EL TAÑER DE LAS CAMPANAS
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¿Qué ocurre cerca del cielo?
¡Están los bronces al vuelo!
hoy es día de alegrías;
mañana, de desconsuelos,
hoy, repicarán alegres;
mañana tocarán duelos.
Campanas que vivís altas,
metal que rozáis el cielo,
os oigo sonar pausadas,
no queréis tocar tan lento;
os gusta anunciar la vida
repicando alegres sueños.
Y os negáis a doblar,
si así dais tristeza al viento,
y sin embargo percibo...,
la pena en vuestros lamentos.
Campanas que vivís altas,
bronces que lloráis al viento,
armonizad vuestros sones;
tañed a vida, y no a muerto.
¡Están los bronces al vuelo!
hoy es día de alegrías;
mañana, de desconsuelos,
hoy, repicarán alegres;
mañana tocarán duelos.
Campanas que vivís altas,
metal que rozáis el cielo,
os oigo sonar pausadas,
no queréis tocar tan lento;
os gusta anunciar la vida
repicando alegres sueños.
Y os negáis a doblar,
si así dais tristeza al viento,
y sin embargo percibo...,
la pena en vuestros lamentos.
Campanas que vivís altas,
bronces que lloráis al viento,
armonizad vuestros sones;
tañed a vida, y no a muerto.
Muy evocador, Antonio.
ResponderEliminarQuienes vivis alejados de los desmotivadores ajetreos de las abigarradas ciudades, aun podeis disfrutar del delicioso sonido de las campanas; serviles anunciadoras de cualquier eco social: bodas, bautizos y defunciones. Y tambien -en otro tiempo- de incendios, batidas, peonadas o asambleas.
Yo tengo suerte porque, pese a vivir en una ciudad, mi casa se asoma a un monasterio y, claro, siempre hay toques de campanario para todo. Es delicioso.
No quiero dejar pasar la oportunidad de comentarte que, personalmente, agradezco mucho las fotografias de Estepa con que das la bienvenida a tu blog.
Me parece un lugar idilico.
Eres un buen embajador.
Recibe, como siempre, un cordial saludo y muchas gracias.