EL TIEMPO EN ESTEPA

EL TIEMPO: PREVISIÓN METEOROLÓGICA PARA ESTEPA

viernes, 4 de junio de 2010

DON LORENZO SUÁREZ DE FIGUEROA, MAESTRE DE LA ORDEN MILITAR DE SANTIAGO


CONSTRUCTOR DE LA TORRE DEL HOMENAJE
DEL CASTILLO DE ESTEPA
__________ (I) __________

Don Lorenzo Suárez de Figueroa, llamado “el Viejo”, nació en el año 1344 en la milenaria Torre de Figueroa, en las tierras propiedad de su familia, allá en la villa gallega de Abegondo, cerca de Betanzos transladándose después a Écija y luego a Extremadura. Otros datos, dicen de él que posiblemente naciera en 1345 en la ciudad de Écija (Sevilla), del matrimonio entre Gomez (o Gomes) Suárez de Figueroa, y Teresa López de Córdoba, señora de la Torre de Monturque.

Convento de San Marcos, en León, hoy convertido en hostal-parador de lujo. Sobre la moldura que se aprecia, hay una cenefa donde se encuentran esculpidas las efigies de reyes e importantes personajes de la historia. Una de ellas corresponde al maestre don Lorenzo Suárez de Figueroa

Este es el medallón esculpido y dedicado a don Lorenzo Suárez de Figueroa, el Maestre de Santiago.
(Fotografía encontrada en: elleoncurioso.blogspot.com, de donde la he tomado, y a cuyo Bloger le doy las gracias )
Se casó en dos ocasiones; la primera con Isabel Mexía, con quien tuvo dos hijos; Gomes Suárez de Figueroa e Isabel Suárez de Figueroa, y en segundas nupcias, lo hizo con María catalina de Orozco.
El día 28 de octubre del año 1387, en la ciudad de Mérida, fue elegido trigésimo quinto (otras fuentes dicen trigésimo segundo) Maestre de la Orden Militar de Santiago, sucediendo en el cargo a Garci Fernández de Villagarcía. Dicha Orden adoptó el patronazgo de Santiago El Mayor, considerando que fue el primer apóstol que vino a predicar el Evangelio a las tierras de Hispania.

Monasterio de Santiago de Uclés, sobre la localidad del mismo nombre, en la provincia de Cuenca. Lugar donde se hallaba la Casa Madre de la Orden.

Para su elección hubieron de reunirse los Trece Comendadores de la Orden –está constatado que el número de trece “freires” Comendadores, lo era en memoria de Jesucristo y sus Apóstoles- “poniendo a disposición de su Maestre incalculables riquezas, un considerable ejército y una influencia decisiva en todos los asuntos graves del reino”.
El hijo del Maestre electo, don Fernando IV Suárez de Figueroa, Obispo de Badajoz, actuando como comisario delegado representante del Papa, en nombre de éste, confirmó dicha elección en la ciudad de Guadalupe.
Se le dio el cargo de primer Maestre propietario de la Orden, en contra del voto de pobreza, por lo que don Lorenzo, solicitó al papa Bonifacio IX la reglamentación del usufructo de las propiedades agregadas a la Orden, la cual concedió el pontífice el día 31 de enero de 1393 -seis años después de su nombramiento como Maestre-, mediante la bula Bullarium Militiae Sancti Iacobi.
Esta licencia le permitió hacer mayorazgo en su hijo don Gómez, quien luego sería su sucesor y heredero.
“La jerarquía ocupada por don Lorenzo llevaba inherente la obtención de pingües beneficios, pues, según la bula anteriormente citada, disfrutaría la mitad de las rentas y frutos de la Orden. Aparte de todo ello, sus posesiones patrimoniales (…) y los bienes sitos en Ecija, de su mujer, Dñª. Isabel, así como sus servicios a la Corona, le permitieron conseguir numerosos territorios y villas por donación real o por compra a otras familias, a fin de fundar el gran mayorazgo que él mismo pudo conocer en vida”
Con este nombramiento pues, la Casa del Maestre tomó un auge inmenso, ya que el titular del maestrazgo se convierte entonces en una especie de pequeño monarca con súbditos casi propios y gran autoridad y poder de decisión para defender sus tierras -que como se ha dicho, cedió a su hijo-, y las de su Orden, cuyas fronteras por aquellos tiempos de guerras contra moros y portugueses había que proteger de sus amenazas.
En una Castilla donde reinaba don Juan I, monarca débil que dos años antes había sido derrotado por los portugueses en Aljubarrota. Un reino inmerso en divisiones internas, amenazado desde el exterior por los ingleses, portugueses, y los moros desde dentro, estos poderosos señores habían de defender sus territorios y fronteras siendo muy importante y decisiva su contribución militar a la Corona.



El estandarte de la Orden. Sobre un fondo de tafetán blanco, "el lagarto de Nuestro Señor Santiago". El vocablo lagarto se utilizaba para referirse a la Cruz rojo carmesí, insignia de la Orden.


A este rey poco enérgico, le sucedió su hijo, Enrique III, con tan sólo once años de edad. Los que ambicionaban más poder y posesiones, se preparaban para aprovechar las circunstancias de la debilidad del reino, pero don Lorenzo usando la prudencia y perspicacia que eran habituales en él, se previno contra cualquier eventualidad, y junto a otros poderosos señores del reino se presentó en Madrid ante el joven monarca don Enrique, y besó su mano en señal de reconocimiento y acatamiento como a su señor y rey, que en agradecimiento por su fidelidad y desinterés, el 26 de febrero de 1394, donó a don Gómez Suárez de Figueroa, hijo mayor y heredero de don Lorenzo, las villas de Feria, Zafra y La Parra, en tierras de Badajoz, en Extremadura.
En la Orden era conocido como “el buen” Maestre don Lorenzo Suárez de Figueroa; y el calificativo de “bueno” en el cargo y en su persona, le fue puesto por los muchos bienes y cosas que hizo y por la bondad que tuvo y siempre usó hasta su muerte.

Grabado de la batalla del Salado

Criado desde pequeño en el ámbito de la Orden Militar, su padre, don Gómez Suárez de Figueroa, era ya segundón de la casa, y por ello salió a probar suerte, y consiguió éxitos guerreando en las filas de la milicia del Señor Santiago, llegando a ser Comendador Mayor de León, con sede en Llerena. Luchó en la batalla del Salado de la que salieron victoriosos, muriendo después en las tierras de Arabiana junto al Moncayo, en el año 1359, en lucha contra el bastardo don Enrique.
De no haber muerto, los planes futuros que el rey tenía ordenados para este Comendador, eran hacerlo Maestre de la Orden.
Su contacto con la Orden Militar Santiaguista era por tanto muy estrecho, y esto hizo que don Lorenzo, el personaje que nos ocupa, se forjase desde joven como hombre de grandes virtudes y habilidad, siendo admitido para vestir el hábito de Santiago, cuyo traje de ceremonial era la capa blanca con una cruz de color rojo con la forma de espada, flordelisada en la empuñadura y los brazos.
Tras ser Comendador de Lobón, fue enviado a Mérida, y de allí a la encomienda de León. Después fue creciendo más en virtudes y merecimientos, y con la edad llegó a ocupar la dignidad de Maestre, que dirigió la Orden como buen caballero y religioso durante veintitrés años y nueve meses; tiempo bien gastado en los servicios a Dios, su rey y su Orden.
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CONTINUARÁ

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