" LA OPINIÓN "
______________________ Tiempos duros y difíciles son los que estamos atravesando en nuestro país -al parecer-, provocados por la situación generalizada que arrastra al declive la economía. Todo el mundo piensa que dicha recesión de la economía está producida casi exclusivamente por las exageradas subidas en el precio de los combustibles, la electricidad, los alimentos, la vivienda y los tipos de interés de las hipotecas...parece que todo se ha disparado en cuanto a los precios se refiere.
La gente se queja de una mayor carestía de la vida desde que en España hemos adoptado el Euro como moneda. Es cierto que en relación a otras unidades monetarias, el Euro está fuerte, tiene buena salud; pero más cierto es que la microeconomía, los “sufridos monederos de las amas de casa” y las cuentas de los hogares van cada vez peor y gozan de muy poca salud.
Ahora, la opinión generalizada es que todo cuesta más caro. Posiblemente, se gane más que antes, sí; pero también se necesita mucho más dinero que antes, para llegar a final de mes con el mismo sueldo.
Hay graves dificultades y un gran bajón en el sector de la construcción; los empresarios han “aflojado” el ritmo trepidante que hasta ahora llevaban en la edificación de pisos; habida cuenta que la economía, al estar tan "baja" y las hipotecas tan "altas", no permiten al ciudadano normal la adquisición de nuevas viviendas. Y eso, aumenta el paro en el sector.
Con el ritmo desmesurado y progresivo que lleva la subida de los carburantes, se resiente otro importantísimo sector que da mucho trabajo en España: el pesquero.
Casi toda la flota del amplio litoral español desde Galicia a Andalucía, está amarrada a puerto.
La gente se queja de una mayor carestía de la vida desde que en España hemos adoptado el Euro como moneda. Es cierto que en relación a otras unidades monetarias, el Euro está fuerte, tiene buena salud; pero más cierto es que la microeconomía, los “sufridos monederos de las amas de casa” y las cuentas de los hogares van cada vez peor y gozan de muy poca salud.
Ahora, la opinión generalizada es que todo cuesta más caro. Posiblemente, se gane más que antes, sí; pero también se necesita mucho más dinero que antes, para llegar a final de mes con el mismo sueldo.
Hay graves dificultades y un gran bajón en el sector de la construcción; los empresarios han “aflojado” el ritmo trepidante que hasta ahora llevaban en la edificación de pisos; habida cuenta que la economía, al estar tan "baja" y las hipotecas tan "altas", no permiten al ciudadano normal la adquisición de nuevas viviendas. Y eso, aumenta el paro en el sector.
Con el ritmo desmesurado y progresivo que lleva la subida de los carburantes, se resiente otro importantísimo sector que da mucho trabajo en España: el pesquero.
Casi toda la flota del amplio litoral español desde Galicia a Andalucía, está amarrada a puerto.
Los pescadores no pueden soportar los altos costos del combustible que mueve sus barcos, y eso hace que prefieran dejarlos parados, no salir a faenar si ello les lleva a trabajar para después no ganar el jornal por culpa del encarecimiento de los carburantes. Eso, aumenta el precio del pescado en los mercados, el paro en el sector pesquero es mayor, y usando un símil muy apropiado, es como “la pescadilla que se muerde la cola” un círculo vicioso que se va ampliando cada vez más, dando al ciudadano la sensación pesimista de una situación más grave.
El transporte es otra sección que ya no aguanta más la presión de la subida de los gasóleos, y lamentablemente, ha explotado. Hay camioneros que se están planteando seriamente vender sus vehículos, pues los portes se cobran a un precio casi igual desde hace tiempo, mientras que ya sabemos cuánto les cuesta ahora llenar el depósito. Y si algunos de ellos se deshacen de sus camiones…otra vez lo mismo; habrá más personas paradas.
Ellos, los camioneros, son quienes con esta huelga de transportistas están tomando medidas de presión contra el Gobierno, a base de colapsar las autovías circulando lentamente, para expresar su protesta por los altos precios del llamado “oro negro”, y ello como consecuencia, ha llevado a este país a sufrir con la huelga de sus camiones, el desabastecimiento en las gasolineras, en los mercados de alimentación más importantes de las grandes ciudades, en las lonjas de pescado, en materiales de construcción, y en general, han hecho que no se nueva nada de aquello que se transporta por las carreteras en sus camiones. Así, el país se paraliza, y una de dos; o se llega a un acuerdo favorable –ojalá-, o a ver cómo acaba todo esto.
Esta tarde se reanudan las negociaciones que en el Ministerio de Fomento, la ministra Magdalena Álvarez en nombre del Gobierno, ha llevado a cabo durante la mañana con los representantes del gremio del transporte.
Esta huelga demuestra que en gran medida, lo que mueve a un país son las ruedas de los camiones y el esfuerzo poco reconocido de los camioneros; y si las ruedas se paran, el país se resiente y puede también llegar a pararse.
Ojalá alcancen buenas soluciones los pactos entre las partes, y desaparezca la psicosis catastrofista y el pensar que todo va mal.
Estoy seguro que el Gobierno hará cuanto está en sus manos para restablecer la normalidad, y no sea necesario que los camiones de abastecimiento de combustibles y alimentos tengan que ser escoltados por las fuerzas de seguridad. Siempre se recurre como opción más fácil y cómoda, a culpar de todo al Gobierno, pero esta situación lo mismo se le hubiese planteado a ésta, como a otra Administración de distinto signo, que hubiera estado al frente de la gobernación del país.
El transporte es otra sección que ya no aguanta más la presión de la subida de los gasóleos, y lamentablemente, ha explotado. Hay camioneros que se están planteando seriamente vender sus vehículos, pues los portes se cobran a un precio casi igual desde hace tiempo, mientras que ya sabemos cuánto les cuesta ahora llenar el depósito. Y si algunos de ellos se deshacen de sus camiones…otra vez lo mismo; habrá más personas paradas.
Ellos, los camioneros, son quienes con esta huelga de transportistas están tomando medidas de presión contra el Gobierno, a base de colapsar las autovías circulando lentamente, para expresar su protesta por los altos precios del llamado “oro negro”, y ello como consecuencia, ha llevado a este país a sufrir con la huelga de sus camiones, el desabastecimiento en las gasolineras, en los mercados de alimentación más importantes de las grandes ciudades, en las lonjas de pescado, en materiales de construcción, y en general, han hecho que no se nueva nada de aquello que se transporta por las carreteras en sus camiones. Así, el país se paraliza, y una de dos; o se llega a un acuerdo favorable –ojalá-, o a ver cómo acaba todo esto.
Esta tarde se reanudan las negociaciones que en el Ministerio de Fomento, la ministra Magdalena Álvarez en nombre del Gobierno, ha llevado a cabo durante la mañana con los representantes del gremio del transporte.
Esta huelga demuestra que en gran medida, lo que mueve a un país son las ruedas de los camiones y el esfuerzo poco reconocido de los camioneros; y si las ruedas se paran, el país se resiente y puede también llegar a pararse.
Ojalá alcancen buenas soluciones los pactos entre las partes, y desaparezca la psicosis catastrofista y el pensar que todo va mal.
Estoy seguro que el Gobierno hará cuanto está en sus manos para restablecer la normalidad, y no sea necesario que los camiones de abastecimiento de combustibles y alimentos tengan que ser escoltados por las fuerzas de seguridad. Siempre se recurre como opción más fácil y cómoda, a culpar de todo al Gobierno, pero esta situación lo mismo se le hubiese planteado a ésta, como a otra Administración de distinto signo, que hubiera estado al frente de la gobernación del país.
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