EL TIEMPO EN ESTEPA

EL TIEMPO: PREVISIÓN METEOROLÓGICA PARA ESTEPA

martes, 5 de octubre de 2010

CARTA A DON EVO MORALES

DON EVO, EL "ROMPEHUEVOS"


***************************************************************************

CARTA A DON EVO MORALES, PRESIDENTE DE BOLIVIA


Qué poca vergüenza, qué falta de deportividad y qué escasa talla política ha demostrado su "señoría" Evo Morales, con su denigrante y vergonzante acción, indigna de un hombre que ha sido puesto en su cargo de Presidente de Bolivia por los ciudadanos que creyeron ver en él a alguien que les regiría desde la prudencia, la valentía en la defensa de sus derechos, la corrección en sus acciones, la honradez para con el contrario y otra serie de virtudes que se supone deberían adornar a la persona que es elevada al alto rango de la presidencia de cualquier país del mundo, que se tenga por civilizado.
¡Bruto, más que bruto, bestia! Así se ha autocalificado don Evo con su “heroica acción” ejercida en un campo de fútbol contra un jugador contrario, por un roce de los muchos que se producen en un partido jugado por hombres, que al cometer acciones tan innobles, ya dejan de serlo para convertirse en fieros animales agresivos con salvajes instintos.
Que esto lo veamos en los campos de fútbol, es cosa que aunque reprochable, es habitual entre los jugadores; pero por prudencia política y saber estar, nunca debería haberlo hecho un “señor” Presidente de un país.
Señor Evo: si no es capaz de respetar deportivamente a un jugador que tuvo la mala suerte de tropezar con usted, y por ello usted le propina una tremenda patada en la entrepierna, ¿Será capaz de hacerlo con sus oponentes políticos que le darán mayores sinsabores y sobresaltos? ¿Cómo quiere que se le respete a usted, si no respeta las reglas del juego ni a las personas? ¿Y si no está a la altura de respetar el juego deportivo, lo estará en lo democrático sin dar patadas en las pelotas?

Usted no ha entendido la palabra "PODER". Eso es otra cosa, y no agredir a un pobre futbolista aprovechando su estatus de primera autoridad nacional en su país. Ha quedado ested a muy poca altura política y humana, "señor" don Evo "quebrantahuevos".
Pero el colmo del cinismo que supone oponerse o sancionar la repugnante acción que su “Excelencia” ha cometido con un contrario de juego, y el miedo a enfrentarse a usted, lo podemos ver representado en la persona del árbitro del encuentro. El cobarde no se atreve a expulsar al “señor” Presidente, y sí echa del campo al que se retuerce en el suelo con los testículos doloridos por el presidencial rodillazo -o más bien coz-, de un animal que difícilmente podrá defender sus derechos a golpes de honradez y honestidad política, si en un enfrentamiento deportivo lo hace con la fuerza de otros golpes.
No se acostumbre usted, señor don Evo, a usar el poder y la coacción cual bruto animal, por el hecho de ser el Presidente de su país, lesionando a alguien que sólo competía con usted deportiva, y no políticamente.
Tal vez se sintió usted “señor” Presidente muy valiente y machito agrediendo a otro hombre a sabiendas que nada podía hacer respecto a defenderse contra la agresión de su persona. ¿Pero sería lo mismo, haría la misma cobarde acción si fuese usted un ciudadano normal? Está por verse.
Pero lo que si es seguro, es que la opinión pública de su país y la internacional, a partir de este incidente, ya no le verán a usted de igual forma ni con la misma simpatía: como un adalid que defiende los derechos de las personas en general, y de los indígenas, en particular.
A mí, me ha decepcionado como Presidente, y como persona.
Ya puede usted ponerse esos jerseys de rayas y colorines que le daban tanta llaneza, sencillez, modestia y cercanía al pueblo; de nada le servirán para intentar con ello ponerse a la "altura" de las buenas y sencillas personas de su país. Se le ha visto el plumero, don Evo, y la fuerza de su rodilla en testículos ajenos.
Su indigna acción le restará mucha simpatía y aprecios populares fuera de Bolivia, porque dentro de ella...; ¡a ver quién tiene huevos, y le pone los cascabeles al gato!

Adiós don Evo; desafectuosamente, no le saludo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario