defensa de aquella frontera sin haber pegado un solo tiro, antes de cometer una matanza de enardecidos y cegados inocentes, llevados allí como corderos al degüello.
Después de aquella “Marcha Verde” de invasión temeraria –se dijo que iban precedidos por piaras de cabras para que pisaran las minas–, el veintiséis de febrero de 1976, España abandona el territorio llamado Sahara Occidental, del que pretendían apoderarse Mauritania y don Hassan II, y que finalmente se anexiona éste último sin el reconocimiento internacional.
Los habitantes que no cedieron al dominio de Marruecos sobre sus tierras, se hallan desde entonces refugiados y en pésimas condiciones humanitarias, en campamentos establecidos para ellos en el vecino país de Argelia, y otros muchos, agrupados en el llamado Frente Polisario, luchan desde el destierro y la clandestinidad por establecer en su tierra la que ellos llaman República Árabe Saharaui Democrática, con la pretensión de llegar algún día a su autogobierno.
España, aunque hace muchos años que abandonó aquellos territorios, según el Derecho Internacional, jurídicamente tiene aún la soberanía y la administración del Sahara Occidental, aunque desde los Acuerdos de Madrid, no haya ejercido ninguna acción en ese sentido, quizás no queriendo romper con el país vecino acuerdos de amistad e intereses económicos existentes entre ambos países.
España, aunque hace muchos años que abandonó aquellos territorios, según el Derecho Internacional, jurídicamente tiene aún la soberanía y la administración del Sahara Occidental, aunque desde los Acuerdos de Madrid, no haya ejercido ninguna acción en ese sentido, quizás no queriendo romper con el país vecino acuerdos de amistad e intereses económicos existentes entre ambos países.
Pero la gente de a pie, no abandona a esos miles de saharauis que se hallan refugiados, y les mandan caravanas de camiones cargados de alimento, y cada año vienen acogidos a España centenares, quizás miles, de esos niños que pasan en hogares de nuestro país sus vacaciones de dos meses, y son revisados médicamente, alimentados y tratados por gentes anónimas, familias “cooperantes”, humanitarias, de buen corazón, desprendidas y deseosas de aliviar las carencias que esos niños padecen en todos los sentidos; afectivas, alimenticias, hospitalarias, etc. etc.
¿Merecen estos y otros cooperantes anónimos que se ejerzan sobre ellos acciones perversas de maltrato físico, secuestro salvaje y hasta de muerte?
Ni un perro por fiero que sea, muerde la mano que le da el pan. Pero esos iluminados fanáticos, como los que han secuestrado en el desierto del Sahara a los cooperantes catalanes Albert Vilalta y Roque Pascual, parece que en esta ocasión han pagado la ayuda Humanitaria llevada a su pueblo por caravanas de cooperantes catalanes de “Barcelona Acció Sólidaria”, compensándola con “cheques” al portador, de acción terrorista insolidaria y desagradecida, firmados por Al Qaeda; organización terrorista, paramilitar, yihadista, y de resistencia islámica esparcida por todo el mundo, que se dedica a luchar contra Occidente, poner bombas, derribar torres, reventar trenes y matar gentes inocentes, de países que le llevan ayuda humanitaria para socorro de aquellos de los suyos que pasan hambre y sufren.
¿Y lo pagan así?; multiplicando por cuatro en los últimos años sus acciones terroristas contra desarmados cooperantes que con la mejor voluntad, sin perseguir interés ni lucro personal alguno, dedican el tiempo de sus vidas a mejorar las de ellos; y ellos les devuelven tan generosas acciones con secuestros salvajes que como en el caso de los cooperantes catalanes, a los que aunque hayan tratado medianamente bien, les roban casi nueve meses de vida -que ya no recuperarán-, junto a sus esposas e hijos, a cambio de la extorsión y el chantaje a su Gobierno, recaudando para su causa unos millones de euros con los que comprar armas para usar precisamente, en la lucha quizás, contra países de los que reciben ayuda.
Los cooperantes españoles dan muestras de agradecimiento al Gobierno español, por las gestiones que ha llevado a cabo, y que afortunadamente han dado como fruto el final del martirio, la liberación de estos hombres en cuyos corazones no hay lugar para el rencor, sino para el ejercicio de la “Acció Solidaria” y Humanitaria a favor de los que más lo necesitan.
Enhorabuena, señores Albert Vilalta y Roque Pascual por vuestra libertad, que nunca, jamás, deberíais haber perdido por trabajar en pro de tan noble causa; pero a cambio, habéis ganado el reconocimiento y la gratitud de la gente de bien, que se alegra de teneros entre nosotros.
Qué desagradecimiento por la ayuda que reciben, qué pago más terrible y malo, a cambio de todo el bien que otras personas le hacen.
¿Y lo pagan así?; multiplicando por cuatro en los últimos años sus acciones terroristas contra desarmados cooperantes que con la mejor voluntad, sin perseguir interés ni lucro personal alguno, dedican el tiempo de sus vidas a mejorar las de ellos; y ellos les devuelven tan generosas acciones con secuestros salvajes que como en el caso de los cooperantes catalanes, a los que aunque hayan tratado medianamente bien, les roban casi nueve meses de vida -que ya no recuperarán-, junto a sus esposas e hijos, a cambio de la extorsión y el chantaje a su Gobierno, recaudando para su causa unos millones de euros con los que comprar armas para usar precisamente, en la lucha quizás, contra países de los que reciben ayuda.
Los cooperantes españoles dan muestras de agradecimiento al Gobierno español, por las gestiones que ha llevado a cabo, y que afortunadamente han dado como fruto el final del martirio, la liberación de estos hombres en cuyos corazones no hay lugar para el rencor, sino para el ejercicio de la “Acció Solidaria” y Humanitaria a favor de los que más lo necesitan.
Enhorabuena, señores Albert Vilalta y Roque Pascual por vuestra libertad, que nunca, jamás, deberíais haber perdido por trabajar en pro de tan noble causa; pero a cambio, habéis ganado el reconocimiento y la gratitud de la gente de bien, que se alegra de teneros entre nosotros.
Qué desagradecimiento por la ayuda que reciben, qué pago más terrible y malo, a cambio de todo el bien que otras personas le hacen.
En el mundo ocurren cosas…, que yo no comprendo.
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